La vida cultural de Bilbao durante los últimos 20 años está íntimamente ligada a un nombre: Museo Guggenheim. No hay viajero que llegue a la ciudad que no visite este impresionante museo. Un continente y contenido que nos dejaron con la boca abierta por la belleza de su edificio, sus colecciones y exposiciones temporales. Te contamos cómo visitar el Museo Guggenheim en Bilbao, por qué realizar una visita guiada con BilbaoGuia, tarifas, horarios y todo lo necesario para que no te pierdas nada. ¿Te vienes?
Visitar el Museo Guggenheim en Bilbao: nuestra experiencia
Unos días antes de visitar Bilbao, tuvimos la idea de buscar alguna visita guiada en la ciudad. Nos gusta mucho hacer recorridos culturales, monumentales o artísticos acompañados de guías oficiales, ya que son ellos los que conocen realmente todos los entresijos, anécdotas e historia. Así, contactamos con BilbaoGuía y con la guía que nos acompañó en esta visita al Museo Guggenheim, Ane Aranduy. No tenemos más que palabras de agradecimiento y halago para ella. Ane nos transmitió no solo datos e historia, sino la pasión por un museo y por el arte, algo que hizo de esta una de las mejores visitas que hemos hecho en los últimos tiempos.
Bilbao y el Museo Guggenheim
La historia del Museo Guggenheim está ampliamente ligada a la historia de la ciudad donde se ubica. Bilbao se fundó como villa medieval allá por el año 1.300 d.c. De aquella época fueron los primeros restos y la zona del Casco Viejo. Poco a poco, la ciudad se va conviertiendo en un importante puerto fluvial, con salida al mar Cantábrico e importante centro de mercadería.
La extracción del hierro se convirtió en un próspero negocio que trajo consigo riqueza a la ciudad. La llegada de la revolución industrial permitió la continuidad de esta prosperidad económica con la creación de numerosas industrias siderúrgicas y fábricas. Este hecho impulsó un importante movimiento migratorio y la llegada de gentes de diversos lugares de la Península. Durante la Guerra Civil, como el resto del país, Bilbao sufrió los efectos del conflicto e, incluso, fue bombardeada.
Durante los años 80 y los primeros 90 Bilbao sufrió una importante crisis económica y una dura época bajo los designios del terrorismo de ETA en que se vivieron extorsiones, atentados y asesinatos. Toda esta crisis social hizo que las autoridades decidieran poner un punto de inflexión en el devenir de la historia y apostar por una Bilbao de arte, cultural y solidaria.
En el inicio de los años 90 las autoridades vascas se pusieron en contacto con la fundación Solomon Guggenheim, con la intención de que la ciudad fuera tenida en cuenta como emplazamiento de uno de sus museos. La fundación ya tenía emplazamientos tan importantes como Nueva York o Venecia y quería continuar su expansión europea. Un par de años después, ya con el proyecto en la mano, el arquitecto Frank Gehry presentaba su diseño para el edificio del museo.
En el año 1997 el Museo Guggenheim de Bilbao abre sus puertas al público con una de las colecciones más importantes del mundo y con numerosas iniciativas culturales que servirían para dar un impulso social y cultural a la ciudad.
El edificio: continente y contenido
Iniciamos la visita hablando del edificio desde el Puente de La Salve, desde el cual se tienen algunas de las mejores vistas exteriores del museo. Allí, además de un breve repaso histórico, Ane nos cuenta como el edificio tiene mucho que ver con la historia metalúrgica e industrial de Bilbao.
Lo primero que llama la atención son sus formas ondulantes y curvas, su volumen que recuerda mucho al casco de un barco y sus planos tridimensionales. Por supuesto, sus colores metálicos y esa forma de nave evocan la importancia industrial de la ciudad y la fabricación de barcos a lo largo de la historia. Es maravilloso cómo la luz incide en las formas metálicas del exterior, creando un juego de líneas ondulantes que se mecen y cambian de color.
No menos espectacular es el interior. A mí me gustó especialmente el distribuidor, con esas líneas ondulantes, pasillos blancos, estructuras de vidrio y metal, que aportan al edificio un movimiento único. Toda esta complejidad se llevó a cabo, no solo gracias al diseño y las maquetas de Gehry, sino a un progra informático de diseño en 3-D llamado CATIA, que permitó visualizar este conjunto de cálculos matemáticos.
Las colecciones y exposiciones del Museo Guggenheim
Sala Bremen, exposición temporal
Una de las primeras salas que visitamos en nuestro recorrido guiado fue la Sala Bremen, una exposición dedicada a las obras maestras del Museo Kunsthalle de dicha ciudad y que estará disponible hasta mitad de febrero de 2020. En esta exposición se relata la historia del museo alemán, su constitución y la relación del coleccionismo privado con la promoción del arte moderno.
La primera parte de la exposición está dedicada a las obras que se adquirieson para constituir este museo y que forman parte del romanticismo francés y alemán. Entre ellas destacan las pinturas de los “Nazarenos” un grupo artístico inspirado en la cristiandad, el antiguo testamento y fuertemente influenciado por Rafael. Este extraño movimiento, se convirtió prácticamente en una orden monacal, dedicados a la pintura se trasladaron a vivir a Roma para llevar a cabo su obra.
La colección contiene obras tan interesantes como Campo de Amapolas de Van Gogh, un cuadro que creó una importante polémica a la hora de adquirir obras extranjeras. En esta obra representa la vista desde su habitación de la clínica psiquiátrica donde estuvo ingresado. Un campo como experimentación, reflejo de una nueva expresión artística.
Otro de los ejemplos destacables de esta colección alemana, es la artista Paula Modershon Becker. Es la mujer que representa el máximo exponente de la pintura alemana en este museo. Una obra profesional que se despega de la de su marido y que fue, sin duda, un avance en la pintura alemana. Por último, se exponen varios ejemplos de la pintura expresionista alemana y del surrealismo.
El arte cinético de Jesús Rafael Soto, temporal
Esta es la última sala que visitamos con Ane, en ella se recogen 50 años de evolución en la obra plástica de Jesús Rafael Soto, un artista venezolano que convirtió el arte en un juego de perspectiva para el espectador. Sus obras, algunas de gran formato en las que se puede interactuar, son simplemente deliciosas y te harán sentir no solo dentro de ellas, sino parte de una visión e ilusión como pocos autores han conseguido.
La colección permanente
No vamos a desvelar aquí nada sobre la importancia de las obras de la colección permanente del Museo Guggenheim. Algunas de sus autores son tan relevantes como Mark Rothko, Antonio Saura o Jorge Oteiza.
Impresionan, sin duda y gracias a la explicación de nuestra guía, la obra Nueve discursos sobre Cómodo, de Cy Twombly. Un conjunto de nuevo óleos que trasmiten a través del expresionismo abstracto no solo una historia, sino las sensaciones propias de la plasmación de un asesinato.
Sala Serra (Sala 104)
Uno de los lugares más impresionantes, no solo por su magnitud y tamaño, es la sala dedicada a Richard Serra. Este escultor americano reune en la Sala 104, un conjunto de obras en las que lo visual y lo sensorial se convierten en una experiencia única para el visitante. No dejéis de introduciros en cada una de las obras, tomando el tiempo necesario y la calma propia del que disfruta del arte. Las sensaciones de cada individuo serán únicas (y cuidado con los mareos).
Otras obras en el exterior
Imprescindibles en la visita algunas de las obras que rodean el edificio entre ellas:
- Puppy, (Jeff Koons, 1.992), este cachorro de White Terrier fue el reclamo de una exposición temporal en el Museo Guggenheim y, finalmente, se ha convertido en uno de los símbolos del museo.
- Tulipanes, (Jeff Koons, 1995), adquirida por el museo en 2006 es una de mis obras preferidas por su luminosidad y sencillez. Un manojo de seis tulipanes a modo de grandes globos de colores.
- El gran árbol y el ojo, (Anish Kapoor, 2010), fue parte de la exposición monográfica sobre Kapoor y finalmente a pasado a formar parte de la colección permanente.
- Mamá, (Louse Bourgeois, 1.999), esta gran araña de casi 9 metros de alto es un homenaje a la maternidad. No vamos a desvelar aquí la explicación de esta obra, por ello os recomendamos la visita con BilbaoGuía.
Horarios y precios para visitar el Museo Guggenheim
Horario
El museo Guggenheim está abierto de martes a domingo 10:00 – 20:00h. Lunes cerrado excepto los días: 18 de marzo, 15 y 22 de abril, todos los lunes de julio y agosto, 2 y 9 de septiembre y 23 y 30 de diciembre de 2019.
El Museo también está cerrado el día de Navidad (25 de diciembre) y el de Año Nuevo (1 de enero). Los días 24 y 31 de diciembre el Museo cierra antes de lo habitual sus puertas a las 17h.
No te olvides de visitar la tienda del Museo, Bilbao es un buen destino para hacer turismo de compras.
Tarifas de entrada
- Adultos 13€
- Estudiantes (18-26 años)7.5€
- Jubilados (>65 años) / Pensionistas7.5€
- Grupos >20 personas12€
- Niños Gratis
- Amigos del Museo Gratis
Por nuestra parte os aconsejamos que contratéis la visita con BilbaoGuía, podéis echar un vistazo en su página sobre la Visita Guiada al Museo Guggenheim o también contratarlo a través de Civitatis.