Pompeya es uno de esos lugares míticos que cualquier historiador, como yo, tiene que visitar al menos una vez en la vida. Es un lugar emocionante, que te deja sin palabras y te roba el aliento en cuanto comienzas a caminar entre sus piedras y entender la magnitud de la tragedia. Porque lo que hoy es ruina, piedras y un gran espacio arqueológico, fue, antes de la erupción del Vesubio, una ciudad viva, repleta de gentes y servicios, próspera y dinámica.
El Parque arqueológico de Pompeya es uno de los más grandes del mundo y su visita es fácil de organizar si tienes en cuenta algunas cuestiones. Aunque, para algunos que como yo organizamos todo al milímetro, visitarla sin ruta como lo hice, se convierte un auténtico descubrimiento.
Qué ver en Pompeya
Un poco de historia
La erupción del Vesubio en el año 79 d.C. fue el infierno que sepultó la ciudad de Pompeya. Hasta entonces Pompeya era una ciudad próspera cerca del mar que había sido fundada en el siglo VIII antes de Cristo. La mayoría de los edificios pompeyanos se construyeron en el siglo III a.C. cuando se convirtió en una rica ciudad romana con una gran producción de aceite y vino que se exportaba a otras regiones. Es en esta época cuando se construyeron los Foros, el Templo de Giove o la preciosa Casa del Fauno.
Bajo el dominio romano, Pompeya se convierte en municipio y posteriormente colonia con el nombre de “Veneria Cornelia Pompeianorum” gobernada por Publio Cornelio Silla un dictador que convertirá a la ciudad en un ejemplo de adoración a la diosa Venus. Toda la riqueza y belleza de la radiante Pompeya romana quedó bajo las cenizas del Vesubio en agosto del año 79. Junto a ella, quedaron arrasadas las ciudades de Stabia, Oplonti y Herculano.
En la mitad del siglo XVIII gracias a la intervención de Carlos III de Borbón comienzan las primeras excavaciones de Pompeya, justo tras los primeros trabajos en Herculano. Las excavaciones siguen dando sus frutos a día de hoy, ya que muchos de los edificios siguen en constante descubrimiento y algunos, como la antigua Palestra, han abierto recientemente (esta en 2015).
El parque arqueológico de Pompeya
Las excavaciones de Pompeya forman un área arqueológica muy grande, por lo que depende de cuánto tiempo quieras pasar en la ciudad deberás organizar la visita de una u otra forma. Pompeya se divide en ocho zonas que puedes encontrar en el mapa que te entregarán en la entrada. Además de estas zonas hay alguna otra cosa que ver como la Via delle Tombe que conduce a la Villa dei Misteri.
En el mapa existen varios itinerarios preconfigurados con diferente tiempo de visita, que va de 2 hasta 7 horas. Por esto es muy recomendable o bien visitar Pompeya con un guía o bien hacerlo de forma más o menos ordenada y organizada.
El Parque de Pompeya tiene tres entradas. Porta Marina es la más utilizada por los turistas y excursiones, se encuentra al lado de la parada de tren Pompei-Villa dei Misteri y la entrada de la ciudad de Pompeya. Ten en cuenta esto, porque una y otra están a más de un kilómetro y medio de distancia.
Lo ideal para visitar Pompeya es madrugar o aprovechar, durante los meses de más luz, las últimas horas de la tarde. Suele estar lleno de gente, por lo que cuanto antes llegues más podrás disfrutarlo. En mi caso, que no soy de mucho madrugón, creo que ha sido una de las ocasiones que con más gusto he madrugado y, al dormir en la ciudad de Pompeya, creo que fui la primera visitante del día.
Imprescindibles que ver en Pompeya
No podría en un post revisar todos y cada uno de los puntos de interés que tiene Pompeya, ni siquiera todos los edificios y lugares que yo visité. Es realmente un complejo inmenso, los apasionados de historia y arte os pasaréis un día entero, pero muchos pasaréis un buen rato disfrutando de al menos los imprescindibles.
Sigo el orden en el que yo visité algunos de ellos, accediendo a Pompeya desde la puerta de la ciudad, no desde Porta Marina, llamada así porque en la época de la erupción era justo la entrada al puerto.
El anfiteatro
Es uno de las muestras de arquitectura romana más grandes e impresionantes que todavía se conservan. No tiene la conservación de otros anfiteatros como la Arena de Verona o Nimes, pero es absolutamente monumental. Tenía capacidad para unas 20.000 personas, que acudían a ver diversos espectáculos. No tiene pasajes y galerías internos a diferencia de otros anfiteatros de la época.
La Palestra Grande (Gimnasio)
Es uno de los espacios de mayores dimensiones en Pompeya y se encuentra justo frente al Anfiteatro. Este gran cuadrilátero con muchísimas columnas en sus laterales tiene un muy buen estado de conservación. En su interior hay un gran centro expositivo en el que se conservan los frescos del Triclini di Moregine. En este lugar los jóvenes de la ciudad realizaban su formación tanto intelectual como física.
La casa de Giulia Felice
Se trata de una de las villas más grandes que visité. Tiene diferentes zonas y estancias, un gran espacio verde en la parte central al que se abren las habitaciones. En el atrio con numerosas columnas, hay unos bellísimos frescos. Esta casa había sufrido modificaciones durante los años anteriores a la erupción ya que el terremoto del año 62 d.C. le generó numerosos daños.
Casa de Fabius Amandius
En la misma Vía della Abbondanza se encuentra otra de las casas que visité. Este es un ejemplo de casa más modesta, aunque el edificio tenía dos pisos. Algunos de los objetos que se encontraron en la Casa de Fabius Amandius han dado lugar a una serie de hipótesis en las que en realidad se tratase de la casa-tienda de un artesano textil. Me pareció muy interesante el espacio central con pinturas en tonos rojizos.
Templo de Iside
Se trata de uno de los templos mejor conservados y recuperados en las excavaciones. Se trataba del lugar de culto de una de las diosas egipcias, Isis, que se difundió a lo largo del Mediterráneo gracias a la cultura romana. En el templo se pueden ver diversos espacios, una antisala y un espacio para el altar de la diosa.
Teatro Grande
En Pompeya existieron dos teatros, el llamado Grande y uno de pequeñas dimensiones, Pequeño. Una de las cosas más curiosas es que uno y otro están prácticamente al lado. El Grande albergaba a más de 5.000 espectadores y tenía algunas comodidades como una especie de techo plegable para los días de lluvia. Por supuesto, de aquella tela no quedó nada tras la erupción.
Teatro Pequeño
Aunque de reducidas dimensiones es uno de los lugares imprescindibles a la hora de visitar Pompeya. Es un lugar encantador, que encontré lleno de gente, pero que merece la pena. Sus gradas en forma de semicírculo imperfecto permitía una mejor acústica a la hora de representar las obras y espectáculos teatrales.
El “Macellum”
Entre los lugares públicos más destacados de Pompeya estaba el “macellum”, es decir, el mercado. De nuevo se trata de un espacio amplio, rodeado por columnas, donde se encontraban los puestos. Era el lugar de reunión de los habitantes a la hora de realizar sus compras de productos frescos como carnes y pescados. También había espacio para otros productos y artesanos e, incluso, para algunas salas dedicadas al culto.
Los foros y el Templo de Apolo
Cerca ya de la Porta Marina, se encuentra el antiguo foro de la ciudad, lo que fue el centro de la vida de Pompeya. Aunque se había construido durante el siglo III a.C. un siglo después había sido ampliado y completado con diversos edificios públicos. Uno de estos edificios, probablemente uno de los más importantes de la ciudad era el Templo de Apolo una de las principales divinidades de culto en Pompeya.
La Basílica
Este es uno de los lugares que más me gustó en mi visita a Pompeya. Quizá por la luz del final del día me pareció uno de los edificios más evocadores. La Basílica, que dio nombre al tipo de planta que utilizaba, estaba dividida en tres grandes naves con columnas de grandes dimensiones entre ellas. Su construcción se realizó en época posterior a los Foros en torno al 130 a.C. y sufrió muchos daños en el terremoto del año 62.
Villa dei Misteri
En las afueras de la ciudad se situaba esta impresionante villa decorada con frescos. En ella se reproducen a través de las pinturas de sus paredes una sere de “misterios” dionisiacos cuya iconografía no está muy clara. Probablemente era una villa de recreo de una familia noble que la utilizaba para el ocio.
Mi top 3 en Pompeya
Además de los lugares imprescindibles que hay que ver en Pompeya, yo me quedo con algunos que me gustaron especialmente por unos u otros motivos. Estos tres edificios, dos de caracter público y uno privado, reflejan perfectamente cómo se vivía en Pompeya en el siglo I.
La Casa del Fauno
Es una de las villas más bellas e impresionantes de Pompeya. Se encuentra en la Vía de la Fortuna, muy cerca de los Foros. Los espacios de esta villa forman un conjunto con casi 3.000 metros cuadrados entre lo que fueron edificios independientes y jardines. Probablemente es uno de los mejores ejemplos de la prosperidad económica de algunos nobles pompeyanos.
En la villa todavía hoy se observan diferentes jardines que rodean las habitaciones: estancias, cocinas, baños, e incluso unas termas particulares. En el centro de la villa sobre un pequeño pedestal se encuentra el famoso Fauno, aunque en realidad, este que vemos en Pompeya es una réplica, el original está en el Museo Nacional de Arqueología de Nápoles.
El Lupanar
Era el edificio dedicado a los encuentros íntimos entre prostitutas y clientes. La ciudad ofrecía todo tipo de servicios a sus habitantes y a aquellos que pasaban algunos días en ella. Este prostíbulo era el más grande de la ciudad y contaba con un edificio de dos pisos. Lo más original que todavía hoy puedes ver son los diferentes frescos con los servicios eróticos y posturas que se ofrecían. Así, ante la dificultad de algunos extranjeros para explicar sus necesidades solo tenían que apuntar al fresco que más les convenía.
Es uno de mis preferidos porque no estamos acostumbrados a ver lo que hay detrás de la vida pública de las gentes y no solemos encontrar restos de algo tan antiguo como el hombre, las relaciones sexuales e, incluso, la prostitución.
Las termas del foro
Para mí además de ser uno de los edificios imprescindibles es uno de los lugares que más me sobrecogieron. Algunas zonas de estas termas están en muy buen estado de conservación y ofrecen al visitan una auténtica experiencia que le trasportará a la Pompeya de la época. En las termas pompeyanas había dos zonas, una dedicadas exclusivamente a los hombres y otra a las mujeres. Unos y otras entraban desde lugares diferentes aunque todos podían disfrutar de las diversas estancias separadas.
Una de las salas más impresionantes se cubre con un techo abovedado con casetones decorativos y en los laterales un friso con atlantes que soportan el friso superior. El nivel artístico de este edificio es simplemente impresionante, el detalle decorativo y su belleza te dejarán con la boca abierta.
Además de ver todos estos edificios y complejos, tuve la suerte de disfrutar de algunos ratos bastante solitarios en Pompeya. Porque además de ver en Pompeya hay que sentir, es un lugar especial rodeado de una atmósfera de cierta melancolía y, a la vez, un ejemplo de vida romana que no se tiene en ningún otro lugar, exceptuando Herculano.
No te pierdas en las próximas semanas algunos datos prácticos sobre Pompeya, cómo llegar al parque arqueológico, horarios, precios y todo lo necesario para realizar la visita.