Bari, ciudad costera que mira hacia el mar Adriático, sorprende con su laberinto de calles empedradas y tapizadas de chianche, tradiciones vivas entre sus muros y sus interesantes monumentos. Visitar Bari es sumergirse en la Italia más auténtica y tradicional, una Italia que venera a sus santos y que mantiene vivos sus recuerdos y tradiciones, que dignifica su gastronomía más tradicional en la que se hacen las cosas como antaño. Pero también es una ciudad viva, llena de estudiantes y uno de los centros comerciales más importanes en la región. Hoy te traigo un resumen de visitas interesantes para que aproveches al máximo tu tiempo en la capital de Puglia.
Se Parigi avesse il mare, sarebbe una piccola Bari
Bari qué ver durante 24 horas: Bari Vecchia
El centro histórico de Bari, corresponde con el barrio de San Nicola o, lo que es lo mismo, Bari Vecchia, tiene reducidas dimensiones. Por ello es muy fácil recorrerlo a pie sin tener que tomar medios de transporte. Si llegas a Bari en tren lo más cómodo y sencillo es caminar unos 15 minutos en línea recta en dirección al mar y encontrarás el nucleo antiguo de la ciudad donde se sitúan el Castillo Seveso o la basílica de San Nicola de Bari. Si vas en coche, como yo, quizá lo mejor es que lo dejes en el hotel si dispones de parking o que aparques en la zona más moderna o en el paseo marítimo. Caminar por Bari es agradable, si vas desde Bari Centrale recorrerás la parte “nueva” de la ciudad con varias calles muy concurridas porque son el centro neurálgico y comercial de Bari. Bari Vecchia, sin embargo, es un conjunto de callejuelas y callejones sin salida con una característica piedra blanca calcárea llamada “chianche”.
La Basílica de San Nicola de Bari es el monumento más representativo de la ciudad, dedicado al santo patrón que no es otro que Santa Claus o Papá Noel. Es un bellísimo ejemplo de arquitectura románica. En la parte baja, la cripta de la iglesia, se guardan las reliquias del santo que curiosamente tiene un gran número de fieles ortodoxos que llegan de países del este para honorar al santo. Es muy curioso ver cómo le rinden homenaje.
La Basílica es muy interesante desde el punto de vista arquitectónico y decorativo, fue construido entre el final del siglo XI y el siglo XII. Llaman la atención los capiteles de la cripta, no te los pierdas, aunque a veces con la cantidad de fieles ortodoxos que se congregan en ella es difícil observarlos con detenimiento. Otra de las características decorativas de esta basílica son los bueyes “Buoi”, que están justo en la entrada de la iglesia como si se tratase de atlantes soportando las columnas. Me recuerdan bastante los ejemplos del románico del norte de Italia, con leones sustentándolas. La visita a la Basílica es gratuita, si que hay un acceso de pago al Museo que alberga el tesoro de San Nicola (3€).
Cerca de San Nicola se encuentra otra de las grandes iglesias baresinas, la Catedral de San Sabino. Me gustó muchísimo visitarla porque estuve prácticamente sola tanto viendo su exterior, en una plaza muy bonita, como su interior. Del exterior descaca su alta fachada románica con un rosetón decorativo en la parte superior y sus tres puertas, en la central con escultura ornamental con el santo patrón.
Otro de los grandes atractivos de la ciuda es el Castillo Normando-Svevo. Es un conjunto de grandes dimensiones construido en el siglo XII gracias a la acción de Ruggero il Normanno. Sin embargo, los conflictos bélicos en la zona durante el siglo XII acabaron con el edificio en poco tiempo y tuvo que ser reconstruido por Federico II di Svevia en el inicio del siglo XIII. De hecho el castillo que hoy conocemos es esta segunda contrucción. El precio del ingreso es de 6€ y el billete reducido 3€.
La visita al castillo es muy interesante porque alberga numerosas salas que hacen un recorrido por la historia del castillo y también diferentes salas expositivas. Para acceder al castillo hay que pasar por el antiguo foso, que da paso al vestíbulo del siglo XIII y desde allí a un primer patio que da acceso a las salas. Hay otro bonito patio que distribuye las salas del museo gestionado por la Soprintendenza de Bienes Ambientales, arquitectónicos e históricos de Puglia. La parte más interesante es la dedicada a la arqueología con la Gipsoteca y a la escultura decorativa de los siglos XI al XVII.
Aunque estuve en pleno invierno me pareció muy agradable en un paseo por la zona del puerto y de la marina. Los colores del atardecer dejaron bonitas estampas con una luz muy bonita enmarcando los barquitos de vela y de pesca del puerto. Caminar alrededor de la muralla de la vieja Bari os conducirá hasta el pequeño Fortino di Sant’Antonio, una de las fortificaciones de defensa de los asedios enemigos a la ciudad. Es muy pequeñito pero desde la parte superior hay una bonita vista del puerto y la ciudad.
Otro de los puntos de vista más curiosos de Bari es el de la ciudad que se encuentra bajo tierra. Es una visita muy novedosa y poco conocida por los turistas, puedes hacerla con un guía ya que se trata de un paseo por algunas galerías subterráneas de la ciudad. Normalmente se realiza el fin de semana.
Fuera de la zona de Bari Vecchia está el famosos Teatro Petruzzelli. Un elegante edificio con un tono muy curioso en el exterior y una gran cúpula como cubierta. Se puede visitar los fines de semana con visita guiada. También fuera del centro histórico se encuentra la Pinacoteca Corrado Giaquinto, no me dio tiempo a visitarla, pero os lo dejo como referencia museal en la ciudad.
Bari Vecchia y sus tradiciones
Lo que más me gustó del centro de Bari fueron sus callejuelas y sus plazas. Por ejemplo, la piazza Mercantile, la más antigua de la ciudad y en la que se encuentra un edificio muy curioso el Palazzo del Sedile, un edificio del siglo XV con una torre y un reloj del siglo XVII. Es muy curioso, la parte inferior dos cuerpos sin apenas decoración y en la parte superior una llamativa logia con tres carcos de medio punto rematada con decoración al lado de la torre. Por cierto, justo en uno de los lados del palacio se encuentra Martinucci una de las pastelerías más famosas de la ciudad, donde podéis tomar un café acompañado de tartas o pasteles. Yo probé el famoso pasticciotto de Lecce ¡os lo aconsejo! aunque sea de otra ciudad.
Hablando de plazas la de Ferrarese es otro de los lugares en Bari que ver o que pasear. Se trata de una plaza de grandes dimensiones que se precipita hacia el mar. Aquí se iniciaban los caminos romanos de la ciudad, la antigua Vía Apia. Hoy es uno de los mejores sitios para tomar una cerveza al atardecer o para cenar ya que hay numerosos locales alrededor de la zona y suele estar muy ambientada en las tardes de buen tiempo.
El centro de Bari me pareció curiosísimo, es un laberinto de calles y tradicioes. Entre ellas la del secado de la pasta frescas recién hecha en casa, que descubrí paseando entre callejuelas. Las mujeres mayores de la ciudad amasan y dan formas a la pasta, sobre todo orecchiete, y la ponen a secar en sus puertas. Si tienes suerte, como yo, incluso te invitarán a cenar con ellos, es realmente muy entrañable. Si tienes ocasión de participar en una cena tradicional no lo dudes, por muy poco dinero estas mujeres te invitarán a disfrutar de sus platos recien hechos y en un entorno muy agradable. ¡Me encantó!
¿Cómo llegar a Bari?
Desde Madrid hay vuelo directo con Ryanair desde hace poco más de un año. Es un vuelo de unas dos horas y media, bastante cómod. El aeropuerto de Bari está a unos 10 kilómetros del centro de la ciudad. Está bien comunicado mediante carretera, por supuesto, yo salí con mi coche de alquiler directa a Matera y volví desde la propia Bari y por tren. Una línea de cercanías une el aeropuerto con la estación Central de Bari.
Bari está bien comunicada por carretera con el sur de Puglia, en algo menos de dos horas puedes llegar en coche a una maravillosa ciudad barroca, Lecce. En una hora y cuarto puedes encontrarte en la otra punta del tacón para visitar Taranto. Si visitas Matera en 45 minutos estarás en el centro de la ciudad.
Dónde dormir en Bari
Bari es una ciudad interesante, yo hice sólo una noche allí porque venía de la zona de la costa de los pueblos de Polignano a Mare y Monopoli y del Valle de Itria. Me alojé en un hotel un poco alejado del centro histórico ya que el último día mi vuelo era muy temprano y quería estar cerca del aeropuerto para devolver el coche y llegar sin problema.
Mi hotel se encontraba en la zona de Palese, una zona bastante animada sobre todo en verarno ya que cuenta con una playas realmente amplias y concurridas. Además, hay un montón de lugares para comer y cenar alrededor. Me alojé en el hotel Best Westen La Baia, un hotel de tres estrellas por el que pagué unos 50-55€ en habitación individual con desayuno y parking gratuito.
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Bari qué ver cerca de la ciudad
Además de visitar la ciudad de Bari, te recomiendo que recorras tanto la provincia de Bari como las colindantes. En mi road trip por Puglia y Basilicata tuve la ocasión de visitar varios sitios que quedan muy cerca y a los que puedes llegar en una hora en coche.
- Matera y el parque de la Murgia, una de las ciudades más encantadoras del sur de Italia a una hora en coche de Bari. En ella te sorprenderán las calles de los Sassi, famosos gracias a las películas que allí se han rodado. Es un auténtico Portal de Belén en Europa.
- Alberobello y los trulli, en el centro de la provincia de Bari. Es, sin duda uno de los pueblos más bonitos de Italia. Mejor ir entre semana para disfrutarlo sin tanta gente.
- El Valle de Itria: Locorotondo, Puntignano. La provincia está llena de preciosos pueblos blancos, borgos medievales y un precioso valle cubierto de trulli y maserías.
- Polignano a Mare y Monopoli, dos de los pueblos más bonitos de la provincia, con muchísimo ambiente durante el verano, bonitas playas y centros históricos muy interesantes.