Hay ciertos edificios que llaman la atención de los visitantes por muchas cuestiones, en algunas ocasiones es su antigüedad, la importancia de las funciones que representaban, su belleza arquitectónica… La Lonja de Valencia, o lonja de la seda, es uno de esos edificios que no pasan desapercibidos al viajero por todas esas características y algunas más. Si estás viajando a la ciudad del Turia, no te debes perder este magnífico ejemplo de la arquitectura del siglo XVI en España. Acompáñanos a descubrirlo, a conocer algunas de sus curiosidades y los datos prácticos para la visita.
La Lonja de la Seda en Valencia
La Lonja de la Seda o de los Mercaderes es uno de los edificios más significativos de la ciudad de Valencia y del gótico español. No en vano fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 1996, pero su historia se remonta varios siglos atrás. La Lonja es uno de los edificios imprescindibles en Valencia y, además, su visita es muy muy barata.
El contexto histórico de la Lonja de Valencia
Este magnífico edificio construido en los últimos años del siglo XV se enmarca en un contexto de prosperidad económica en la zona de la actual Comunidad Valenciana. Esta prosperidad se debió, en buena parte, al auge de la actividad comercial de la ciudad de Valencia. Todo ello gracias a su puerto y a los intercambios de mercancías que se producían a través de este. Tras la reconquista de la zona por los reinos cristianos, el siglo XIV fue un tanto complicado en la ciudad de Valencia. Por un lado, la peste y por otro, las batallas por los territorios cercanos y las divisiones los grupos que la habitaban hicieron de este un siglo difícil.
Sin embargo, la llegada del siglo XV propició un cambio en la dirección de la ciudad gracias al importante auge comercial. Como es habitual, este apogeo acarreó una gran actividad cultural, artística y constructiva. Así, Valencia se convirtió en un importantísimo puerto en el Mediterráneo y una de las ciudades más pobladas de la Corona de Aragón.
En este contexto de apogeo del comercio y la mercadería se vio especialmente propiciado en algunos sectores como, y sobre todo, el textil. De este tránsito de mercancías y mercaderes surgió la necesidad de regular el comercio y de crear un centro comercial para dar cabida a todas aquellas transacciones. Surgió así la idea de la Lonja de Valencia o de la Seda, lugar de reunión y negocio de los comerciantes de la industria textil valenciana. Eran muchos los que se dedicaban a esta industria. Tanto es así, que según la mismísima Wikipedia, en el momento de la construcción de la Lonja de la Seda había casi trescientos maestros sederos en la ciudad.
No fue el único ejemplo de edificio de estas características que desempeñó las funciones de centro neurálgico del comercio de un sector. En la actualidad no existe, pero debía estar muy cerca de la de la seda. Se trató del edificio de la lonja del Aceite, datado en el siglo XIV, en esta se llevaba a cabo todo el intercambio comercial relacionado con el aceite en la ciudad.
El estilo arquitectónico de la Lonja de Valencia
Una de las características principales del edificio de la Lonja de Valencia es la relación y continuidad con las diferentes lonjas que se hicieron en los territorios de la Corona de Aragón. Son varios los edificios que se pueden visitar en España dedicados a la misma finalidad. Sin ir más lejos, Barcelona también tenía su lonja, construida en el final del siglo XIV y aunque de esta primera lonja del Mar no queda apenas nada, si que en la actualidad puedes ver el edificio neoclásico situado donde aquella primera.
Muy conocido también el ejemplo mallorquín, la Lonja de Palma de Mallorca o Sa Llotja, fue la sede de los mercaderes de la ciudad desde mitad del siglo XV. Son muchas las similitudes de esta y la de Valencia, por ejemplo el tipo de planta y sus imponentes columnas retorcidas que confluyen en los nervios que conforman los arcos sus bóvedas.
Pero vayamos por partes, ya que el edificio de la Lonja de la Seda no sólo alberga la imponente Sala de Contratación, si no algunas otras estancias y el famoso patio de las naranjas. Arquitectónicamente tiene tres partes, por un lado la Sala de Contratación, el Torreón Central y las estancias dedicadas al Consulado del Mar. Todas ellas están distribuidas en torno a un precioso patio llamado de los Naranjos.
Aunque el patio es muy bello y un sitio ideal para sentarse al fresco los días de calor valencianos, lo que más llama la atención en la Lonja es la sala de Contratación. Es la estancia más bonita del conjunto con una planta de salón con tres naves separadas por columnas helicoidales que se funden con los nervios de los arcos conopiales que cubren sus bóvedas. Vista desde abajo hacia la bóveda es una auténtica maravilla.
Tiene algunos elementos decorativos típicos de la época, desde gárgolas a escudos y algunas esculturas. Sin duda, uno de los ejemplos más bonitos de la época en toda España. Destaca también en la Lonja de la Seda la torre, cuadrada y construida al mismo tiempo que la sala de Contratación. La parte superior que le da el aspecto de torre medieval en realidad es un elemento de la restauración del siglo XIX.
El edificio se completa con la parte dedicada al Consulado del Mar, una antigua institución donde se impartía justicia sobre los asuntos del comercio marítimo. La obra pertenece a la mitad del siglo XVI y lo más llamativo de esta sala es, sin duda, el maravilloso artesonado decorado con una profusa ornamentación de esculturas doradas. El exterior de esta parte es muy llamativo con galerías de arcos apuntados y sobre ellos todo un conjunto de personajes famosos a modo de medallón de hombres ilustres.
Precios y horarios de la visita a la Lonja de la Seda
Si vas a visitar la Lonja de la Seda de Valencia ten en cuenta que está abierta todos los días:
- Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado de 10:00 de la mañana a 19:00 horas, sin cambios entre invierno o verano.
- Domingo o Festivos sólo en horario de mañana de las 10:000 a las 13:00.
El precio de la entrada a la Lonja es muy económico, 2€ por persona para adultos y 1€ para grupos, estudiantes, pensionistas y familias numerosas. Además si quieres entrar gratis puedes ir los domingos y festivos, aunque por 2€ seguro que echar una mano a la conservación del patrimonio no duele mucho.
También es gratuita con la València Tourist Card que es la tarjeta de la ciudad.