Bolonia es una de las ciudades a las que más veces he viajado en Italia y de la cual, sin embargo, nunca os hemos contado nada. Últimamente la ha visitado bastante gente que conozco y casi siempre les hago las mismas recomendaciones y recorridos. LLevaba tiempo escribiendo este post y ¡por fin! parece que lo he terminado. Pongo por escrito esas 10 coas que hacer en Bolonia que siempre cuento a mis amigos y familia pero que nunca terminaba de escribir. Muchas las conoceréis, otras quizá os suenen menos, pero son mis 10 cosas preferidas en la grossa, dotta y grassa ciudad del centro de Italia. Como veréis… muchas veces, malas fotos.
10 cosas que hacer en Bolonia
Ver siete iglesias en una
Bolonia es una ciudad monumental como muchas otras en Italia. Cuenta con un buen número de edificios significativos pero para mí el más importante desde el punto de vista artístico es la iglesia de San Stefano. Esta original Iglesia es también llamada y conocida como le Sette Chiese (las siete iglesias) ya que acoge ese número de templos en su interior. Todos los edificios que forman la Iglesia de San Stefano son de diversos estilos artísticos y pertenecen a diferentes épocas. De esta forma, las siete iglesias conforman un conjunto arquitectónico único, en el que una y otra iglesia prácticamente se van superponiente.
Particularmente la parte que más me gusta es la iglesia del Santo Sepulcro, con planta prácticamente redonda se asienta sobre un templo pagano anterior. Quería ser la imagen del lugar donde se habían enterrado los restos de Cristo y por ello su original estructura. El claustro medieval y el Patio de Pilatos también son dos de mis imágenes más significativas del conjunto. La plaza donde se ubican está siete iglesias es muy interesante y acogedora, con el típico porticado boloñés y un amplio espacio alrededor es perfecta para hacer unas fotos preciosas de la iglesia.
Recorrer una universidad histórica
Como buena salmantina siempre atenta a esa competición de universidades más antiguas de Europa para mí visitar los edificios de la Universidad de Bolonia es uno de los imprescindibles. La Universidad de Bologina está compuesta por varios edificios históricos. Entre ellos el más reseñable es, sin duda, el Archiginnasio. Vendría a ser la sede histórica de la Universidad, erigida en el siglo XVI. El Son varios los edificios que llaman mi atención el primero de ellos el Archiginnasio un edificio de mitad del siglo 16 que es básicamente la sede de la Universidad. El patio porticado en cuyas bóvedas encontrarás una profusa decoración pictórica con motivos naturales es de lo más bellos que he visto en cuanto a arquitectura universitaria.
No te pierdas tampoco el Teatro Anatómico que aunque es una reconstrucción del siglo XX ya que fue bombardeado, es muy interesante. Este pequeño espacio representa muy bien como podía ser ese aula de medicina en las clases años atrás. Es muy diferente al famoso Teatro Anatómico de la Universidad de Padova, pero igualmente interesante.
Subir una colina sin mojarse
La Iglesia – Santuario della Madonna de San Luca es uno de los templos más venerados por los habitantes de la ciudad. Sin embargo para llegar a él hay que recorrer un largo camino. Aunque se trata de un camino porticado con casi 4 km de largo y 666 arcos. El simbolismo está claro en este santuario, la religión cristiana venciendo al diablo. No hay que decir, de todos es sabido ya, que este es el pórtico más largo del mundo. Si sois muy vagos… también podéis llegar a este santuario por carretera, pero merece mucho la pena hacer el recorrido a pie.
Descubrir la historia del pueblo judío
En Bolonia hubo un antiguo ghetto ebreo que estuvo habitado entre el siglo XIII y el siglo XVI, cuando fueron expulsados de la ciudad. Todavía se conservan algunas estrechas calles, intrincadas, por las que se puede pasear. Si haces un tour por la ciudad es muy probable que lo visites y te cuenten como aquel ghetto judío estuvo prácticamente cerrado a cal y canto ya que las entradas de las que disponía se cerraban para que no hubiera comunicación entre sus habitantes y el resto.
Recordar este tipo de pasado histórico puede ser incluso doloroso, pero siempre pensamos que es muy necesario conocer todos los puntos de vista de las ciudades y recordar los hecho que en ellas sucedieron. Via dell’Inferno fue la calle más importante del ghetto, en ella todavía se puede observar el edificio que fue la sinagoga.
Admirar una de las mejores obras escultóricas del mundo
Como buena historiadora del arte no puedo dejar de recomendar una visita a la iglesia de Santa Maria della Vita. En ella se encuentra una de las obras escultóricas, en mi opinión, más bellas del mundo. Se trata del Compianto sul Cristo morto una composición en terracotta del artista pugliese (de Bari) Nicolò dall’Arca.
Es un conjunto escultórico formado por siete piezas hechas en barro y policromadas. Representan el momento en el que Cristo Muerto es recogido por sus familiares y amigos para ser enterrado. La representación es absolutamente dramática, las figuras de las mujeres derrotadas y patéticas con una expresión de dolor como en pocas otras obras. De verdad, no os lo perdáis porque es una composición magnífica con una expresividad increíble.
Canales y subterráneos
Los canales no son un elemento exclusivo de Venezia. En Bolonia también hay canales, aunque de pequeñas dimensiones. En total habría en Bolonia, según he leído, no me juzguen por no saber si realmente es cierto, no los he contado, 80 kilómetros de canales y algunos de ellos se pueden visitar. También hay una amplia red de lugares subterráneos, aunque es más complicado hacer una visita guiada a estas zonas. Los canales boloñeses tienen una larguísima tradición comercial, servían para comunicar la ciudad con otros lugares como Ferrara o, incluso, Venecia.
Si estás en el centro de la ciudad no dudes en visitar los canales y las “ventanas” hacia ellos. La más famosa la de Via Piella, donde tendrás una perspectiva única y colorida del canal delle Moline, muy cerca del canal di Reno. En cuanto a la Bolonia subterránea los lugares más interesantes son el Torrente dell’Aposta, un tunel que atraviesa la ciudad justo bajo via Rizzoli y en el que incluso hay restos de construcciones romanas como un puente y la Cisterna de Valverde (Bagni di Mario). Por desgracia, no se pueden visitar desde 2011.
Lucio Dalla en Bolonia
Lucio Dalla es uno de esos personajes contemporáneos que ha dejado huella en la música italiana. Este compositor boloñés estuvo realmente muy ligado a la ciudad que le vio nacer y en ella desarrolló parte de su carrera y vida. En 2014, dos años después de su muerte, emerge la Fundación Lucio Dalla con el objetivo de mantener la memoria del artista y poner en valor sus composiciones.
Desde entonces, tanto la Fundación como la ciudad han realizado una serie de actividades y acciones para divulgar el legado de Dalla. Si estás interesado en el autor una de las visitas que no puedes perder es la de su Casa en un antiguo palacio del siglo XV. El recorrido propone diferentes estancias y salas, entre las que destaca el estudio de Lucio, con muchos objetos de la vida cotidiana y artística de este. En esta navidad la ciudad se llenó de luces dedicadas a Dalla, con música del compositor, fue todo un éxito y quizá la repitan.
Torres medievales
Bolonia es la ciudad de las torres. Inmensas construcciones que durante la época medieval debieron ser absolutas obras de admiración para las gentes, percusoras de los rascacielos, sin duda. Por desgracia, muchas de estas manifestaciones artísticas, que no eran sino profusión de la riqueza de los nobles de la ciudad, han desaparecido por diversos avatares del tiempo.
Sin embargo, se mantienen en pie algunas de las más altas y conocidas, como es la Torre degli Asinelli, que tiene una altura de 97 metros y que es visitable. ¡Solo necesitas subir 498 escalones! Pero la recompensa es única, la mejor panorámica de la ciudad, no lo dudes. Al lado de esta gran torre se sitúa la de Garisenda, que toma su nombre de otra de esas familias nobles de la época. Solo tiene la mitad de los metros de la anterior, 48 ¡solo! Estas dos imponentes torres no son las únicas, hay otras muchas, algunas de ellas convertidas en hoteles, otras visitables. No te las pierdas, son un ejemplo único de la arquitectura italiana ya que no en muchas más ciudades se conservan. En Pavía, por ejemplo, hubo una actividad constructiva muy similar, pero por desgracia son muy pocas las torres que se mantienen en pie y ninguna es visitable.
No te pierdas estos otros tesoros en forma de Torre:
- Torre Uguzzoni: aunque no es visitable en su interior es una verdadera maravilla desde el exterior con sus 30 metros de altura. Estáa en pleno centro, frente a la Iglesia de San Nicolò degli Albari.
- Torre Lapi (30 metros), forma parte del conjunto del Palazzo Comunale.
- Torre Azzoguidi (61 metros), una de las más altas y esbeltas, pertenece al siglo XII, también es una de las más antiguas.
- Torre Prendiparte, aloja un bed and breakfast o sea que podrías sentirte como un auténtico señor medieval si la visitas durante una noche. La terraza es alucinante, hay una especie de bar y las vistas son maravillosas.
Comer en Bolonia: Gastro
Llega la hora de comer y en Bolonia de esto entienden muy bien. En todas las ocasiones que he estado la gastronomía ha sido algo fundamental, desde la piadina rápida al aperitivo tras un día de turismo, comer en esta ciudad es una auténtica delicia. Además de ser un lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía insitu, también vas a encontrar un montón de tiendas delicatessen, con vinos, quesos, setas…
Mi preferido entre los restaurantes del centro de Bolonia es La Montanara (Via Agusto Righi, 15). Se trata de una trattoria tradicional donde encontraréis algunos platos de pasta típicos y carnes en un ambiente muy acogedor. No es un local muy grande, está decorado de forma muy tradicional y realmente, se come muy bien. Mi preferido aquí es sin duda el plato de Tagliatelle al ragù.
Además de pasta, si estáis interesados en disfrutar de una buena pizza, os recomiendo la Pizzería Nino (Via Volturno, 9). Muy cerca de esta el Ristorante Il Cantuccio, donde también he cenado en una ocasión y muy bien. Una de las modas italianas es “El aperitivo”, aunque es más difuso en el norte, hay muchas ciudades donde se puede realizar. Consiste básicamente en pedir una bebida y que te lleven comida o una especie de buffet libre para coger lo que quieras. En Bolonia, la última vez que estuve, fui al aperitivo de C’Entro.
Cosas menos conocidas que a lo mejor descubres
La sonoridad en Bolonia: ya hemos hablado de la música y las luces de Dalla en Navidad. Pero en culquier época del año puedes, en uno de los arcos boloñeses, hacer una especie de juego acústico muy divertido. Se trata de poner te en una de las esquinas del Voltone de Palazzo del Podestà en la Plaza Mayor, allí, coloca a tu amigo/a, pareja o tía en el ángulo opuesto y dirígete a la pared… ¡Verás que efecto sonoro!
La Basiliaca de San Francesco es uno de mis lugares preferidos en Bolonia, no es la iglesia más conocida pero una de las que mejor representa el paso de los diversos estilos, románico, gótico o del renacimiento por la ciudad. El claustro es un remanso de paz. Esta iglesia junto con el edificio de Palazzo Grasi, una auténtica edificación medieval en pleno centro son dos de mis preferidos en Bolonia.
Si quieres disfrutar de un lugar que ha cambiado de uso en las últimas centurias este es, sin duda, la iglesia de San Giorgio in Poiale. Hoy es una iglesia desconsagrada y prácticamente destruida con los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y que se ha reconvertido en biblioteca. Está dedicada, sobre todo, a arte e historia y es una de las bibliotecas más bonitas que he visitado.
El jardín de la Montagnola, en pleno centro de la ciudad, es un parque monumental. Su origen está en el final del siglo XVIII e inicio del siglo XIX. Lo que más llama la atención de este lugar es la imponente escalera que abre paso al jardín. ¡No te lo pierdas! Junto a la Montagnola hay algún otro parque curioso como los Giardini Margherita, uno de los preferidos de los boloñeses.