Salamanca es tan, tan bonita… no hay rincón del centro histórico que no posea belleza, que no trasmita sensaciones y no remita a la esencia histórica de sus construciones. Hacía mucho tiempo que debía haber escrito este post que, probablemente, se sale como hago de vez en cuando, del blog puramente de viajes y se inspira en mi formación artística. Hoy vamos a mi tierra, a mi ciudad para recorrer algunas de las iglesias más bonitas de Salamanca.
Las iglesias más bonitas de Salamanca
La Catedral de Salamanca
A ver, iglesia, iglesia, lo que se dice iglesia es. El templo o, mejor dicho, el conjunto arquitectónico religioso más importante de Salamanca no puede ser otro que el que forman las catedrales Nueva y Vieja. Porque lo primero que llama la atención en esta historia salmantina es que tengamos dos catedrales fruto, probablemente de la suerte, ya que normalmente las catedrales se construían unas encima de las otras anteriores. En Salamanca mantuvimos la catedral románica y construimos la Nueva unos siglos después.
La construcción de la Catedral Nueva de Salamanca (Iglesia Catedral de la Asunción de la Virgen) comienza en el siglo XVI y se prolonga hasta el siglo XVIII. El inicio de la construcción fue una de las consecuencias del impulso socioeconómico en las primeras décadas del siglo. En 1513 se pone oficialmente la primera piedra de la Catedral. Los trabajos se iniciaron bajo la supervisión de Juan Gil de Hontañon, al que seguirían numerosos artistas como Juan de Álava o Rodrigo Gil de Hontañon.
La catedral se terminó siglos después, por lo que la decoración que se inicia en el Renacimiento se va completando poco a poco en decenios posteriores. Lo que sí es renacentista son las decoraciones de las fachadas, que están llenas de elementos decorativos propios de esta época como grutescos, medallones.. Y también el famosísimo astronauta que, evidentemente, del siglo XVI no es. Ohhh… el mito y la leyenda que acabo de destruir se debe, simplemente a una restauración de los años ochenta.
El interior de la Catedral Nueva también es fastuoso. Las capillas laterales, los grandes pilares que dividen las naves, el fantástico coro y la girola impresionante forman un maravilloso conjunto artístico. Tanto el interior como el exterior son visitables en un magnífico recorrido llamado Ieronimus. Este paseo recorre parte de la torre hasta llegar a las naves tanto de la Vieja como de la Nueva. No os perdáis esta visita en Salamanca, para mí es un imprescindible y merece muchísimo la pena.
El Convento de los Dominicos de San Esteban
El Convento de San Esteban de Salamanca se convertiría en el siglo XVI en uno de los edificios más importantes de la ciudad, tanto en el ámbito artístico como social. El ingreso en el convento de Juan Álvarez de Toledo, segundo hijo del Duque de Alba, en la primera década del siglo impulsará la realización de una nueva iglesia. La ejecución de las obras comienza en 1524, sobre una antigua iglesia construida por la orden dominica en el siglo XIII. La iglesia se inicia bajo la dirección del cantero Juan de Álava, el cual contaba con un importante taller de colaboradores entre los que se encontraba Fray Martín de Santiago, junto con Domingo de Lasarte, Cristóbal Calderón, Gabriel Rodríguez, etc…
Tras la muerte de Fray Martín de Santiago la obra pasa a manos de Rodrigo Gil de Hontañon, hacia 1556. En esta etapa se produce el cambio de un estilo goticista a uno renacentista visible tanto en los detalles estructurales como en los detalles decorativos, las ventanas, la decoración con medallones en el cimborrio, etc. Desde 1573 a 1600 se encargará de las obras Juan de Ribero Rada, el cual termina la capilla, cierra la bóveda del presbiterio y finaliza el cimborrio. Las obras concluyen en el inicio del siglo XVII.
La planta de la iglesia responde al modelo de iglesia de predicación: cruz latina, una sola nave con capillas laterales. Se cubrió con bóvedas de crucería, aunque en el cimborrio, crucero y presbiterio presentan una decoración renacentista de medallones.
La iglesia es espectacular, pero el conjunto del Convento también lo es… La galería de entrada en uno de los laterales de la fachada, al más puro estilo italiano es bellísima y no olvidemos el Claustro de los Reyes, eje de la vida conventual. Ah… un apunte, en este Convento fue donde Cristóbal Colón, gracias a la intercesión de Fray Diego de Deza convenció a la Reina Isabel La Católica para que Castilla financiase su aventura a las Indias.
Por supuesto, lo más espectacular es la fachada, concebida por Juan de Álava que ya traía sus ideas directas de Italia y quería adaptarlas a la arquitectura del final del gótico. Total, que es una fachada de tres cuerpos, divididos en calles en los que hay miles de elementos decorativos entre los que se encuentra, por supuesto, infinidad de medallones. El programa iconográfico de la fachada no fue competencia de Juan de Álava. Tampoco hay constancia documental que permita atribuir la autoría intelectual del programa, posiblemente estuviese ligado a la orden dominica… pero esto me quedó por descubrir en mi doctorado.
Iglesia de Sancti Spíritus
La antigua parroquia de Sancti Spíritus fue fundada en la última década del siglo XII, en la zona habitada por las gentes procedentes de Toro. En 1268 Don Martín Alonso y su esposa María Meléndez fundan el convento de las Comendadoras de Santiago dotándolo de una importante cantidad de sus bienes. De la iglesia original no queda resto alguno y ya en el siglo XVI Doña Leonor de Acevedo solicita al Emperador Carlos V y al Consejo de Órdenes una licencia para acometer las obras del convento y la iglesia de Sancti Spíritus. Tuvo unos años confusos con algunos pleitos entre la comendadora del convento y los parroquianos, pero, finalmente en 1541 se empieza la iglesia.
La iglesia consta de una planta de una sola nave con dos tramos y capillas hornacinas entre los contrafuertes. La capilla mayor es ochavada. Los tramos de la nave se cubren con bóveda de crucería y las capillas hornacina con bóvedas de cañón con eje perpendicular al de la nave. La obra se atribuye a Fray Martín de Santiago.
La portada es prototipo de portada suspendida y en ella se concentra la decoración del exterior de la iglesia. Se distribuye por medio de un arco de medio punto enmarcado por dos pilastras pareadas que no llegan al suelo. En las enjutas del arco aparecen dos medallones, formando una pareja. Sería la representación modernizada de los fundadores del Convento de las Comendadoras de Santiago, Don Martín Alfonso y su esposa María Méndez. Los dos vestidos a la moda, formando una de las parejas de medallones más bonitos de Salamanca (para mí, claro). Toda esta estructura, la presencia de santos y donantes, los motivos decorativos nos remiten a otras fachadas como la de San Esteban y las Dueñas.
La iglesia de San Martín
Esta emblemática iglesia salmantina, en pleno centro de la ciudad, fue fundada hacia 1103 por Don Martín Fernández bajo la advocación de San Martín de Tours, es decir, durante la repoblación de la ciudad. Se construyó entre 1140 y 1170. Sufrió obras de consolidación y añadidos en los siglos XIII, XV y XVIII, que han desfigurado sustancialmente su estructura. Sin embargo, sigue siendo la iglesia románica más emblemática de la ciudad. Cuando entres fíjate cómo sus columnas dañadas por el tiempo presentan un cierto efecto. La iglesia, de tres naves, curiosamente, no tiene crucero ni cúpula sobre él.
La portada norte es románica (la puerta del Obispo). Es muy sobria con un arco de medio punto y decoración típicamente medieval, pero, sin duda, encantadora. La portada meridional se ocultó en el siglo XVI dentro de un atrio cerrado por una fachada externa de estilo plateresco cercano al de Rodrigo Gil, obra de Francisco Villoria y Francisco Montero entre 1582 y 15865. La puerta de los pies, actualmente no se ve desde el exterior, ya que en esa zona se construyó una capilla, la del Carmen.
Iglesia de la Clerecía (Colegio de la Compañía de Jesús)
La Iglesia de la Clerecía parece una auténtica Catedral por sus dimensiones, de hecho no es raro el turista que dice: ¡Mira la Catedral! Menuda envergadura tiene este edificio, un complejo único que era el Real Colegio de la Compañía de Jesús. Su construcción se inicia en el siglo XVII. Lo demuestra su imponente fachada que se alza majestuosa con sus dos torres, a la que por cierto se puede subir. La experiencia Scala Coeli es súper recomendable, tiene unas visitas increíbles.
El conjunto tuvo mecenazgo real, su construcción fue impulsada por la reina Margarita de Austria, la esposa del rey Felipe III. La iglesia es impresionante, en su interior cuenta con una sola nave con capillas entre sus pilares. Fíjate en la altura de la cúpula… La construcción se llevó a cabo durante unos 150 años, finalizó en 1754, poco antes de la expulsión de los Jesuitas en España. Esto de expulsar nos ha gustado siempre mucho a nosotros. Los principales arquitectos Andrés García de Quiñones y Juan Gómez de Mora, llevaron el barroco a su máximo esplendor en este templo.
Otras iglesias de Salamanca que no te debes perder
Iglesia de la Purísima
Otra de las iglesia de Salamanca con historia y mucho patrimonio. Se construyó gracias al favor del Conde de Monterrey, que tenía su palacio renacentista en frente y quiso que su hija ingresase en un convento. Una de las obras más destacadas en la iglesia es la impresionante Inmaculada de José de Ribera, situada en el altar.
Iglesia de las Úrsulas
La iglesia de las Úrsulas formaba parte del Convento de la Anunciación, una orden franciscana, fundado en Salamanca en mitad del siglo XV. La orden estuvo presente en el convento hasta 2018 cuando dejaron la comunidad las pocas monjas que quedaban. En la actualidad esta bonita iglesia de arquitectura gótica con una sola nave y sin capillas acoge un museo. Todavía en su interior se conserva el importantísimo Sepulcro del Arzobispo Fonseca, una figura fundamental en la historia de Salamanca.
Iglesia de San Marcos
En mi opinión, se trata de una de las iglesias más originales de Salamanca por su curiosa planta. El edificio es completamente redondo, aunque en su interior no lo parezca con sus tres ábsides. Es una de las iglesias más antiguas de la ciudad, su origen está en el final del siglo XI, poco después de la repoblación de la ciudad. Se situaba justo en una de las puertas de la muralla y fue la sede de la Real Clerecía de San Marcos.