Un fin de semana o 3 días en Dublín

3 días en Dublín

Sobre Dublín habíamos oído hablar mucho y de muy diversas formas. Algunos decían de ella que es la capital más fea de Europa en la que no hay nada que ver, otros hablan de ella como una ciudad muy divertida con mucha vida. A decir verdad, Dublín, como cualquier otra ciudad a la que vayas, siempre presentará una perspectiva subjetiva ya que el viaje depende de muchos factores externos como el tiempo que haga, la compañía o, incluso internos, cómo lo viva el viajero. En nuestra opinión merece la pena un fin de semana o 3 días en Dublín, para conocer una ciudad muy agradable, ciertamente divertida y con cierto encanto. ¿Te vienes a recorrerla?

En este post he optado por contaros nuestro recorrido paso a paso de forma cronológica porque creo que hicimos casi todo lo que había que hacer y en el tiempo perfecto para hacerlo.

Día 1 en Dublín

Llegamos bastante pronto al aeropuerto de la ciudad que se encuentra a unos 8 kilómetros del centro. Aunque está cerca se tarda entre 20 y 45 minutos dependiendo del tráfico ya que todos los transportes tanto públicos como privados son por carretera. Nosotros como éramos 3 optamos por un taxi ya que salía más económico que el autobús que tiene un coste de entre 8 y 10 euros. El taxi nos costó 26€ (la vuelta algo más económica).

Tras dejar las cosas en nuestro alojamiento, un apartamento muy céntrico llamado Parnell Corner Apartments que podéis ver en el enlace, nos fuimos a desayunar algo y a dar una vuelta por el centro. Nos encontramos un desfile del ejército con todo tipo de militares y también de grupos de música tradicional con gaitas irlandesas y, por supuesto, ya nos entretuvimos un rato disfrutando de la música. Dirigimos nuestros pasos al Trinity College con la intención de ver su famosísima biblioteca, que, finalmente vimos el tercer día ya que ya no había entradas para los horarios que nos interesaban.

Desfile por las calles de Dublín
Desfile por las calles de Dublín

Trinity College

Se trata de la universidad más antigua de Irlanda y una de las más antiguas del Reino Unido. Sigue el modelo de otras famosas universidades como Oxford o Cambrige y, por supuesto, como ellas, tuvo un importante prestigio durante los siglos que lleva de vida. Se fundó en el final del siglo XVI (1592) y está en pleno corazón de la ciudad, por lo que supone uno de las atracciones turísticas más importantes de la misma.

El Campus “histórico” está lleno de edificios significativos que se pueden visitar en una ruta guiada. El más famoso es el templete-campanario que se ubica en el centro del patio del complejo principal. Se trata de un campanario, construido en 1853, que se ha convertido en uno de los símbolos del Trinity College. La leyenda dice que los estudiantes que pasan por debajo del campanario mientras suena, no aprobarán sus exámenes. Y sí, aunque lo vimos, estaba bajo andamios por lo que no tengo fotos bonitas del fantástico edificio.

Además de los edificios del rectorado, una capilla, algunos museos y, por supuesto, la antigua biblioteca que vimos el tercer día, hay algunos algunos edificios dedicados a la docencia y a la residencia de estudiantes y profesores. El Trinity College no es solo un lugar para ver objetos históricos; es también una universidad activa con más de 17. 000 estudiantes. A lo largo del año, se celebran eventos académicos y culturales que enriquecen la experiencia de la visita. Desde conferencias hasta festivales literarios y exposiciones temporales, el ambiente es muy agradable, si vas entre semana es el típico campus lleno de chavales con mochilas y libros que me recuerda, en cierto modo a Salamanca. Y como toda gran universidad, el Trinity College, tuvo alumnos muy significativos como los escritores Samuel Beckett o Bram Stoker.

Trinity College, edificio principal
Trinity College, edificio principal

Después dar un paseo por el Trinity College dirigimos nuestros pasos hacia la plaza que se sitúa delante de la Universidad y donde se encuentra el edificio del Banco Central de Irlanda, el museo del Wisky Irlandes y la estatua de Thomas Davis. Frente a ella también hay unos edificios muy interesantes desde el punto de vista arquitectónico, con una estética muy art noveau como el del Banco del Ulster o el que acoge un H&M.

Molly Malone

Justo detrás de este precioso edificio de la marca H&M se encuentra una de los lugares que tienes que visitar si pasas 1, 2 o 3 días en Dublín. Se trata de la escultura dedicada a la famosa dublinesa Molly Malone. Esta figura, cuya ubicación no es la original, homenajea la figura y la leyenda de una muchacha símbolo del folclore irlandés. Molly era una joven vendedora de pescado y marisco que pasaba el día vendiendo sus mercancías con un carro por las calles de la ciudad. Era un muchacha muy conocida en la ciudad, sobre todo porque era muy bella y muy agradable. Sin embargo, la joven murió tras una enfermedad que le provocó unas fuertes fiebres.

La estatura se inauguró en 1988 y fue diseñada por la escultora Jeanne Rynhart, desde entonces se ha convertido en un símbolo de la ciudad. En ella se muestra a la joven vendedora con su carro lleno de mejillones y pescados y vestida con una blusa con un gran escote y una falda que permite reconocer su figura. Algunas fuentes hablan de que la leyenda es ya conocida en el siglo XVII cuando habría vivido esta muchacha. Además de este homenaje, en Dublín es muy famosa la canción de Molly Malone o “Cockles and Mussels” que es probable que escuches, como nosotros hicimos esa noche, en alguno de los pubs de la ciudad.

Molly Malone en Dublín
Molly Malone en Dublín

Temple Bar

El famoso Temple Bar, además de ser un bar, es uno de los barrios más famosos y entretenido de la ciudad. El primer día estuvimos un par de veces por allí, primero a la hora de comer, en uno de los numerosos pubs de la ciudad y por la tarde visitando algunos bares y cenando. El barrio de Temple Bar es el auténtico corazón cultural de Dublín. Es muy famoso por sus tradicionales pubs irlandeses, pero también es un importante centro artístico ya que allí se sitúan varias galerías, teatros y mercados de arte. Es una zona muy agradable tanto de día como de noche, con calles peatonales y empedradas, con numerosos y llamativos bares muy coloridos y en los que muy habitualmente hay grupos tocando música tradicional. Por supuesto, no te puedes perder Temple Bar, el más famosos de los pubs irlandeses, aunque luego hablaremos de algunos otros.

En uno de los laterales de Temple Bar está el rio Liffey con sus numerosos puentes, entre ellos el bonito puente del siglo XIX conocido como el Puente del Medio Penique que nosotros atravesamos en varias ocasiones para ir hacia la zona de nuestro apartamento. Muy cerca de este se encuentra Henry Street, una de las calles más famosas para las compras en Dublín, aunque no la única, en ella se encuentra el primer Pennys que es el origen del famoso Primark. Al final de Henry Street en la famosa O’Connel Street y The Spire, una enorme aguja con luz en el final a modo de monumento con más de 100 metros de altura.

Tour de Misterios y leyendas en Dublín

Justo allí, debajo de esta aguja empezó nuestro tour de misterios y leyendas. Hicimos esta ruta free tour muy entretenida con la empresa The Yellow Umbrella que contratamos a través de Civitatis, te dejo el enlace por si te interesa. Como había muchísimos españoles hubo dos tours simultáneos. Nuestro guía, Eduardo, fue un gran anfitrión para esta actividad en la que recorrimos parte de las dos orillas del río Liffey pasando por algunos lugares muy interesantes como café The Church, una antigua iglesia del siglo XVII, con su antiguo cementerio hoy desaparecido; el antiguo mercado de Mary’s Lane; la famosa iglesia de St. Michan; el pub The Brazen Head que es el más antiguo de Irlanda; las murallas de Dublín y, finalmente, tras la Catedral de la Santísima Trinidad, el pub Darkey Kelly’s. No, no voy a contar ni desvelar ninguna de las magníficas historias que nos contaron en el tour, fue muy entretenido y las dos horas que tuvo de duración se nos pasaron volando.

Después del tour de misterios nos fuimos a tomar algo al pub Darkey Kelly’s que tiene una historia muy interesante y en el que, por supuesto, siendo sábado había música en directo. Pero esto lo dejaremos para otro post ya que este se nos va a quedar largo.

Día 2 en Dublín

Autobús turístico con paradas

El segundo día comenzó con lluvia y cambio de planes. Teníamos reservada una visita guiada y decidimos que para no estar dos horas y media bajo la lluvia mejor cogeríamos uno de los típicos autobuses turísticos de la ciudad. Dublín no es barata y el autobús turísticos nos costó 37€ por 48 horas, pero el de 24 horas eran solo 5€ menos y pensamos que nos iba a compensar más. Los autobuses turísticos de Dublín, que podéis ver también en Civitatis (aunque no podéis cogerlo el mismo día allí) como en todas las ciudades tienen el beneficio de que puedes ir bajando en las principales atracciones turísticas y volver a retomarlo donde lo dejaste.

Nosotros en esta ocasión cogimos el autobús City Sightseeing, pero también tenéis la opción de Big Bus que por ejemplo lo hemos cogido en París y en Londres

Empezamos la ruta desde O’connell Street, otra vez muy cerca del alojamiento y visitamos la orilla del río donde se encuentra la Antigua Aduana del puerto de Dublín, que hace un par de siglos se encontraba en la misma ciudad. Tras esta el Museo de la Emigración irlandesa y la zona de Gran Canal donde se encuentra el estudio de la famosísima banda irlandesa U2. El autobús para justo en Merrion Square por lo que puedes visitar un par de museos interesantes como son el Museo de Arqueología y Museo Nacional de Irlanda (en Kildare Street) y la Galería Nacional de Irlanda.

Zona victoriana de Dublín
Zona victoriana de Dublín

Museo Nacional de Irlanda y Galería Nacional

Para los amantes de la historia y la arqueología, el Museo Nacional de Irlanda es una parada imprescindible. Ubicado en Kildare Street, el museo alberga una vasta colección de artefactos históricos que abarcan desde la Edad de Bronce hasta la época medieval. Aquí podrás ver los famosos “hombres de los pantanos”, cuerpos momificados naturalmente que se conservan en los pantanos de Irlanda, así como tesoros celtas y objetos vikingos. Es fundamental para conocer la historia de Irlanda a través de los valiosos objetos celtas, artefactos vikingos, la impresionante colección de orfebrería prehistórica y medieval, como el Cáliz de Ardagh y el Broche de Tara, piezas cumbre del arte celta.

Galería Nacional de Irlanda

La Galería Nacional de Irlanda está muy cerca, ubicada en Merrion Square, es uno de los tesoros del país y si te gusta el arte es un sitio perfecto para pasar un ratito en los días de lluvia Se funda en la mitad del siglo XIX y alberga una amplia colección de pinturas europeas e irlandesas que abarca desde la Edad Media hasta el siglo XX. Entre sus artistas más destacados se encuentran Caravaggio, Vermeer, Monet y una excelente representación de pintores irlandeses como Jack B. Yeats. Por cierto, es gratis, o sea que aprovecha porque el resto de visitas en Dublín es caro.

Merrion Square

Una de las plazas principales y que no te puedes perder en 3 días en Dublin es Merrion Square y sus alrededores. Se trata de un barrio victoriano al más puro estilo inglés y cuyas casas recuerdan bastante a Londres, siempre con reducido tamaño. En el parque que hay en el centro de la plaza podéis ver una estatua dedicada al escritor Oscar Wilde que a mí, personalmente, no me gustó mucho… Demasiado moderna y colorida para el autor.

Esta es una de las zonas más bonitas de Dublín, aquí se encuentra la Oficina del Primer Ministro de Irlanda y numerosas embajadas. Al final de Mount Street se encuentra la iglesia de San Esteban, pequeña pero con una vista exterior muy bonita. Una de las cosas que más me llamó la atención de la arquitectura victoriana es su sobriedad en la decoración, son paramentos vacíos únicamente rotos en cuanto a su simplismo por las coloridas puertas de entrada. Y, desde aquí, volvimos a coger nuestro autobús para encaminarnos a la Guinnes Storehouse que está al otro lado de la ciudad.

Guinness Storehouse

Nuestra principal visita del día iba a ser la Guinness Storehouse, es decir el complejo de la fábrica de Guinness que es, sin lugar a dudas, la cerveza más famosa de Irlanda. El recorrido se hace en una hora, más o menos, y o te gusta mucho muchísimo la cerveza o tampoco tiene tanto misterios. Sinceramente, creo que no vale los 30€ que cuesta la entrada. La visita es prácticamente una recreación muy moderna de un museo de la cerveza en el que se cuenta cómo es la elaboración a partir de los ingredientes de la cerveza, su producción y conserva. Es un museo interactivo e inmersivo, pero que en mi opinión se queda un poco corto.

Al final de la visita puedes tomar una pinta de Guinness que entra con la entrada en el Gravity Bar, que es casi lo mejor de la visita ya que ofrece vistas panorámicas de la ciudad. Y sí, ciertamente, no es una vista espectacular porque Dublín desde el aire tampoco es una locura. También puedes comer en la Guinness Storehouse, nosotros lo hicimos en uno de los restaurantes de la quinta planta. Después de comer nos dirigimos a pie a visitar alguno de los enclaves que nos quedaban en el centro de la ciudad.

Vistas desde la Guinness Storehouse
Vistas desde la Guinness Storehouse

Catedral de San Patricio

La Catedral de San Patricio es la catedral más grande de Irlanda y está dedicada al santo patrón del país. Fundada en 1191, este imponente edificio gótico es una de las principales atracciones de Dublín. En su interior, lo más llamativo son las bonitas vidrieras que atrapan la luz del exterior, algunas lápidas conmemorativas y el lugar donde se dice que San Patricio bautizaba a los conversos cristianos.

Por cierto, el creador de los viajes de Guilliver, Jonathan Swift que nació y murió en Dublín entre los siglos XVII y XVIII está enterrado en la catedral, lo que añade un valor literario a la visita.

Castillo de Dublín

El Castillo de Dublín es un testimonio de la historia política y militar de la ciudad. Construido en el siglo XIII sobre un asentamiento vikingo, este castillo ha sido sede de la autoridad británica durante más de 700 años. Hoy en día, es utilizado para eventos de Estado, pero sus salas y jardines están abiertos al público. Puedes explorar las State Apartments, las cámaras oficiales donde se celebran las visitas presidenciales, y el Chester Beatty Library, que alberga una impresionante colección de arte y manuscritos de todo el mundo.

Nosotros no entramos en el Castillo, la verdad, no nos pareció muy interesante lo que habíamos leído sobre él ni tampoco su aspecto exterior, por lo que decidimos verlo tan sólo por fuera. Además la parte más antigua sólo es el torreón y la capilla gótica.

Castillo de Dublín, exterior de la iglesia gótica

Grafton Street, Georges Street Arcade y Sthephen’s Green Shopping Center

Ya hemos hablado de Henry Street una de las principales arterias comerciales de Dublín en la zona de Parnell Square y O’connell Street. Pero seguramente la calle más famosa para las compras es Grafton Street y toda la zona comercial en torno a ella.  Allí puedes encontrar todo tipo de tiendas y multinacionales famosas, suele estar repleta de gente y muy animada cualquier día de la semana. En esta zona hicimos una parada para tomar algo en el “centro comercial” Georges Street Arcade. Se trata de un gran mercado cubierto de época victoriana, además de uno de los más antiguos de Irlanda. Lo curioso de este centro es que es el lugar perfecto para las compras más alternativas, ropa de segunda mano, vintage, algunos productos artesanales y antigüedades. 

Georges Street Arcade
Georges Street Arcade

Muy cerca de este está otro de los centros comerciales más espectaculares de Dublín por su arquitectura. Aunque no te dejes engañar como nosotros… Se trata de un centro comercial muy grande realizado en arquitectura estilo victoriano, como si se tratase de un antiguo mercado de hierro con grandes ventanales. Pero el truco es que es un edificio moderno, construido en los años 60 para acoger el Dandelion Market y posteriormente rehabilitado en los 80 para, a partir de 1988, ser el Stephen’s Green Shopping Centre. Las fotos son realmente bonitas y es ideal para hacer compras en 3 días en Dublín.

Día 3 en Dublín

Tuvimos la suerte de despertarnos con un día muy soleado en Dublín y encaminarnos a pie hacia el Trinity College para visitar la antigua biblioteca y el famoso libro de Kells.

La Biblioteca Antigua (Old Library) del Trinity College

Lo ideal sería que hubiéramos organizado bien la visita y hubiéramos visto todo el mismo día, pero como os he dicho, no había ya entradas. La Biblioteca Antigua del Trinity College se puede visitar de forma separada o conjunta con la experiencia el Libro de Kell. Se trata de una biblioteca universitaria de las más antiguas de Irlanda y Reino Unido. Acoge casi 200.000 volúmenes entre los que se encuentran los más antiguos y valiosos de la universidad.

La sala más famosa es la “Long Room” o Sala Larga, una impresionante galería de casi 65 metros de longitud, con techos abovedados y estanterías de roble que contienen miles de volúmenes antiguos. Entre sus colecciones más destacadas se encuentran manuscritos medievales, la Biblia de Gutenberg y una copia de la Proclamación de 1916, un documento clave en la historia de la independencia de Irlanda. No te asustes, la mayoría de sus estantes están vacíos porque muchos de los libros se encuentran en restauración. Además de los libros, hay una serie de bustos de personajes fundamentales para la historia de Irlanda, entre ellos 4 mujeres como Ada Lovelace creadora de los primeros sistemas matemáticos origen de la informática.

Old Library del Trinity College
Old Library del Trinity College

También podrás ver una de las joyas de la historia irlandesa:  el Arpa de Brian Boru, el instrumento musical más antiguo de Irlanda y símbolo nacional, que aparece en monedas y documentos oficiales del país. Seguro que te suena este arpa, lo has podido ver en el logo de la cerveza Guinness pero según los propios cerveceros su logo es más antiguo que el oficial y tiene el arpa en sentido contrario.

Libro de Kells Expirience

El Libro de Kells es, sin duda, la mayor atracción del Trinity College. Este manuscrito iluminado, elaborado alrededor del año 800 d.C., por lo tanto, uno de los más antiguos y, además, una auténtica obra de arte medieval. Sin lugar a dudas, es uno de los más impresionantes en cuanto a caligrafía y miniatura insular. Se trata de una transcripción de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento en latín, y está adornado con ilustraciones complejas y coloridas.

El libro fue probablemente creado por monjes celtas en la isla de Iona, en la costa oeste de Escocia, y llevado a Kells, en Irlanda, para protegerlo de las invasiones vikingas. Es famoso no solo por su contenido religioso, sino por la belleza de sus decoraciones, que incluyen símbolos cristianos, patrones geométricos y motivos entrelazados. Es un testimonio asombroso del arte celta y de la tradición monástica de la época.

Imagen la exposición sobre el libro de Kells
Imagen la exposición sobre el libro de Kells

El Libro de Kells se exhibe en la Biblioteca Antigua del Trinity College. Los visitantes pueden ver una pequeña exposición introductoria antes de llegar a la sala donde se muestran dos páginas abiertas del libro, que se cambian periódicamente para preservar su estado. Además, en en un edificio contiguo hay una montaje llamado Expierence Book of Kells con una exposición inmersiva que recorre la historia del libro y la literatura en Irlanda.

Volvimos a coger nuestro autobús para visitar lo que nos había quedado el día anterior y aprovechar las 48horas de trayecto.

Catedral de la Santísima Trinidad (Christ Church Cathedral)

La Catedral de Christ Church, fundada en 1030, es otra de las principales iglesias medievales de Dublín. Destaca por su arquitectura normanda y su cripta, una de las más grandes de las islas británicas. En su interior se exhiben reliquias históricas, y la cripta, también del siglo XII,  alberga una exhibición de objetos medievales y victorianos, incluyendo una curiosa momia de un gato y un ratón. Ciertamente, no, no es una de las mejores catedrales de Europa y no es tan impresionante como tantas otras, pero ya que estás en Dublín tienes que verla.

A su lado, prácticamente unidas se encuentra la que es una de las iglesias medievales más antiguas de la ciudad, San Audoeno (ST. Audoen’s Church). Se trata de una iglesia del siglo XII y, en este caso, católica. Está dedicada a san Audoeno, el santo patrón de Normandía. Aunque parcialmente en ruinas, sigue siendo un lugar de culto activo y un fascinante recordatorio de la Dublín medieval. Además, puedes visitar la Torre de San Audoeno, una estructura medieval fortificada que formaba parte de las murallas de la ciudad.

Cárcel de Kilmainham (Kilmainham Gaol)

Para quienes desean conocer la historia de la lucha por la independencia de Irlanda, se puede visitar la Cárcel de Kilmainham.  La cárcel fue inaugurada en 1796, con la intención de recluir a muchos de los líderes del Levantamiento de 1916, quienes fueron ejecutados en sus instalaciones. El recorrido por la cárcel ofrece una visión profunda de la historia política de Irlanda y su lucha por la independencia. Nosotros no entramos, sólo la vimos por fuera, ya que no teníamos mucho más tiempo.

Seguimos en nuestro autobús recorriendo algunas de las zonas más alejadas de la ciudad como el Monumento a Wellington, un impresionante obelisco del que dicen que es el más grande de Europa, el Phoenix Park donde está la Embajada de Estados Unidos y la residencia del primer Ministro Irlandés y, además, el Zoo de la ciudad. De vuelta hacia las orillas del río Liffey nos explicaron algunas de las fabricas y destilerías más famosas de Dublín, los puentes más significativos y algunos otros edificios de época modernista.

¿Qué os ha parecido este impresionante recorrido de 3 días en Dublín? Creo que aprovechamos mucho el tiempo y vimos todo con mucha tranquilidad, escogiendo muy bien todas las visitas y también disfrutando de la comida y la bebida de Dublín que hemos dejado para otro post.

Un blog de Palo

Un blog de Palo, un pequeños blog sobre viajes, itinerarios turísticos, presupuestos y mucha gastronomía.

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