Una de las razones por las que habría que visitar Salamanca, además de por lo bonita que es, sería por lo bien que se come y se bebe. Salamanca, probablemente una de las ciudades más bellas de España, tiene un buen espectro gastronómico que no está de más conocer. Si te estás preguntando qué comer en Salamanca, qué puedes probar o dónde beber un buen trago, hoy te cuento sus principales platos tradicionales, lo más habitual que encontrarás en sus bares y todo lo que puedes disfrutar conociendo la gastronomía típica en Salamanca.
Comer en Salamanca es un arte y una delicia, en otras ocasiones ya te hemos hablado de la tradición de los pinchos en Salamanca y también de los restaurantes en la ciudad. Hoy vamos un poco más allá, para hablar de los productos de elaboración tradicional y de lo que desde siempre se ha comido por estas tierras.
Gastronomía típica en Salamanca: qué comer
Platos típicos
Salamanca donde el hornazo es el rey
Sin duda, si hay un plato de la gastronomía típica en Salamanca que se conoce más allá de nuestras fronteras, ese es el hornazo. Por mucho que algunos se empeñen en clasificarlo dentro del grupo de las “empanadas”, el hornazo no lo es. La elaboración de la masa exterior es diferente a la del hojaldre o la de la masa quebrada. Se trata de una mezcla de harina y manteca de cerdo que le da un aspecto y un sabor bastante diferente al de las empanadas.
Sí coincide con estas en que se trata de una masa elaborada rellena, pero el relleno es totalmente diferente ya que son productos del cerdo: chorizo, panceta, jamón, lomo e, incluso, huevo duro. Ha muchas versiones del hornazo, algunos incluso lo hacen dulce, en mi casa por ejemplo se hace con un relleno muy generoso de diversas chacinas y carnes.
El hornazo salmantino tiene su origen en la leyenda e historia del Lunes de Aguas, el lunes de la semana después al domingo de Resurrección (ocho días después). La tradición salmantina cuenta que era en ese día cuando un sacerdote cruzaba el río hacia el barrio del Arrabal para devolver a las prostitutas a la ciudad. Algo que se celebraba con gran jolgorio en la ciudad y que ha dado paso a la tradición de salir de la ciudad al campo para hacer una merienda con hornazo. En algunos pueblos, como en la Sierra de Francia, se hacen hornazos con azucar en la parte superior, lo que es un importante contraste de sabores.
La Chanfaina
No me gusta nada, lo siento, creo que es el único arroz del mundo que no me gusta. Un punto menos en mi charrituz, pero lo admito, no me gusta. La chanfaina es un guiso de arroz muy representativo de la gastronomía típica en Salamanca. Parece que este plato viene de la tradición hebrea y musulmana porque no se hacía con cerdo, tan habitual en la provincia, sino con cordero. Básicamente este plato es un arroz cocinado con diferentes menudillos de cordero, cebolla, pimentón, comino y sangre de cordero hecha daditos.
Es bastante habitual en las barras de pinchos en Salamanca y en algunas casas, muy de vez en cuando ya. En mi casa no se hace apenas, yo llevo muchísimos años sin probarlo, también porque no me gusta aunque tengo que reconocer que en general todos los ingredientes me gustan.
Patatas meneás o revolconas
Otra de las estrellas de la gastronomía típica en Salamanca son las patatas machacadas (revolconas) o meneadas (meneás) con torreznos. Son unas patatas cocinas con mucho pimentón y algo de grasa, hechas una especie de puré muy denso y con torreznos en la parte superior.
El secreto está en el refrito que se hace a las patatas con pimentón y ajo, que le da un aspecto mucho más rojizo que el tradicional color amarillento de las patatas cocidas. Es bastante normal encontrarlas en barras de bares o como plato en las cartas de algunos restaurantes, en la zona de la sierra es muy habitual.
Limón serrano
Es una de las cosas más originales que puedes encontrar en la provincia de Salamanca. Se trata de una especie de ensalada con un poquito de todo y cosas muy “raras”. Se hace con naranja, limón (en mi casa no se le echa), chorizo y huevo cocido. Hay algunas versiones en las que se echan diferentes embutidos o fiambres, pero en mi casa siempre se ha comido con chorizo. Es un plato típico en la zona de la Sierra de Francia y no es muy habitual verlo en los bares en la capital, pero se puede encontrar en algunos pueblos.
Productos típicos de Salamanca
Embutidos: jamón de Guijuelo
Salamanca tiene un impresionante patrimonio gastronómico en cuanto a embutidos se refiere. El sello Guijuelo es denominación de Origen y uno de las marcas más conocidas de España. El jamón de Guijuelo es uno de los más famosos de nuestro país y más elogiado también. La provincia de Salamanca está llena de “granjas” de cerdo criado de forma totalmente libre en el campo y repartidos por diversas comarcas. Estas dehesas salmantinas, provistas de grandes encinas, permiten la cría de cerdo de bellota que dará gandes embutidos.
Aunque el jamón es el rey entre los productos del cerdo, no faltan otros embutidos como el chorizo (no picante en Salamanca), salchichón, lomo, morcón… El jamón y la elaboración son todo un mundo, hay diferentes calidades y “vitolas”. No dudes en preguntar porque hay muchos tipos de jamón y paleta, desde lo ibérico a lo serrano, de cebo, etc. Además de Guijuelo hay otras zonas en las que se hace muy buen embutido, por ejemplo en la sierra, en pueblos como La Alberca.
El farinato es un producto que se puede clasificar dentro de los embutidos pero realizado de una forma muy singular. El origen de este embutido es la pobreza que se vivía en algunas zonas de la provincia, ya que se realiza con pan y grasa de cerdo. Algunos lo llamaban “chorizo de pobres“. El farinato es muy típico en la zona de Ciudad Rodrigo. Aunque a mí, personalmente no me encanta por su extraño sabor, es muy reconocido cuando se hace con huevos fritos.
Lentejas
La Armuña es una de las comarcas más al norte de la provincia de Salamanca. En ella se producen las lentejas con denominación de origen “de la Armuña”. Lentejas medianas con muy buen sabor, finas en la cocción y sin despellejarse, muy habituales en la cocina charra.
Chochos
Los chochos típicos de Salamanca son los chochos salados, es decir, altramuces salados. Los altrumuces, también llamados chochos, chorcos, lupinos o entremozos, son una especie de legumbre no demasiado habitual en la mesa española, pero sí conocida como aperitivo. En realidad, se trata de una legumbre con muchísimas propiedades y que cocidos y salados como se comen en Salamanca están super ricos.
Los dulces de Salamanca
Bollo maimón
El bollo maimón es uno de los dulces más famosos de la gastronomía típica en Salamanca. La pastelería, ciertamente, no es una de las partes de la cocina más desarrollada en la provincia, al menos en mi opinión. Pero hay algunas recetas muy interesantes como esta. Podríamos decir que es un tipo bizcocho muy tierno que recuerda bastante a los bizcochos de soletilla pero en bizcocho grande y lleva muy poca grasa o nada. La receta tradicional lleva harina, huevos, azucar y ralladura de limón.
Normalmente tiene forma de gran rosco o donuts ya que en su origen se hacía con un cilindro interior (he leido que ese cilindro se llamaba maimona y de ahí el nombre). Es muy habitual para desayunar o merendar, al menos en casa de mi abuela.
Perrunillas o perronillas
Es un dulce muy típico entre Salamanca y Extremadura. Se elabora con una masa de harina, manteca de cerdo y almedras bastante sencilla en cuanto a ingredientes. El resultado es una especie de pasta o galleta para tomar con el café. En casa de mi abuela se elaboraban tandas de perrunillas y tandas de mantecados, el horno echaba fuego, nunca mejor dicho.
Vinos de Salamanca
En los últimos años, algunas bodegas tradicionales de la provincia, se han ido haciendo un nombre en el mercado de los vinos de Castilla y León. Aunque la distribución desde Salamanca es más complicada, si que hay algunos de estos vinos que es posible encontrar fuera de Salamanca, por ejemplo en centros comerciales como Corte Inglés en Madrid.
Vinos La Zorra (Mogarraz, DOP Sierra de Salamanca)
Entre mis preferidos están los vinos La Zorra elaborados en plena sierra de Francia, en la localidad de Mogarraz. Auque en la sierra de Salamanca se ha elaborado vino desde hace siglos, muchos de ellos de forma tradicional y en las casas, en los últimos 20 años se ha llevado a cabo una buena remodelación de los sistemas tradicionales y la puesta en marcha de bodegas actuales. De este interés vinícola nace la DOP Sierra de Salamanca, reconocida en 2010 y correspondiente a la zona sur de la provincia, integrando a 26 municipios.
La bodega La Zorra es una de mis preferidas entre estos vinos serranos. Su proyecto nació algunos años con la intención de crear vinos singulares en un entorno sostenible y desarrollando el cultivo en las terrazas serranas. Además puedes probar sus vinos, generalmente de uva rufete, en el restaurante de la familia, el Mirasierra en Mogarraz.
Bodega Cámbrico (DOP Sierra de Francia)
También son muy interesantes los vinos de la bodega Cámbrico, un habitual en las barras salmantinas que produce desde el año 2006 en pequeña cantidad. Sus viñas, situadas en las laderas de la serranía, con suelos de pizarra, consiguen un sabor muy particular. La uva rufete es una especialidad de la zona, con unos racimos muy pequeñitos y apretados, que le dan un olor y sabor particular a estos vinos serranos. Si queréis probar su “seguro” haceos con un 375 Uvas de Cámbrico o Viñas de Cámbrico.
El Hato y el Garabato (DOP Arribes del Duero)
Otra de las zonas vinícolas de la provincia de Salamanca es la de Las Arribes del Duero. Las arribes es una de las zonas naturales salmantinas más bonitas e impresionantes. Además, en ella se producen varios vinos bajo la denominación de Origen Arribes del Duero. El cultivo de la uva en esta comarca también es muy antiguo y tradicional, pero desde los años 90 se intentó modernizar y unificar su producción. Entre los últimos vinos que he probado están los de la bodega El Hato y el Garabato, por ejemplo Sin Blanca. Los podéis encontrar en muchos bares de Salamanca y si os acercáis a la zona también podéis hacer una visita a la bodega en Formariz.
En Salamanca se elaboran algunos otros vinos que merecen la pena, por ejemplo los de las Bodegas Valdeáguila en Garcibuey, la Hacienda Zorita (a las afueras de Salamanca) o el Tiriñuelo de San Esteban de la Sierra. Aunque no sea una provincia famosa por sus caldos, su pequeña producción tiene algunos vinos de mucha calidad.