Siempre que viajamos intentamos reflexionar sobre la importancia que tiene nuestra huella como viajeros en los lugares que visitamos. En muchas ocasiones nos preguntamos sobre esos destinos y todo lo que nos aportan como viajeros y cómo se estructura el turismo y la economía de esos lugares. El viaje ha Chipiona, gracias a la invitación del Patronato de Turismo de Cádiz, el Ayuntamiento y la oficina de turismo de Chipiona, Turismo de Andalucía y la organización de Teresa (El Faro de la Jument), nos ha hecho apreciar más que nunca, como el turismo sostenible, verde, natural, tiene que ser hoy el objetivo del desarrollo turístico por parte de instituciones, empresas y, por qué no, de los bloggers. Te contamos el valor de lo natural que el blog trip #ChipionaNatural nos ha descubierto.
Chipiona, el valor de lo natural
Qué ver en Chipiona
No puede faltar en un post como este una breve referencia a aquellas cosas que no te puedes perder en Chipiona que y nosotros, por supuesto, también visitamos. ¿Sabías que Chipiona tiene un castillo? Pues no es el único punto monumental que deberías conocer.
El santuario de la Virgen de Regla
La famosa Virgen de Regla es la patrona de Chipiona y su Santuario se encuentra situado al lado de la Playa de Regla en pleno casco urbano de la localidad. Probablemente, es el sitio más conocido por turistas, visitantes y viajeros, pero, sin embargo, pocos saben que allí se asentó anteriormente otro monasterio agustino de gran relevancia histórica y que las construcciones anteriores datarían incluso de época medieval, como se observa en la bella ventana que está en su claustro. A este centro religioso llegaron incluso los Reyes Católicos y en el siglo XV vivió un momento crucial, la firma de la Carta Puebla de la Localidad. El 7 de julio de 1477 fue la fecha señalada y en octubre del mismo año los mismísimos Reyes Católicos almorzaron en el por entonces monasterio agustino antes de embarcarse en Sanlúcar.
Durante muchos siglos ha sido un lugar dedicado a la formación religiosa con la misión de llevar la palabra de Dios hacia lugares tan lejanos como China, África o América Latina. En la actualidad sigue siendo un lugar de clausura con los hermanos franciscanos como “guardianes” del templo y de la figura de la Virgen de Regla. La pequeña imagen de la Virgen de Regla, tan venerada no sólo en Chipiona sino en toda la provincia, dataría del siglo XIV aunque el niño es del siglo XVI. Por cierto, la talla de la virgen es negra… y el niño blanco, curiosidades de una obra de arte única.
En el interior del Santuario, además de la iglesia de inicios del siglo XX es muy significativo el bonito claustro de la orden franciscana. Esta orden guarda un tesoro valiosísimo con numerosos objetos y obras de arte expuestas en varias salas museales. No faltan elementos y objetos litúrgicos entre los que se encuentran los valiosísimos mantos y vestidos de la Virgen de Regla. No es visitable, aunque tuvimos la fortuna de hacerlo, la preciosa biblioteca de la orden, un ejemplo único de biblioteca histórica.
El Castillo de Chipiona
Probablemente se trate de uno de los castillos más chiquititos que hemos visitado y, sin embargo, su enclave y la puesta de sol desde él son una auténtica delicia. Se trata de una torre originalmente de época árabe que poco a poco y durante la reconquista sufrió diferentes modificaciones. A partir del siglo XV con la llegada de la repoblación de la zona fue un lugar muy importante como punto estratégico para la vigilancia de la costa.
Aunque es un castillo muy pequeñito tiene una maravillosa azotea desde la que se observan unas bonitas vistas, sobre todo, al atardecer. La galería exterior del castillo, con vistas al mar, también ofrece unas bonitas perspectivas que al caer la tarde se vuelven espectaculares como todos los atardeceres chipioneros. Pero de esto hablaremos más adelante.
El faro de Chipiona
Este imponente edificio se erige en la segunda mitad del siglo XIX, comenzando su construcción en 1863. Aunque es del siglo XIX es probable que existiera anteriormente alguna construción con una función similar: evitar que los barcos que llegaban encallasen en la zona rocosa y la desembocadura del Guadalquivir.
Las vistas desde el faro son impresionantes, se puede ver toda la localidad, sus campos cercanos, Rota, la desembocadura del río y el Parque Nacional de Doñana. No te asustes por los 325 peldaños que hay que subir para llegar a lo alto del faro, con un poquito de esfuerzo y una botella de agua, a tu ritmo, subir al faro es una auténtica delicia.
Centro histórico e Iglesia parroquial
El pequeño centro histórico de Chipiona tiene calles y rincones absolutamente encantadores. Entre ellos está la plaza de Juan Carlos I donde se sitúa la Parroquia de Nuestra Señora de la O y la ermita de la Hermandad del Santísimo Cristo de las Misericordias. Es un lugar muy bonito rodeado de palmeras y algunos edificios históricos que te trasladan al otro lado del Atlántico gracias a su aire colonial decorado con flores.
La iglesia parroquial es un edificio cuya construcción se inicia en el siglo XVI con un estilo gótico muy tardío. En el interior varios altares entre os que destaca el del Mayor, todos ellos en estilo barroco y con profusa decoración. Por supuesto, las calles del centro, el Mercado de Chipiona, los alrededores del Puerto, del Castillo y de la iglesia Parroquial se llenan de vida los fines de semana y en vacaciones. El paseo por estas calles merece la pena, incluso puedes encontrar lugares tan curiosos como la casa natal de Rocío Jurado.
Del campo a nuestra casa
Uno de los principales objetivos del blog trip #ChipionaNatural es el de poner en valor los productos de la tierra y del mar que se obtienen de sus campos y su costa. La huerta chipionera es una de las más ricas de Andalucía en ella se producen todo tipo de frutas y hortalizas que llegan a cualquier punto de España y de Europa. Tuvimos ocasión de visitar las grandes naves de Mercado Rivera, un grupo empresarial que exporta sus productos por todo el país y en cuyas instalaciones se celebra una curiosa subasta de frutas y verduras.
Pero si importantes son los campos hortofrutícolas de Chipiona los de flores no le van a la zaga. Porque este pueblo es uno de los principales productores de flor cortada de Europa y el principal exportador de España. Desde Chipiona viajan hasta lugares como el norte de Europa (Países Bajos) una gran variedad de flor cortada como el lilium en sus diversas formas, claveles varios, etc… Todo cultivado y cortado de forma natural como hacen los Hermanos Moreno ¿habéis visitado alguna vez un campo de flor? Pues nosotros así lo hicimos, al igual que otros de sandías y melones.
La pesca tradicional en corrales
La costa de Chipiona está surcada de “corrales”, unas estructuras a modo de piscina en las que se pesca de forma tradicional gracias al antiguo oficio de los catadores. Los corrales datan originalmente de la época romana, aunque hay dudas sobre si los fenicios también los utilizaron, y se mantienen a día de hoy gracias a la Asociación de pescadores que llevan a cabo esta forma ancestral de pesca.
Los corrales se llenan de agua cuando sube la marea y cuando esta baja deja a disposición de los pescadores una serie de especies marinas que se encuentran “atrapadas” en los corrales. Cuando la marea está alta los corrales desaparecen y apenas se percibe la estructura de sus paredes realizadas con piedra ostionera con caños para el vaciado. Cuando baja la marea los corrales se van vaciando y dejan al descubierto peces y mariscos que esperan la llegada del catador.
En la actualidad, esta pesca tradicional no está destinada a la venta del producto, si no que todo lo que se pesca es para consumo propio de las familias que forman parte de esta asociación de pescadores. El catador es el encargado del corral y la persona encargada de que no se produzca una pesca indebida de especies, por tamaños, etc.
Por supuesto, aunque puedas visitar estos lugares acompañado siempre de alguno de los responsables no debes ni puedes tocar las rocas, remover las aguas y mucho menos llevarte ningún animal.
La producción de Moscatel en Chipiona
No hay visita que se precie a Chipiona que no pase por el Museo del Moscatel. Sin duda, un lugar imprescindible y en mi opinión uno de los sitios que más me gustó visitar. El Museo del Moscatel forma parte de los edificios de la Cooperativa Católico Agrícola, una bodega creada en los años 20 del siglo XX para la comercialización y producción de este vino.
La historia del vino moscatel se remonta a la producción que ya hacían los romanos en su época en esta zona y que enviaban para su traslado a cualquier lugar del Imperio desde el gran puerto de Gades. En la Chipiona romana ya se producía vino “ceretensis” o vino de Jerez que se almacenaba en ánforas de producción propia y que se llevaba a través del Mediterráneo a cualquier punto del Imperio. Desde el puerto de Chipiona se llevaban tres productos a todo el imperio: la piedra ostionera, el vino y las salazones para mantener algunos alimentos.
Con el paso del tiempo la llegada de los musulmanes y la posterior reconquista cristiana, los repobladores y los propietarios de las viñas, los mayetos, siguieron produciendo su vino. Esta tradición continuó durante centurias hasta convertir a Chipiona en una de las principales elaboradoras del vino moscatel, con un precioso lema: Chipiona, donde el vino se hace elegante.
El entorno natural de Chipiona
Si hay algo por lo que destaca Chipiona, además de por sus famosas playas de dunas naturales, es por ese mismo entorno dunar y natural que la rodea. En la actualidad el Ayuntamiento de Chipiona ha creado una interesante Vía Verde que prácticamente conecta Sanlúcar de Barrameda, con Chipiona y llega a Rota. Esta Vía Verde fácilmente transitable a pie o en bicicleta tiene unos 15-17 kilómetros y pasa por algunos interesantes entornos como el pinar de Chipiona.
En medio de este bosque de pinos se encuentra la Ermita de la Virgen de Regla, una construcción contemporánea que celebra una bonita fiesta campera año tras año. En esta zona de dunas y pinares viven algunas especies de mamíferos como el lirón o el conejo, pero, sobre todo, podrás encontrar algún ejemplar de camaleón. El camaleón es, actualmente, una especie vulnerable y existió en Chipiona un Centro de Interpretación del Camaleón que por desgracia sufrió un gran incendio hace unos años.
La gastronomía en Chipiona
Mira que ha habido cosas destacables en Chipiona, pero sin duda, uno de los que a mí me ha hecho enamorarme de esta localidad es su gastronomía. Con una huerta tan extensa y productiva como tienen los chipioneros no podían faltar en sus mesas productos de sus campos. Producción y gastronomía de kilómetro cero. ¿Qué quiere decir esto? Es fácil, en Chipiona el valor de lo natural se lleva directamente del productor a la mesa tanto en casa como en los restaurantes que ofrecen a sus visitantes una gama de ingredientes de la tierra y el mar de altísima calidad sin ningún tipo de aditivo o conservación artificial.
Por supuesto, las posibilidades que ofrece la pesca en la costa hacen que sea infinita la elaboración de platos de pescados y mariscos, con productos tan originales como ortiguillas, huevos de choco y una inmensa variedad de pescados frescos y recién pescados. En Chipiona hemos probado de todo, tantas cosas que daba mucha pena tener que renunciar a algunas de ellas. Lo irrenunciable en Chipiona es, por ejemplo, el atún en todas sus elaboraciones y variedades y combinado con multitud de ingredientes.
Qué hacer en Chipiona: imprescindibles
¿Todavía hay más cosas en Chipiona? Pues sí, todavía hay unas cuantas cosas que no deberías perderte si visitas este pueblo.
Actividades en el mar
En Chipiona hay algunas empresas que promocionan las actividades y deportes náuticos. Así, es posible alquilar barcas, motos de agua, etc,… para realizar excursiones y actividades acuáticas. Por ejemplo, una excursión como la que hicimos hasta la el “Barco del arroz”, un buque hace unos años encalló en la desembocadura del Guadalquivir.
Un paseo en bicicleta
Si algo tengo que agradecer a este blogtrip es que me sacase de mi zona de confort y me hiciese, después de muchos (cuando digo muchos es muchos) montar en bicicleta. Un paseo por la Vía Verde o por el carril bici son una buena opción para moverse sin problemas de tráfico por Chipiona. Nosotros lo hicimos gracias a la colaboración de Bicicletas Valdés con unas bonitas y llamativas bicis amarillas.
El atardecer
Es un imprescindible, el atardecer desde las playas de Chipiona, desde AWA o desde Los Corrales es un “must“. No te puedes ir de Chipiona sin disfrutar de esta espectacular puesta de sol. Es absolutamente embriagadora, si lo haces en buena compañía como yo seguro que será difícil que te olvides de esos momentos.
Las playas
Como iba a ir a Chipiona y no íbamos a pasar un ratito en la playa. La playa urbana de Regla es una playa magnífica, un largo arenal rodeado que se extiende desde el faro hasta más allá del Santuario de la Virgen de Regla (Punta del Camarón). Es perfecta para ir con niños y hay un montón de hoteles, chiringuitos y servicios alrededor.
La playa de las Tres Piedras es una playa hacia la zona de Rota, entre Chipiona y Costa Ballena. Se trata, en este caso, de una playa natural, extensa y muy agradable, en la que puedes encontrar zonas con chiringuitos y restaurantes, pero también zonas muy tranquilas.
Hay muchas otras playas como la Playa Micaela, entre el Puerto y la de Montijo, la más cercana a Sanlúcar. La de las Canteras, la Cruz del Mar… un sin fin de arenales para disfrutar de un día de mar.
Datos prácticos para visitar Chipiona
Dónde dormir
Chipiona está perfectamente dotada de servicios de hostelería y restauración. Yo estuve alojada en el Hotel Monterrey Costa situado como algunos otros a pie de playa. Se trata de un hotel de tres estrellas perfectamente dotado con un restaurante en el mismo paseo marítimo y con un gran parking interior y exterior. Las habitaciones son muy cómodas y algunas de ellas disponen de terraza mirando al mar. ¡Qué gusto es eso de levantarse y abrir la puerta para ver el Atlántico!
Otros hoteles y alojamientos en Chipiona:
- Hotel Agaró, uno de los más bonitos de la localidad. Se encuentra en primeral línea de Playa, tiene una magnífica restauración y una piscina infinita que te quita el hipo.
- Hotel Playa de Regla, también situado en la playa en un bonito edificio típico andaluz. A pocos pasos del Faro y del centro urbano.
- Hotel La Española, frente a la Playa de la Cruz del Mar y junto al Castillo de Chipiona. Sin duda, otra magnífica opción para pasar unos días en la localidad.
**Aunque no me alojé en ellos doy fe de que mis compañeros estuvieron muy agusto en sus instalaciones y que están muy bien situados.
Dónde comer
Ya he hablado brevemente de la gastronomía y de los productos e ingredientes de los platos chipioneros, pero os cuento algunos de los restaurantes que tuvimos oportunidad de conocer. No puedo poner ni una pega, porque comimos muy bien y nos ofrecieron una impresionante muestra de la cocina desde la más “simple” y tradicional, el espeto de sardinas del Chiringuito de las Tres Piedras hasta las más elabordas como arroces, guisos o sushi.
Zona Playa de las Tres Piedras
La Manuela un concepto único y moderno de lo que podría haber sido en origen un chiringuito tradicional a pie de playa. Con una decoración en tonos blancos y azules, relajación al máximo y una cocina de gran calidad es un sitio ideal para una reunión con amigos en torno a una mesa mirando al mar. La comida de vanguardia pero centrada en el producto de la zona.
Chiringuito Las Tres Piedras es el típico chiringuito tradicional en el que vas a comer muy bien gracias a los productos de kilómetro cero hechos con todo el cariño y saber de los años. Servicio perfecto y agradable para comer con los pies en la arena probando las típicas sardinas a la barbacoa, unas gambas o una espectacular ensalada de patata y pulpo. Para chuparse los dedos y darse un buen remojón en la playa.
Centro urbano de Chipiona
La Gastrotaberna Sin Bulli es el típico sitio distendido con buen rollo y buena comida. Está en el centro de Chipiona muy cerca del Castillo y es el lugar perfecto para ir de tapas con amigos, tomar unos vinos y disfrutar de su gastronomía.
A pie de playa
AWA Beach Club: qué lujo poder disfrutar de un atardecer en un establecimiento como este. Buena comida, coctelería muy cuidada y un servicio totalmente encantador. Imprescindible su cocina de autor con platos que se inspiran en la cocina tradicional de Chipiona con un toque de vanguardia y sabores sorprendentes. Un consejo, disfurta del atardecer con un mojito, un spritz o un gintonic en la mano. No te va a defraudar.
El Restaurante Hotel Agaró es un sitio muy agradable con cocina que mezcla novedad y producto y que sorprende con una cocina fusión de sabores. Así, te puedes encontrar un pan bao relleno de atún atlántico con salsas inspiradas en cocinas exóticas. Arroces, tartares, frituras… todo con un toque muy especial.
Restaurante Los Corrales en la Playa de Los Corrales, frente a estas estructuras de pesca y con un maravilloso balcón al mar. Cocina de auténtica calidad basada en la huerta y el mar. Imponentes los pimientos, pero no menos espectaculares sus pescados y mariscos: la lubina fresca, el pulpo de la costa de Chipiona y los huevos de choco son espectaculares.
Cómo llegar a Chipiona
Chipiona se encuentra entre las localidades de Rota y Sanlúcar de Barrameda y es posible llegar en autobús de línea desde Jerez. Yo así lo hice porque volé desde Madrid a Jerez unos días antes. La conexión es muy sencilla ya que el aeropuerto de Jerez tiene servicio de cercanías hasta la ciudad y desde allí el autobús de línea en dirección Costa Ballena.
Por supuesto, si dispones de automóvil es muy sencillo llegar a Chipiona, aunque aparcar probablemente sea más complicado sobre todo en los meses de julio y agosto. Desde Sevilla se puede tomar dirección N-IV hacia Jerez y desde allí la salida hacia Sanlúcar (en Las Cabezas de San Juan). Chipiona es una visita perfecta si estás en la zona de Cádiz y sus alrededores.
Como veis los días que pasamos en Chipiona fueron muy intensos y no paramos de hacer cosas, visitar lugares y comer. Todo mi agradecimiento a la organización y al ayuntamiento, en especial al Alcalde con quien tuve oportunidad de conversar, al concejal de Turismo que nos acompañó en varias visitas y ocasiones y a los técnicos de turismo. A Teresa por hacer esto posible.