Bien dice el eslogan de turismo que Asturias es un paraíso natural. Sin duda, lo es, pero también en este Principado encontrarás otras muchos atractivos e intereses que satisfacen las necesidades de cualquier viajero. En Asturias, la gastronomía es una auténtica bendición divina entre fabadas, cachopos y postres, la arquitectura recorre desde el original y único prerrománico hasta las casonas de indianos, los parajes de costa y montaña… En fin, ¿hay una región más completa que Asturias? Hoy te cuento, en mi opinión, las diez cosas que ver en Asturias y no te debes perdersi lo visitas por primera vez.
Las 10 cosas que ver y no perder en Asturias
Villas marineras en Asturias
La costa asturiana está salpicada de villas coloridas, elegantes, de calles empinadas y puertos vivos. Son muchos los pueblos asturianos que merecen una visita, aunque hay algunos que son imprescindibles. Luarca, cuna de don Severo Ochoa, es una de las villas marineras más bonitas y elegantes de España. Goza de una preciosa arquitectura gracias a personajes como Manuel del Busto que además de dejar toda su impronta por Asturias construyó edificios tan bellos como la Villa Excelsior de Luarca o el Ayuntamiento de la localidad.
También en el Occidente asturiano, a pocos kilómetros de Luarca, encontrarás uno de los pueblos más originales del Principado: Cudillero. Un pueblo colorido, en el que sus casas se apelotonan en unas subidas de infarto como si quisieran con sus colores llegar a tocar el cielo. Un pueblo precioso que, probablemente, es uno de los más bonitos de España.
Llanes es otra de esas villas costeras con entidad y esencia propias. Situada en el Occidente, sorprenderá al visitante su maravilloso casco urbano medieval y su puerto deportivo. Y aunque esta zona urbana de Llanes es bella, nada tienen que envidiar sus alrededores con impresionantes playas. Sin lugar a dudas, es una de las cosas que ver en Asturias que no te esperas por su originalidad.
Es casi imposible mencionar en este resumen de las diez cosas que no te puedes perder en Asturias, todos los pueblos y villas costeras que merecen la pena. No te pierdas el famoso pueblo de Don Mateo, Lastres, o Tazones, o Candás, o Ribadesella… ¿Incontables verdad?
Playas naturales en Asturias
¡Ay las playas asturianas! La costa del principado está surcada de bellísimas playas, tanto o más que las villas a las que acompañan. Entre ellas hay playas de todo tipo, están las urbanas como la de San Lorenzo, en Gijón, una de las más bonitas de este tipo en el norte y en toda España. Están las de mi infancia, eh, sí, no os he dicho que viví en Asturias (nací allí aunque me considere de Salamanca), son playas muy concurridas a las que íbamos los de la Cuenca: Rodiles (en Villaviciosa) en la reserva Natural de la Ría, Perlora en un antiguo complejo vacacional, Salinas…
Pero hay playas maravillosas y sorprendentes, impresionantes arenales o calas escondidas. Las playas asturianas son una auténtica maravilla. Hay algunas playas muy famosas como la del Silencio (en Occidente, zona Cudillero), la de Aguilar en Muros de Nalón, o la de Cadaveo. Sin embargo, para mí, siempre en mi humilde opinión, la zona con las playas más bonitas y espectaculares de Asturias es Llanes.
Llanes alberga playas impresionantes como las de Toró, Ballota y su gemela playa de Andrín, la de Poo o la de Guadamía. Son todas impresionantes y algunas tienen unos miradores alucinantes en los que podrás disfrutarlas desde lo alto, así, por ejemplo, la de Torimbia en Niembro (Llanes). Pero además de estas magníficas playas, hay algunas mucho más excepcionales como son las playas de interior. La más famosa de todo Asturias es la del Gulpiyuri, pero hay otra también en la zona de Llanes, más discreta que deberías conocer: la del Cobijeru en la localidad de Buelna.
Oviedo y su legado histórico
La capital del Principado es un lugar imprescindible dentro de los que no te puedes perder en Asturias. Además de contener parte de la arquitectura prerrománica de la que luego hablaremos en su municipio, tiene otros bellos ejemplos de edificios como son su Catedral y varios palacios históricos. La Catedral de San Salvador, templo de estilo gótico, alberga algunos de los tesoros más importantes no solo de Asturias sino también de España en su Cámara Santa. Esta fue declarada Patrimonio de la Humanidad y en ella se custodian piezas tan significativas como la Cruz de los Ángeles símbolo de la reconquista cristiana y de la monarquía asturiana, la Caja de las Ágatas y el Santo Sudario. Además, es uno de los puntos de peregrinación hasta Santiago más importantes del Camino del Norte. Por supuesto, los edificios prerrománicos, de los que luego hablaremos son un imprescindible en Oviedo.
Uno de mis sitios preferidos en Oviedo es la Plaza del Fontán, un antiguo mercado centro de la vida comercial de la ciudad tiempos atrás que hoy está lleno de restaurantes. Es una plaza colorida en la que admirar la arquitectura tradicional asturiana. Hay muchos otros lugares interesantes que visitar en Oviedo, como son el Museo de Bellas Artes de Asturias y el Arqueológico, el Teatro Campoamor y algunas plazas como la del Ayuntamiento o la de Trascorrales, muy parecida en la arquitectura a la del Fontán.
Por supuesto, en Oviedo es imprescindible un paseo por el Campo San Francisco, yo lo llamaba el de los Patos en mi infancia y por la famosa Calle Uría. Una curiosidad, entre las calles y plazas de Oviedo se encuentran numerosas esculturas de todo tipo, las hay dedicadas a personajes de la vida cotidiana como la lechera de Trascorrales, a dibujos animados como Mafalda, directores de cine como Woody Allen o la Regenta. No te pierdas la Ruta literaria de la Regenta que se puede hacer en Oviedo, es un imprescindible para conocer esta obra.
Gijón: una ciudad completa
Siempre me gustó mucho Oviedo, pero en los últimos años le he cogido gusto a Gijón. Además, siempre fui fan del Sporting por encima del Oviedo. Gijón es una ciudad perfecta, viva, moderna, con recuerdos de su pasado romano y medieval, y con unas playas maravillosas.
El núcleo antiguo, Cimadevilla, está sembrado de pequeñas calles peatonales con restaurantes y lugares de ocio en lo que fue el asentamiento marinero de la villa. A partir de ella se extendió toda la ciudad, que hoy es la más grande de Asturias. Debajo de Cimadevilla se encuentra los restos romanos de las termas de Campo Valdés y de la muralla.
Imprescindible en Gijón es la visita a la Universidad Laboral. De ella se dice que es uno de los edificios más grandes de España, comparable con el Escorial. En funcionamiento desde la mitad del siglo XX ha sido una estructura solidaria creada para el apoyo a la educación. No te pierdas en esta ciudad el Elogio al Horizonte, una imponente escultura de Eduardo Chillida construida en 1990. Creo que no puedo resumir todo lo que hay que ver y hacer en Gijón, por lo que me reservo un próximo post dedicado en exclusiva.
Gijón tiene un montón de alicientes entre los que están sus Playas de San Lorenzo o Poniente, el Acuario y el Puerto. Si lo visitas a la hora del atardecer en un día despejado es un auténtico espectáculo.
La arquitectura prerrománica asturiana
Única en Europa y excepcional es la muestra de arquitectura prerrománica que se ubica en diferentes puntos de Asturias. El arte prerrománico ocupa los siglos VI a X d.C. y se desarrolla en toda Europa gracias a la expansión del cristianismo. Hay algunos grupos arquitectónicos admirables como el arte Lombardo (en el norte de Italia) o el Carolingio como la Capilla Palatina de Aquisgrán.
El prerrománico asturiano está vinculado a la zona que permaneció siendo cristiana durante la dominación musulmana. En esta época se desarrolló una arquitectura con características propias y una decoración y orfebrería originales. En Asturias existen seis monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad, entre ellos La Foncalada, una fuente situada en el centro de Oviedo, Santa Cristina de Lena (Pola de Lena), San Julián de los Prados, La Cámara Santa, Santa María de del Naranco y San Miguel de Lillo. Hay algunos otros ejemplos de la época como la bellísima iglesia de San Pedro de Nora o la iglesia de Santianes de Pravia.
Además, seguramente, los edificios prerrománicos no son los lugares más turísticos de Asturias, por lo que puedes disfrutar de ellos sin masificación.
Santa María del Naranco es la más espectacular de estas construcciones y junto a ella, como si se tratase del mismo complejo la pequeña iglesia de San Miguel de Lillo. Mi preferida, sin embargo, supongo que, por aquello de la infancia, es la de Santa Cristina de Lena situada en Pola de Lena. De mi época asturiana no recuerdo nada de su pequeñísima nave cubierta con una bóveda de cañón, con su nártex y su iconostasis, las palabras que aprendí en la carrera. Sin embargo, recuerdo con total nitidez las fiestas de la romería de Santa Cristina y comerme un bollo preñao en sus prados cercanos. Pero de comer va la siguiente cosa que no te puedes perder en Asturias…
Gastronomía en Asturias
Si no conoces Asturias, vienes de otro país o incluso de otras regiones, el Principado te va a sorprender por su gastronomía. ¡Cómo se come en Asturias! En España se come muy bien en todos los sitios, pero lo de Asturias es una auténtica obra de arte de la gastronomía nacional.
El plato más famoso entre los astures es la Fabada Asturiana, un plato de cuchara contundente con sus fabes y compango, es decir, tocino, chorizo, morcilla. Fame no se pasa en Asturias, sobre todo si te metes un buen plato de fabada. Otro de los conocidos y muy exportados platos es el cachopo, o lo que es lo mismo dos super filetes de ternera rellenos con jamón y queso. La evolución del cachopo tradicional ha hecho que hoy puedas encontrar este plato combinado con muchos otros ingredientes en muchos restaurantes.
Ya os he mencionado el bollo preñao, para mí, es el típico recuerdo infantil con un sabor y olor imborrable. Es, básicamente, un bollo de pan (pequeño) con un choricito dentro. Así de simple y bueno. Un imprescindible en los restaurantes asturianos son los quesos, te recomiendo que pidas una tabla, porque así probarás varias de sus especialidades: el famosísimo Cabrales, el Gamonéu, el Pría o el Afuega`l pitu.
Hay mucha comida en Asturias, pescados y mariscos varios, carnes, tortos… Mención especial el pote asturiano, las fabes con almejas, el chorizo a la sidra. A mí me gustan mucho dos cosas que prácticamente solo como en Asturias, el pastel de Cabracho, un pastel de pescado y los oricios, es decir, erizos de mar. Y claro, todo esto tiene que ir regado de la tradicional sidra asturiana.
¿Pero qué me decís de los dulces asturianos? Una de las cosas que no te puedes perder en Asturias es el arroz con leche, lo hacen tan bien que seguramente cualquier sitio es bueno para degustarlo. Mis recuerdos infantiles me llevan a las casadielles, una pasta rellena de nueces, anís y mucha azúcar y a los frisuelos, que digamos que son unas tortillas dulces. Ya en mi época de la carrera conocí los moscovitas y los carbayones, seguramente gracias a mis amigas Cris y Montse. Ellas mismas me compran siempre que voy por Asturias o vienen a verme unos magníficos tocinillos de cielo, que no son tan típicos, pero están que te mueres.
Ah… solo un apunte más, si te puedes apuntar a alguna espicha no lo dudes. Son las típicas fiestas en sitios tradicionales en los que escanciar mucha sidra y comer bollo preñados, quesos y chorizo.
Paisajes naturales montaña, valles y costas
El patrimonio natural asturiano es único, con una costa agreste y bella, valles y montañas que tocan el cielo. Asturias es verde, de un verde propio y singular que no vas a encontrar en otros lugares de España.
Entre los prados verdes y extensos se encuentran las construcciones típicas asturianas los hórreos, muy diferentes a los gallegos. La función principal de estos pequeños edificios, tanto en Galicia como en Asturias, era mantener al “seco” algunos alimentos, alejados de la humedad de la tierra y también de algunos animales que podían dar buena cuenta de ellos. El hórreo asturiano junto con la panera, de mayor tamaño, identifican los valles astures. Son de planta cuadrada y están techados a cuatro aguas, se parecen mucho a los que se construyen en Cantabria.
Los paisajes de la costa asturiana te quitan el hipo, grandes acantilados cubren la costa, haciendo que algunas zonas sean completamente inaccesibles. Entre los acantilados surgen algunos fenómenos tan originales como los bufones de Pría o de Arenillas. Se trata de cavidades con forma de grieta entre las rocas de los acantilados que de vez en cuando, gracias a las embestidas del mar “resoplan”. Son un auténtico espectáculo natural en los que el agua del mar surge de entre las cavidades de la tierra dando un golpe maravilloso para los que lo contemplan.
Los Picos de Europa
Si hay un paisaje natural impresionante en Asturias este es el Parque Nacional de los Picos de Europa. Su extensión ocupa no sólo Asturias, si no también parte de las provincias de León y Cantabria. Entre los rincones de los Picos de Europa en el que el hombre ha intervenido está el Santuario y la cueva de Covadonga. Muy cerca de estos los Lagos de Covadonga, que siempre recuerdo con niebla por lo que no tengo ni una foto de este lugar. El acceso a los Lagos Enol y Ercina está regulado para que no afecte a este espacio protegido, por ello tendrás que tomar un autobús público para mantener el ecosistema de la zona.
Las montañas de los Picos de Europa son impresionantes, algunos de los más altos y espectaculares como el Naranjo de Bulnes (cerca de Cabrales), dejan completamente impresionado a quien los visita. Su famosa imagen puntiaguda es uno de los símbolos de Asturias. Personalmente, una de las cosas que más me impresionan en Asturias y como las montañas y el mar, prácticamente se unen.
Además de los espectaculares paisajes de montaña, los valles verdes, los miradores que dejan sin respiración en los Picos de Europa hay pequeños pueblos y aldeas bellísimos. Bulnes, por ejemplo, es un pequeño pueblo empedrado, con casitas de piedra de una o dos plantas. Desde su mirador del Urriellu tendrás unas vistas magníficas al Naranjo. Sotres, Amieva, Gamonéu y, por supuesto, Cangas de Onís, son rincones únicos entre estas extraordinarias montañas.
Para los amantes de las rutas y el senderismo, una de las mejores de Asturias y de España es la Ruta del río Cares. Un recorrido de 12 kilómetros que hace algunos años debía ser bastante complicado pero que en la actualidad gracias a algunas intervenciones se ha convertido en una ruta apta para casi todos los visitantes (siempre con equipo y previsión imprescindible).
Casonas de indianos
Las casonas de indianos son ejemplos propios de un tipo de arquitectura que se desarrolló durante el final del siglo XIX y el inicio del siglo XX en el Principado. Para mí, son una de las cosas que no te puedes perder en Asturias. Los indianos fueron los emigrantes del norte de España, sobre todo vascos, asturianos, gallegos, que se marcharon a hacer las Américas. Algunos de ellos volvieron a sus tierras para construir grandes residencias de las que hoy todavía podemos ver algunas excepcionales.
Muchos de las villas y pueblos asturianos están salpicados de estas bellísimas casas y casonas, buen ejemplo son Luarca, Llanes o Colombres. Su intención principal, era revindicar su posición social y económica tras su vuelta a España, a través de bonitas construcciones.
Por desgracia, algunas han caído en el olvido y están a punto de desaparecer, muchas de ellas abandonadas a su suerte, como Villa Excelsior, ya os he hablado de ella como obra de Manuel del Busto, en Luarca. Otras casonas luarquesas como la Casa Guatemala o Villa Tarsila, en el núcleo urbano de villa, se encuentran en buen estado de conservación y hoy cumplen funciones administrativas. Además, aunque son una de las cosas que ver en Asturias, muchas de ellas están en manos privadas y no se pueden visitar.
Hay algunas de estas casas que se han hecho famosas gracias al cine o a series de televisión, un buen ejemplo es Villaparres en Llanes, donde se rodó la película El Orfanato. Entre las más bellas y mejor conservadas, está Villa Guadalupe, en Colombres, una impresionante casona azul hoy convertida en archivo de la Emigración de Asturias y de los Indianos.
Los sitios más desconocidos de Asturias
Asturias tiene un montón de parajes maravillosos, la mayoría de ellos muy conocidos. Pero también tiene algunos lugares encantadores, rincones escondidos entre la costa y las montañas que pasan desapercibidos para algunos viajeros. Puerto de Vega es uno de esos pueblos marineros menos masificados y turísticos. Se encuentra muy cerca de Luarca y además de tener un bello núcleo urbano con un puerto de pescadores, también atesora casonas solariegas de indianos. Como apunte histórico, allí falleció Gaspar Melchor de Jovellanos durante una gran tormenta. Otro pequeñísimo pueblo del Occidente, sembrado de casitas de pescadores en un pequeño valle es Ortigueira. Entre sus rincones más pintorescos su pequeño puerto.
Somao ha sido este año (2020) el pueblo ejemplar de Asturias. Se trata de una localidad con excelentes ejemplos de arquitectura indiana. Al igual que Cadavedo, estos pueblos están poblados de mansiones que todavía hoy están perfectamente conservadas.
Niembro es una aldea de la parroquia de Barro muy cerca de Llanes. Además de tener algunas de las playas más bellas de la zona, como la propia de Barro, tiene un rincón único y espectacular. La iglesia de Niembro, junto al mar, es una estampa impresionante, cuando la marea sube cubre completamente sus alrededores. Cuando la marea está baja, forma un ambiente evocador y fantasmagórico. Para mí, una de las cosas que no te puedes perder en Asturias.
Mi pueblo: Mieres del Camino
Hay un lugar en Asturias, probablemente no precioso, pero que ocupa un lugar en mi corazón. Ese lugar es Mieres del Camino, donde nací, un poco por casualidad y viví algunos años. Mieres está en la cuenca minera, una zona obrera, con valles, pozos mineros y mucha buena gente. Siempre que voy a Asturias intento pasar por allí y esta última vez no iba a ser menos. Seguramente no es una de las cosas que no te puedes perder en Asturias, pero su antiguo barrio de Requejo (Plaza del Requexu) es un rincón pintoresco y entrañable. Allí seguramente encontrarás buena sidra y buena comida, entre algunas casas de lo que fue la arquitectura original de la zona con corredor y galería. También allí se encuentra el monumento al Escanciador una obra en bronce de 1982 (vamos, mi época).