No hay vez que vaya a las Islas Canarias y no vuelva encantada de conocer algo más del archipiélago. En esta ocasión, la cuarta isla que hemos conocido, ha sido Fuerteventura, la segunda más grande tras Tenerife y la más larga de punta a punta. Hemos estado tan sólo cuatro días, por lo que sólo hemos podido conocer algunos municipios. Aunque corta, nuestra escapada ha sido intensa y hoy te traemos una pequeña ruta en coche por Fuerteventura Norte.
Nuestra ruta por Fuerteventura Norte
Las Dunas de Corralejo
Desde 1994 este entorno natural conformado por impresionantes dunas de origen marino, fue declarado Parque Natural. Este nombramiento le confiere una protección sobre su espacio, hecho que no evitaría la anterior construcción de hoteles dentro del propio parque. Las Dunas de Corralejo con su paraje dunar se extienden por más de diez kilómetros de largo por unos dos o tres de largo. Las dunas con sus ondas arenosas llegan hasta el mar, creando un precioso espacio natural y unas playas impresionantes con aguas turquesa que recuerdan más al Caribe que al Atlántico. Caminar por las dunas es un auténtico espectáculo, es impresionante por lo densas que son, merece muchísimo la pena disfrutar de ellas.
Cuando caminas a través de los metros y metros de dunas, que parecen no tener fin, te imaginas estar en un auténtico desierto. Lo más impresionante, no te lo deberías perder, es esperar el atardecer. Los colores del sol acercándose al ocaso crean una luz única, los brillos de la arena y el viento con la poca vegetación de las dunas, hacen de esta atmósfera un momento único. Para mí, uno de los paisajes más bellos de las Islas Canarias, que me gustó mucho como las Dunas de Maspalomas en la impresionante isla de Gran Canaria o el Parque Nacional de Timanfaya en Lanzarote.
La montaña Roja
En el propio Parque Natural de las Dunas de Corralejo se encuentra la montaña Roja. Esta montaña es en realidad un volcán que se alza con tonos rojizos al final (o inicio) de las dunas. Esos tonos rojizos son los que le han dado el nombre de montaña Roja. Es impresionante transitar por la carretera que pasa por la duna y ver al fondo la montaña, aunque tiene una altura de 312 metros, su figura es imponente.
Corralejo
Corralejo en sí no es uno de los pueblos más bonitos de la canarias, se trata de un pueblo bastante nuevo. Pero es una localidad muy agradable ya que cuenta con un puerto, una pequeña playa en el casco urbano e, incluso, algunos molinos. El paseo marítimo tiene muchos locales y restaurantes, como también cuenta con una gran zona de ocio con numerosas tiendas y servicios de restauración. Por cierto, no es baratísimo, pero se come muy bien.
Corralejo está totalmente dedicado para el ocio y las actividades turísticas. Se pueden contratar numerosas excursiones y actividades deportivas como el kitesurf y, por supuesto, desde su puerto salen los barcos para el islote de Lobos.
Isla de Lobos
Sin lugar para las dudas, el islote de Lobos es uno de los puntos fuertes de una ruta por Fuerteventura norte. Se trata de una pequeña isla en la costa de Corralejo, a tan solo dos kilómetros de distancia de esta localidad. Se ve perfectamente tanto de día como de noche si te alojas en esta zona. Su nombre deriva de los animales que la habitaron durante siglos: lobos marinos.
La isla es un auténtico paraíso donde te encuentras con la Canarias más natural y sin artificios. Es perfecta para darte un baño en sus aguas cristalinas o para hacer snorkel. Además no se tarda nada en llegar desde Corralejo ya que está bien conectada con los ferrys y con water taxi. Solo hay un restaurante en la isla, por lo que si vas de excursión, muy típica en una ruta por Fuerteventura norte, llévate viandas y agua.
La playa del Mejillón (Pop Corn) o de las palomitas
Si hay una playa famosa por lo curiosa que es en esta ruta por Fuerteventura esa es la del Mejillón. Por su nombre no te va a decir nada, sin embargo, seguro que si te muestro una de las fotos que tomamos allí te suena, al menos, de instagram. Esta playa es famosa gracias a las formaciones de pequeñas rocas que sustituyen a la arena llamadas rodolitos. Estos rodolitos tienen una estructura muy parecida a las palomitas de maíz. Por esto, es famosa como la playa de las palomitas o pop corn.
Es una playa muy pequeñita y, además, deberíamos tener muchísimo cuidado al visitarla. Aunque, como nosotros, te hagas fotos, tomes en tu mano unas “palomitas”, nunca, bajo ningún concepto te debes llevar uno de estos rodolitos. Es necesario mantener la playa como la encontramos y sin alterar su ecosistema natural.
La carretera de los surfistas
En una ruta por el norte de Fuerteventura no estaría completa sin recorrer la llamada “carretera de los surfistas”. Esta “carretera” por llamarla de alguna forma, es en realidad un gran pista o camino que recorre la costa norte desde Corralejo hasta el Cotillo, pasando por Majanicho, la Playa El Hierro y Punta Blanca. Si vas a transitar por esta zona de la costa, cuyos parajes son realmente muy bonitos, ten cuidado con el coche, conduce muy despacio y con cuidado ya que hay muchas piedras de origen volcánico. Al final de esta carreterilla, antes de llegar a El Cotillo, te encontrarás el Faro del Tostón, uno de los puntos más bellos del norte de Fuerteventura para ver el atardecer.
Tindaya
Otro de los lugares protegidos en el norte de Fuerteventura es la montaña Tindaya en La Oliva. Se trata de una montaña considerada mágica y con mucha energía llena de mitos y leyendas, sagrada para los poblados vecinos. El municipio en el que se sitúa, La Oliva, fue la capital de la isla y su pequeñísimo centro es muy agradable.
El Cotillo
El Cotillo es una pequeña localidad situada en el extremo oeste del norte de Fuerteventura. Fundamentalmente se trataba de un pequeño pueblo marinero que poco a poco y gracias, sobre todo, a sus playas ideales para los surfistas, ha logrado cierto interés turístico. Lo más interesante de este pueblito blanco con tonos azules en sus casas, ventanas y puertas, es el faro del Tostón y el Castillo que lleva el mismo nombre y que es visitable. El castillo no es más que una pequeña torre circular construida en el siglo XV para proteger la costa de los asaltos de piratas tras la conquista de los castellanos.
Las playas de El Cotillo son algunas de las preferidas por los surfistas de ruta por Fuerteventura norte en busca de buenas olas. En verano, gracias a que las olas no son tan fuertes, es una zona muy apreciada por los principiantes que llegan a las escuelas de surf para aprender. Otra de las bellezas de este pueblo son sus imponentes atardeceres, bien desde el Faro que antes os contamos o desde el propio castillo.
Puerto del Rosario
Es cierto que aunque visitamos Puerto del Rosario lo hicimos sumidos en las fiestas y alegría del Carnaval, por lo que la visita fue peculiar y poco turística. Puerto del Rosario es la capital de la isla y tiene algunos lugares interesantes para visitar como es la iglesia del Rosario, patrona de la ciudad (siglo XIX), el Museo dedicado a Miguel de Unamuno que estuvo exiliado una temporada el escritor y los hornos de la familia Morales. Estos últimos me llamaron mucho la atención ya que forman parte del pasado industrial de la isla, con la producción de cal que se llevaba desde Fuerteventura al resto de islas, sobre todo a Gran Canaria, Tenerife, etc… Se encuentra al lado de la Playa Chica, por si estáis interesados en esta curiosidad.
Museo del Queso Majorero y Centro de interpretación del Molino
¿Te gusta el queso? Pues este es tu sitio. El museo del Queso y el Molino con su centro de interpretación están situados en el municipio de Antigua, que por cierto es uno de los más bonitos de Fuerteventura. El museo hace un recorrido por la historia del queso, su producción, el tipo de cabra y la leche a partir de la cual se elabora uno de los elementos básicos de la gastronomía isleña. Además del museo y el Molino cuenta con un restaurante, no siempre abierto y un bonito jardín para pasear.
El alojamiento en Fuerteventura (no es patrocinado)
Nuestra base para estos días fue el Hotel Riu Oliva Beach, que está en medio del Parque Natural de las Dunas de Corralejo. Sí, este es un tema que no sé hasta que punto me gusta, ¿cómo han podido hacer un hotel tan feo en cuanto a su arquitectura y tan invasivo en un Parque Natural? Pero bueno, tengamos en cuenta que la construcción de este hotel es de 1976 y por entonces la conservación de los espacios naturales creo que no se tenía muy en cuenta. Pero más allá de que el hotel en cuanto a concepto sostenible tenga muchos defectos, el lugar en el que se encuentra es absolutamente maravilloso y buena parte de la escapada ha sido en torno a esas dunas.
El hotel está bien de precio, es un todo incluido, con mucha gente pero bien en cuanto a relación calidad precio. Lo malo, las noches eran frescas y las habitaciones no tenían aire caliente para templar un poco, hacía fresquete. Con tanta gente no es posible coger sitio en las piscinas, que tienen muy buena pinta pero no hay posibilidad porque la gente madruga muchísimo. Es sí, como está al lado de la playa no hay problema. La comida buffet libre, comes todo lo que quieras y bebes todo lo que quieras, sin límites o costes adicionales. Nosotros comimos también fuera del hotel, aunque ya lo teníamos pagado, nos apeteció salir también.