Si tuviera que definir mis viajes anteriores a Brujas diría que fueron cortos, escasos e, incluso, parciales. Y, aunque los disfruté muchísimo, desde la perspectiva de la actualidad los retengo insuficientes en cuanto a la inmensa belleza e interés que me ha transmitido la ciudad en esta ocasión. Brujas es una ciudad preciosa, la mires por donde la mires, pero si miras más allá de los recorridos turísticos encontrarás una Brujas desconocida y con muchas curiosidades.
Curiosidades de Brujas que no aparecen en las guías
Intentaré seguir la ruta que hicimos gracias a Fietskoetsen Brugge (Bici carro) con nuestra encantadora guía, la cual nos llevó a conocer algunos aspectos curiosos y originales que han dado ese contenido inesperado y alucinante a esta visita a Brujas. Salimos de la Plaza Grote Markt, punto neurálgico de la ciudad y lugar donde nos esperaba nuestra guía para emprender el recorrido a través de la Vlamingstraat.
El edificio de la Antigua Bolsa
Cuando en otras ocasiones había visitado Brujas me parecieron llamativos algunos edificios a modo de pequeño rascacielos cúbicos medievales que decidí, de forma errada, que no eran tales si no arquitectura neo. Estaba completamente equivocada sobre esto y lo descubrí cuando nuestra guía paró frente a uno de ellos: el edificio de la Antigua Bolsa de Brujas.
Este llamativo edificio era una posada: Ter Beurze por el nombre de su propietario Robert Van der Beurze. Las posadas de una ciudad tan comercial como Brujas funcionaban a modo de centros de intercambio y cambio, es decir, los primeros lugares de transacciones comerciales como se hacen en la mismísima Bolsa. La plaza en la que se situa, fue, de esta forma, el corazón bursátil de la ciudad medieval y se convirtió en sede de mercaderes extranjeros venidos de las ciudades principales como Florencia, Venecia o Génova.
No es casualidad que los bellos edificios de esta pequeña plaza están muy próximos a la antigua Lonja de los burgueses de Brujas, justo en nuestra siguiente parada: la Plaza de Jan van Eyck.
Plaza de Jan Van Eyck
Cuenta la leyenda que el primer habitante de Brujas fue un oso. Y nada más llegar a la Plaza de Jan van Eyck te lo encontrarás asomado en una de las hornacinas que decoran la Lonja de los burgueses. Este precioso edificio construido entre 1395 y 1415 estaba, como su nombre indica, ligado al mundo mercantil y comercial de la ciudad. Fijaos en las numerosas esculturas que decoran la fachada, sin olvidaros del famoso oso que tuvo un terrible fin cuando el rey Balduino I conquistó estas tierras y lo abatió.
La plaza que tenemos delante dedicada al prestigioso artista medieval fue durante los siglos XIII al XV el corazón comercial de la ciudad. No tenemos que olvidar que en aquella época Brujas tenía salida al mar y era en esta zona donde atracaban las naves y buques destinadas al mercadeo y comercio. Esta preciosa plaza era la fachada de un barrio dedicado a los negocios de compraventa, almacenamiento e intercambios, por ello se encontraban aquí numerosas bodegas, almacenes y la aduana (“Rijkepijndershuis”). Si te fijas en su fachada, además de ser preciosa, es el edificio más estrecho de la ciudad.
Las casas de madera y la prevención de incendios
Os confieso, el lateral donde se encuentra la aduana me parece que es una de las estampas más bonitas de la ciudad, rica, interesante, genuina… Al fondo, en la calle Genthof encontrarás un curioso ejemplo de la arquitectura medieval de Brujas. Se trata de una de las dos únicas casas medievales construidas en madera que se conservan en Brujas. La otras, es la que podéis ver al lado del Puente de San Bonifacio y que se asoma hacia el canal.
Aunque las imágenes icónicas que tenemos de las casas de Brujas son de piedra, también existían casas de madera. Aunque como medida para prevenir los incendios y que estos no se extendieran las casas de madera solían estar rodeadas por otras de piedra. Esta medida se conservó durante los siglos del medievo y bien entrado el renacimiento, hasta que en el siglo XVII se decidió prohibir las construcciones en madera. Es en ese momento cuando es decide derribar muchas de ellas, aunque por suerte, todavía se conservan estas dos como curiosidad para los viajeros.
Caminando entre Vírgenes
La Virgen María es la patrona de Brujas y sus habitantes han tenido a lo largo de los siglos gran fervor por su figura. Tanto es así, que si te fijas en las diferentes calles y fachadas mientras recorres la ciudad encontrarás un sin fin de imágenes de la Virgen. Además de estas esculturas que puedes ver por la ciudad, también hay una escultura de la Virgen muy especial. Es la Madonna de Brujas, una obra de Miguel Ángel realizada en 1506, la única del autor italiano que está fuera de Italia. Esta es una de las obras que desapareció durante la Segunda Guerra Mundial y cuya historia, junto con la del Tríptico de San Bavón de Gante, aparece en la película The Monuments Men.
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La imagen de María está totalmente ligada a la ciudad. La patrona sale en procesión por las calles desde la Basílica de la Santa Sangre una vez al año. Además, los colores de la virgen, son los colores de la bandera de la ciudad de Brujas.
El barrio “inglés”
No muy lejos del centro pero sí lo suficientemente alejado de este se encuentra el barrio “inglés”. El Convento de los ingleses, en la calle Carmensstraat, es el corazón de este barrio tan bonito y tranquilo. Se trata de un convento consagrado a la educación de las niñas que se ha mantenido habitado y en funcionamiento durante los últimos cuatro siglos. Al pasar por allí os llamará la atención su iglesia de estilo barroco construida en el año 1620 y la entrada tapiada de esta, aunque no se sepa el por qué hay muchas especulaciones de los motivos que llevaron a cerrarla en 1.802.
Muy cerca del convento, en este barrio tan bello, está el Gremio de los arqueros de San Sebastián. Inaugurado en el siglo XIV está destinado únicamente para hombres, aunque hay dos mujeres que son parte de sus miembros: la fallecida Reina Isabel de Inglaterra y la Reina Matilde de Bélgica. Este gremio tiene una importante relación histórica con la corona inglesa, ya que el mismísimo Carlos II fundó un Regimiento de Guardias de Vida y Granaderos dentro del Gremio de Arqueros de San Sebastián.
Si te pierdes por este barrio encontrarás preciosas calles adoquinadas salpicadas de casas flamencas con una característica especial: cuentan con jardines en la parte delantera de la casa. También podrás encontrar curiosas casitas blancas que eran originalmente fruto de la caridad de algunos nobles y ciudadanos adinerados, que las construían para dar techo a los más pobres a cambio de oraciones.
La taberna más antigua de Brujas y sus “borrachos”
Una de las tabernas más antiguas de Brujas y de Flandes es el pub Vlissinghe (Biekersstraat, 2). Se trata de un edificio de 1515 que todavía hoy está en funcionamiento y acoge tanto a turistas como a habitantes de la ciudad. Por supuesto, es un lugar perfecto para tomar cualquier tipo de cerveza y probar algún plato típico belga, además los precios son bastante contenidos.
Fíjate antes de entrar o salir en algunos de los detalles que tiene a su alrededor: los aros para dejar a los caballos aparcados a su puerta o como los ángulos de la calle están rebajados y con una especie de tope en la parte inferior para que los borrachos no sufrieran daños ni golpes cuando pasaban por allí.
Los pequeños detalles
En Brujas te llamarán la atención diferentes elementos y detalles que encontrarás en sus calles, fachadas y plazas. Entre ellos, unos pequeños nichos decorativos al lado de las puertas de entrada de las fachadas. Estos pequeños agujeros en la pared servían para poder limpiar los zapatos antes de entrar en las casas.
Brujas está muy ligada al comercio de paño y uno de los más originales que se fabricaba allí era el encaje de bolillos. De hecho, una de las hipótesis más antiguas es que este tipo de encaje nace aquí en el siglo XVI y que junto con Venecia, las dos ciudades comparten ser la cuna de este tipo de labor.
Una de las curiosidades más originales de Brujas está escondida en sus fachadas. Las típicas y tradicionales construcciones coronadas con escalones a modo de almenas tienen una interesante historia. Los escalones en la fachada hacen referencia al interés que tenían los ciudadanos de Brujas por hacerse ver y notar. Cuantos más escalones tenía su fachada mayor era su poder económico y así se lo hacían ver a sus conciudadanos.
Molinos de Brujas
Aunque tradicionalmente pensemos en que los molinos son algo típico de Países Bajos, la ciudad de Brujas cuenta con algunos molinos de origen medieval. Algunos de ellos se datan en el siglo XIII y estaban destinados a la molienda de trigo para hacer pan o, por ejemplo, al trabajo con la aceituna para hacer aceite.
Los molinos que se pueden visitar en Brujas se encuentran al norte de la ciudad en el parque Kruivest. El más famoso es el de Saint Janshuis que, aunque no es medieval es un buen ejemplo de cómo eran los molinos de la zona. Está todavía en funcionamiento y puede visitarse por dentro. Y lo más curioso de este molino es que además de que sus aspas giran, el propio edificio gira sobre sí mismo completamente.
El Beguinario de Brujas
Ya habíamos hablado en este blog sobre los beguinarios de Flandes, sitios muy particulares y tradicionalmente ligados a esta zona de Europa. El beguinario de Brujas estuvo en funcionamiento desde el siglo XIII hasta los inicios del siglo XX cuando falleció la última beguina. Estas mujeres, no siendo religiosas, hacían una vida en comunidad y con unas normas muy similares a lo que conocemos como las órdenes religiosas.
En la actualidad, se puede visitar su precioso conjunto de edificios, con una gran zona central ajardinada. Ten cuidado con los horarios, fuera de estos no se puede entrar ni salir de este lugar.
La Venecia del norte
Una de las características más famosas y bellas de Brujas es que está surcada por canales y muy relacionada con el agua. En la época medieval, además, Brujas tenía puerto y salida al mar que la permitió tener un gran tráfico comercial desde la Edad Media. Los canales están en la esencia de esta ciudad y por ellos se puede navegar para disfrutar de un punto de vista diferente y original.
Sin duda, una de las mejores formas de conocer la ciudad es un paseo fluvial a través de sus canales. Desde allí tendrás algunas de las mejores vistas de Brujas. Por todo ello, esta ciudad flamenca se ha ganado el apelativo de la Venecia del Norte.
Este post es parte de la colaboración de la Asociación Madrid Travel Bloggers con Turismo de Flandes que nos llevó por varias ciudades flamencas: Amberes, Brujas y Gante. Agradezco a las oficinas de turismo locales, Visit Bruge, por las facilidades para realizar la ruta y descubrir la ciudad menos turística y más cautivadora.
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