Este veranos nos hemos ido de vacaciones también a Cabo Verde. Os contamos qué ver en la Isla de Sal, al menos que vimos nosotras. Cabo verde es un país que se encuentra en el oeste de África frente a la costa de Senegal. El país está compuesto por 9 islas habitadas cuya capital es Praia. Los colonizadores portugueses las encontraron deshabitadas en el siglo XV. Primeramente conocidas por su trata de esclavos, al ver sus tierras fértiles para el cultivo y pasto para el ganado, decidieron explotarlas.
Cabo verde se independizó de Portugal en 1975. Desde hace unos años, las islas de Cabo verde y en concreto la isla de Sal, se ha convertido en un destino turístico por sus playas de arena blanca y aguas transparentes, los deportes acuáticos y el exotismo de la isla.
Qué ver en la isla de Sal
Os relatamos nuestra experiencia, qué ver en la isla de Sal, junto con todas nuestras recomendaciones. La isla es accesible con vuelos directos diarios desde Lisboa a una distancia de 4 horas.
La capital de la Isla de Sal es Espargos(nombre dado por los portugueses al encontrar espárragos en la isla). Espargos se encuentra en el centro de la isla. Es el centro administrativo y financiero, aunque los complejos turísticos se encuentran en Santa María, al sur de la isla.
En Espargos encontramos el banco, un hospital para toda la isla y también el aeropuerto, creado por Italia en 1939 como tránsito hacia Suramérica. Es interesante realizar un paseo y descubrir su mercado, las ventas de los locales en las calles y sus edificios de colores, que incluyen la iglesia de San Jorge pintada de azul. No dejes de visitar el mirador de la colina desde donde puedes avistar toda la ciudad.
Uno de los principales puntos de interés que ver en la isla de Sal, son las salinas de Pedro Lume. Descubrimos de este modo la relación con el nombre de la isla. Se encuentran a tan sólo 4 km de Espargos, al noreste de la isla.
Debido a su agua no potable, la Isla de Sal no estuvo habitada hasta el siglo XIX con el auge de las minas de sal. Aún podemos ver los restos de poleas y railes que se utilizaban para el traslado de la sal desde las minas. Las salinas datan del siglo XIX y hoy en día siguen produciendo, pero únicamente para el consumo de la isla.
Por 5 euros, existe la posibilidad de bañarse en las aguas con una gran concentración de sal, que recuerdan a las aguas del mar muerto. Tras esta visita, nos dirigimos a Palmeira, ciudad con el principal puerto de la isla. Allí puedes ver cómo llega el pescado fresco diario y las ventas locales. En el mismo puerto encontramos una estatua de un pescador. Resulta también interesante ver los pequeños locales llamados Fontenarios donde los habitantes recogen el agua potable desalinizada. Sus calles están llenas de casas coloridas que invitan a dar un paseo.
Otra de las atracciones que ver en la Isla de Sal son las piscinas naturales de Buracona, situadas a 5 kilómetros al norte de Palmeira. Se trata de piscinas naturales dentro de cavidades en rocas volcánicas negras. Dependiendo del oleaje, se puede realizar un agradable baño. Allí mismo se encuentra el Ojo Azul: parte azulada en el mar que se percibe gracias al reflejo del sol en el agua de una gruta de 18 metros de profundidad.
Debido a la sequia de la isla, descubrimos Terra Boa: un desierto al norte donde se realizan rutas en quads y 4×4 para los turistas. Allí también se encuentra un famoso espejismo. Con el reflejo del sol sobre la arena, nos parece ver agua.
Si lo que te gustan son los deportes acuáticos, en el centro de la isla puedes visitar Murdeira: el sitio ideal para practicar snorkel con sus aguas transparentes y sus arrecifes de coral. Asimismo, con una excursión en catamarán o barco con visión submarina, podrás visitar el Cristo dos Mares, un cristo sumergido en el fondo del mar.
Dirigiéndonos al sur de la isla y a 2 kilómetros de Santa María, encontramos Ponta Preta, preciosa playa ideal para los amantes del surf, windsurf y kite surf.
Ya en el sur, llegamos a la ciudad más turística que ver en la Isla de Sal. Santa Maria. Como puntos de interés os recomendamos visitar el puerto con diversos vendedores de pesca local durante el día, y el edificio del mercado, lleno de frutas, verduras y souvenirs locales. Además de muchos restaurantes y clubs nocturnos, la ciudad cuenta con el Museo de Sal.
Además, algo inolvidable que ver en la isla de sal son los animales marinos. En la bahía de Parda (al sur de las salinas) podemos adentrarnos en las aguas rocosas(los escarpines se pueden alquilar por 2 euros) y ver a pequeños tiburones limón nadando alrededor de nosotros. Por la noche en los meses de verano y con un guía local, podemos tener la suerte de ver a tortugas marinas boba (Caretta Caretta) poner huevos en la playa y regresar al mar.
Y para completar la visita, recomendamos probar el plato estrella de la gastronomía local: cachupa: estofado con maíz, alubias y carne o pescado, y beber grogue: ponche local a base de un aguardiente derivado de la caña de azucar