El sur de Italia está lleno de atractivos turísticos, un sinfín de lugares interesantes, rincones encantadores y una gastronomía tradicional deliciosa. Si como yo eres una enamorada de Italia y estás pensando en viajar a una de las grandes ciudades del sur, quizá este post te de algunas ideas del lugar al que dirigir tus pasos. Te cuento algunos tips para elegir entre Nápoles o Palermo en Sicilia, dos grandes ciudades italianas, entre las que yo sí tengo preferencia.
¿Nápoles o Palermo? ¿Cómo elegir dónde viajar?
Por qué viajar a Nápoles (Campania)
Nápoles es una de las ciudades más grandes y pobladas de Italia. Se encuentra en la región de Campania, justo a las faldas del volcán Vesubio y tiene unas dimensiones considerables. En sus alrededores se ubican algunos de los conjuntos arqueológicos más impresionantes de Italia: las ruinas de la ciudad de Pompeya y la antigua ciudad de Herculano. Uno de los alicientes de Nápoles es precisamente ese, sus alrededores, por supuesto, su maravillosa costa e islas cercanas y el interés de su centro histórico.
En los últimos años Nápoles se ha puesto de moda, probablemente porque se ha convertido en una ciudad mucho más turística, más segura y con menos prejuicios, de lo que era hace tan solo 5 o 10 años. El aeropuerto de Nápoles está en plena ciudad y es muy sencillo llegar desde él al centro de la ciudad con un autobús urbano. Nápoles dispones buenas comunicaciones por tren con ciudades distantes como Roma, Florencia o Milán, ya que goza de una buena red de trenes de alta velocidad. Tanto si llegas al aeropuerto como en tren, la estación Central (al lado de la Estación Garibaldi) será uno de los puntos centrales del viaje.
La capital campana es una ciudad bastante barata en comparación con las ciudades más al norte como Florencia o Venecia. Comer en Nápoles es económico y el alojamiento también tiene buenos precios. Además la oferta tanto de establecimientos hoteleros como de restaurantes es realmente muy amplia.
Qué ver en Nápoles
Nápoles, como la mayoría de las ciudades italianas, goza de un importante patrimonio arquitectónico y un sin fin de monumentos. Sin duda, hay algunos imprescindibles que cualquier visitante debería visitar:
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- El centro histórico de Nápoles está plagado de iglesias, cientos probablemente. Algunas de ellas, como el templo principal, son muy interesantes. La Catedral de San Gennaro de origen medieval es una de las grandes iglesias napolitanas, aunque no mi preferida. No te pierdas algunos ejemplos como la del Gesú Nuovo, San Gregorio Armeno o la Basílica de San Lorenzo Maggiore.
- El Museo Arqueológico Nacional es uno de los grandes museos napolitanos e italianos. En él se encuentran muchas de las piezas, frescos, murales, etc. encontrados en las antiguas ciudades romanas de Pompeya y Herculano.
- Castillo de Sant’Elmo: sobre lo alto de la colina del barrio del Vomero se asienta la imponente fortaleza de Sant’Elmo. En sí el edificio no tiene un gran atractivo arquitectónico, se trata más bien de un gran bastión con algunas salas visitables y un enorme patio. Sin embargo, tanto la subida, como la visita a todo el perímetro amurallado es una de las cosas imprescindibles en Nápoles. Las vistas hacia el golfo de Nápoles y al Vesubio son impresionantes.
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- Cartuja de San Martino: situada al lado del Castillo, es uno de los mejores exponentes arquitectónicos de la ciudad. Un apasionante recorrido por salas, estancias museales, patios y una iglesia barroca que te dejará con la boca abierta. Pasear por sus jardines y los miradores desde los que podrás tener una panorámica de Nápoles son una auténtica delicia donde dejar pasar las horas.
- Los barrios de Vomero y Chiaia: son dos de las zonas más atractivas para el turista, barrios cuidados en los que ir de compras o a un restaurante de lujo. Perfectos para una escapada chic.
- Plaza Plebiscito es el centro neurálgico de la ciudad, sus impresionantes dimensiones y la gran columnata que recuerda a la Plaza de San Pedro del Vaticano son uno de los principales atractivos de la zona centro. Muy cerca de esta plaza se encuentra el Castillo Nuevo y la Galería Umberto I. Frente a las columnas de la Iglesia de San Francisco de Paula, en la plaza, está el enorme edificio del Palacio Real de Nápoles. La zona es un conjunto único e imprescindible.
Alrededores de Nápoles
Como os anticipaba anteriormente, Nápoles está rodeada de lugares que pueden ser el complemento perfecto para cualquier viaje. Entre ellos el gran parque arqueológico de Pompeya que bien merece un día de visita o la ciudad de Herculano, que es un lugar asombroso. Estos dos lugares de artes junto con pequeños yacimientos como Boscoreale o Villa Popea, son las huellas de la devastación del Vesubio en sus erupciones del siglo I.
Otra de las visitas más habituales si estás en Nápoles es la del parque del Vesuvio. Este inmenso volcán ofrece al visitante una experiencia única, aunque para mí un tanto osada. ¿Sabías que el Vesuvio es uno de los volcanes más grandes de Europa y que en cualquier momento podría entrar en erupción? A mí me impresionó muchísimo toda la información que tuve durante los días que estuve en Campania.
Que decir de la costa Amalfitana y de las islas de Capri o Ischia… El Golfo de Sorrento, las preciosas playas y acantilados de Amalfi, Sorrento y la maravillosa Positano. Nápoles está plagada de lugares románticos y lujosos, porque para disfrutar de ellos sí que tendrás que rascarte un poquito más los bolsillos.
Por qué viajar a Palermo
Palermo es la capital de Sicilia, una de las islas más grandes del Mediterráneo y a su vez una de las regiones más extensas de Italia. Es una ciudad caótica, aunque no más que Nápoles, con un centro histórico encantador al que acostumbrarse poco a poco. Esta ciudad costera tiene una gran extensión aunque menos habitantes que Nápoles. El aeropuerto de Palermo, al que probablemente llegues desde alguna ciudad española, está a unos 30 kilómetros de la ciudad. En coche se tarda entre media hora y 50 minutos, teniendo en cuenta el tráfico que hay en la ciudad en diversas franjas horarias y unos 50 minutos en tren. Está bien comunicado, pero la lejanía hará que tardes bastante más que en el caso de Nápoles.
La red de cercanías de Palermo no está mal, aunque los trenes no sean el fuerte de Sicilia y casi siempre sea más conveniente moverse en coche. La zona de Punta Raisi, Isola delle Femine o Sferracavallo están bien comunicadas por tren y bastante cerca de la ciudad.
El centro de Palermo es extenso, tiene un montón de lugares que ver y es un poco desatartalado. Ciertamente si sales del centro hay algunos barrios que tienen un aire astroso. Como curiosidad os diré que la primera tarde que pasé en Palermo pensé que era un Milán tras un bombardeo… Lo sé, suena exagerado y más teniendo en cuenta que conozco bastante bien Sicilia y que he vivido en Italia casi 5 años. Pero mis primeras sensaciones fueron esas, sin duda con el paso de los días mis impresiones sobre Palermo (que todavía no os he contado) cambiaron mucho.
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Qué ver en Palermo
Palermo es una ciudad absolutamente monumental en la que lugares de arte no faltan. El extenso centro histórico está plagado de iglesias barrocas, palacios de la misma época y, sobre todo, iglesias normandas. ¿No conoces el arte normando? Pues se trata de un estilo único de esta zona, que viene a ser un cruce de caminos entre arte árabe, mosaicos bizantinos y arquitectura medieval que la hace realmente original. Pero en Palermo hay algunos imprescindibles que no deberías perderte:
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- Palacio de los Normandos y Capilla Palatina: el edificio conserva en su interior la esencia de la arquitectura normanda y una maravillos exposición sobre la época. Además de ser la sede del gobierno de la región de Sicilia, su antigua iglesia es uno de los mejores exponentes de la arquitectura normanda. Los mosaicos dorados que cubren las paredes y naves de la Capilla Palatina son realmente asombrosos.
- El Castillo de la Zisa es otro ejemplo de arquitectura normanda, se trata de un pequeño palacio residencial que estuvo rodeado de jardines y que en la actualidad es un lugar incomparable. En su interior, la salas exponen una serie de objetos de arte islámico de la época en la que se construyó el edificio.
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- Las iglesias normandas como la de San Juan de los Eremitas o la de San Cataldo son verdaderas joyas arquitectónicas. En la de los Eremitas el complejo se compone de un magnífico jardín con el antiguo claustro conventual donde, en los días de calor, además de refrescarte podrás vivir un momento de tranquilidad sin demasiados turistas.
- Quatro Canti es uno de los rincones más singulares de Palermo. Este cruce de caminos es uno de los más bellos de toda Italia, gracias a los bonitos edificios que lo conforman. Entre ellos la iglesia de San José del Padre Teatinos, una de esas imponentes obras barrocas que se encuentran en el centro de la ciudad.
- Los mercados palermitanos son un imprescindibles, un ajetreado ir y venir de gente, comerciantes que vocean sus mercancías, frutas, verduras, especias, pescados… Seguramente os traigan recuerdos de algunos lugares exóticos y del pasado árabe que tuvo la isla. Los más famosos y situados en el centro histórico son los de Ballaró, Vucciria y del Capo.
- La Catedral de Palermo tiene un exterior asombroso y bellísimo, la extensa plaza que la circunda rodeada de escultura hace de esta una de las zonas más bonitas de la ciudad. Sin embargo, el interior es desconcertante, pero no debes dejar de visitarla.
- Entre las calles y plazas palermitanas destaca un lugar: la Piazza Pretoria, un gran espacio en el que destaca la Fuente del mismo nombre, una estructura monumental y arquitectónica con esculturas. Frente a ella algunos de los edificios de la Universidad de Palermo. Hay algunos otros rincones bellísimos en esta ciudad, como la Piazza de San Domenico o la PIazza Olivella de la que os hablo en el post sobre Palermo.
Los alrededores de Palermo
Nada tiene que envidiar en alrededores Palermo a Nápoles. Uno de los lugares más atractivos para el turista, sobre todo si va en época estival, es la playa de Mondello. Se trata de una playa semiurbana a la que se puede llegar en autobús y que goza de una arena fina y blanca y aguas muy limpias (sorprendemente). Pero entre los alrededores de Palermo hay lugares muy importantes en términos patrimoniales como la pequeña ciudad de Monreale. En ella se encuentra la Catedral, otro de esos ejemplos de arte normanda única en Sicilia.
Cerca de Palermo, aunque las distancias en Sicilia con coche son mucho más cerca que en medios de transporte públicos, tenlo en cuenta, está Baghería. La ciudad natal de Giuseppe Tornatore está plagada de villas barrocas que merecen mucho la pena. A menos de una hora de Palermo se encuentran lugares imprescindibles como el parque arqueológico de Segesta, uno de los más importantes de Sicilia, y el precioso pueblo de Cefalú. Si quieres saber más sobre qué ver cerca de Palermo no te pierdas el post que publicamos sobre estos lugares.
Pero… ¿Cuál elijo Nápoles o Palermo?
Viajar a Nápoles o Palermo es sinónimo de caos. No te voy a mentir, son ciudades diferentes al resto, son ciudades del sur, con un tráfico intenso y gente a la que le gusta disfrutar de sus calles. No son ciudades estremadamente limpias, por no decir que en ocasiones puede encontrarlas bastante sucias… pero las dos tienen su encanto.
Elige Nápoles si…
Si te gustan las ciudades con vistas panorámicas espectaculares y mucha vida. Calles llenas de gente, mucho alboroto en el centro y un montón de iglesias que ver. Si buscas tardes entretenidas al caer el sol y muchos establecimientos para salir de copas y marcha esta es tu ciudad, porque Nápoles tiene mucha vida nocturna, o al menos, yo lo percibí así.
Si además de una ciudad pintoresca quieres combinar con lugares históricos importantes como Pompeya y Herculano en los que los sentimientos se te ponen a flor de piel reflexionando sobre aquella tragedia. Las vistas panorámicas de Nápoles son absolutamente maravillosas, desde la parte alta de la ciudad y los miradores que se sitúan, las vistas son impresionantes.
Elige Palermo si…
Si es la primera vez que vas a visitar una isla del Mediterráneo, ser la capital de una gran isla le da a Palermo una característica muy especial. La gastronomía palermitana es deliciosa, abundante y barata. En general, la gastronomía en Sicilia es maravillosa, la isla está repleta de platos exquisitos con productos de mucha calidad.
Si te gustan las ciudades pintorescas y soleadas, las calles del centro de Palermo son únicas, salpicadas de edificios renacentistas o barrocos que a veces se caen a trozos pero que guardan ese sabor de lo añejo y bellos. Las plazuelas, las calles con grandes baldosas de piedra, las fachadas de sillería y los balcones le dan a Palermo un aspecto muy especial.
Elige cualquiera de las dos…
Si quieres disfrutar de la Italia más auténtica y pintoresca, de los manteles de cuadros y las trattorías de toda la vida, del buen vino en la mesa y las conversaciones entrañables. No tienes que elegir entre Nápoles y Palermo en términos económicos. Las dos son ciudades bastante económicas para viajar, comer o dormir, quizá, porque a una viajé en agosto y a la otra fuera de temporada alta, Nápoles me parece un poco más barata. Las dos son muy turísticas, en ninguna me sentí con sensación de peligro, aunque es cierto que a Nápoles iba con ciertas precauciones infundadas.
Mi elección… sin que valga de precedente
Sí, lo sé, todavía estás pensando pero ¿a dónde voy? ¿Nápoles o Palermo? En otras ocasiones ya os he hablado de ciudades como Oporto y Lisboa, Roma o Milán, entre las cuales elegir. En estos casos anteriores nunca os he expresado mi preferencia, pero en esta ocasión, os la voy a contar.
A mí me encanta Palermo, porque es parte de Sicilia y adoro esta región italiana. Toda Italia me fascina, soy una enamorada de sus gentes, de sus platos, de la vida en sí y viví mucho tiempo allí. Pero Sicilia, ¡Ay Sicilia! es una de las regiones que más me gusta y con la que más lazos me han unido en estos años. Por lo tanto, si yo tuviera que elegir entre Nápoles o Palermo y habiéndo conocido ambas ciudades a lo largo de 2019 optaría por Palermo, aunque me surjan muchas dudas.
Palermo me gusta por su gente, siempre amable, gritona, dinámica, caótica. Por sus platos de pescado, su playa cálida rodeada de villas modernistas, sus caminatas imposibles aun cuando el calor aprieta. Me gusta incluso con sus edificios destartalados a punto de caer, apuntalados y heridos de muerte ante el paso del tiempo. Porque los miro desde la perspectiva histórica de lo que fueron y de la grandiosidad que debió tener la ciudad. Palermo es única y, aunque Nápoles sea una gran ciudad, yo si tengo que elegir me quedo con Palermo y los buenos palermitanos.
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