La Orotava es una pequeña localidad del norte de Tenerife en la que pasar un día muy agradable combinando cultura, patrimonio y buena gastronomía. Uno de los atractivos principales de esta villa es su centro histórico declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional gracias a que agrupa un buen número de bellos ejemplos de arquitectura canaria de los siglos XVI a XVIII. La Orotava se encuentra en una de las faldas del Teide y sus 360 metros de altitud proporcionan unas bonitas vistas panorámicas hacia el Océano Atlántico. La villa combina muchos ingredientes para ser una parada ideal en una visita a la isla de Tenerife, hoy te contamos qué ver en La Orotava, o lo que es lo mismo, que vimos en La Orotava en nuestro último viaje a las islas Canarias.
Qué ver en La Orotava durante 24 horas
La Orotava estaba habitada mucho antes de la llegada del “redescubrimiento” de los europeos. A partir del siglo XIV llegaron oleadas de conquistadores hasta el arribo de los Reyes Católicos en 1477. A partir del siglo XVI empezó una época de gran importancia comercial en la villa, a la cual el rey Felipe IV otorgó tal título en 1648. Los siglos XVII y XVIII dejaron en la localidad una fuerte impronta cultural y arquitectónica, gracias a ser un centro fundamental para la artesanía y el comercio. Será en esta época en la que se construyen los principales edificios civiles y religiosos entre los que se encuentran la famosa Casa de los Balcones.
Jardines del Marquesado de la Quinta Roja y Liceo Taoro
Iniciamos nuestro recorrido, tras dejar el coche un parking del centro histórico, dirigiéndonos hacia los Jardines del Marquesado de la Quinta Roja. El primer paseo por las calles del centro nos hacen presagiar que la visita será realmente agradable, estas calles tiene un sabor a tradición muy especial ya que el casco antiguo de La Orotava está prácticamente intacto. Los Jardines de la Quinta Roja, adyacentes al Liceo Taoro, descubren al visitante la profusa flora canaria, son estos jardines un precioso lugar donde pasar un rato delicioso entre flores del paraíso y dragos. El Liceo Taoro está dedicado a la difusión cultural en la villa, el edificio donde se sitúa es un palacete construido en 1928 a instancia de un matrimonio de La Orotava. La Sociedad Cultural Liceo Taoro adquirió el edificio en los años 70 para instalar en él las dependencias y espacios dedicados a la cultura y a sus socios. Es una sociedad cultural privada, pero no hay ningún problema para entrar en el edificio en el que incluso hay una cafetería. No os perdáis el interior presidido por una magnífica escalera como si de un palacio inglés, al estilo Dowtown Abbey, o los salones con una profusa decoración de inicios del siglo XX. La parte superior es de acceso restringido ya que está dedicada a salones privados de la asociación y a la administración de la misma. En la cafetería se puede comer, ofrecen comida tradicional canaria, aunque nosotras no comimos allí y no podemos hacer la recomendación gastronómica en este caso.
Al lado del Liceo Taoro están los Jardines de la Victoria o del Marquesado de la Quinta Roja. Su origen es un triste hecho: el fallecimiento del hijo de los marqueses que ostentaban el título de la Quinta Roja. Alrededor de su mausoleo se crearon estos jardines en forma escalonada en los que pasea envuelto en flores y disfrutar de unas magníficas vistas del Océano y del Teide.
Centro histórico y casonas señoriales
Volvemos a la calle principal, la Carrera del Escultor Estévez, una de las más bellas de la isla, aprovechamos la calle para hacer fotos y disfrutar del recorrido entre casonas señoriales pintadas de colores llamativos y decoradas con balcones de madera. A lo largo de la calle nos encontramos algunas casas tradicionales canarias, como la que acoge uno de los centros culturales para mayores de la ciudad, no os perdáis los patios, sed un poco cotillas. En uno de los laterales de la calle está situada la plaza del Ayuntamiento, un rincón muy agradable, aunque en la época que lo visitamos estaba ocupado por un Belén de grandes dimensiones que no permite ver la plaza en todo su esplendor.
La Casa de los Balcones o Casa Fonseca
Al final de la Carrera del Escultor Estévez se encuentra el edificio más famoso y fotografiado de La Orotava, La Casa de los Balcones o Casa Fonseca. Un edificio de varias plantas en cuya fachada destaca el balcón corrido de madera en el piso superior y los numerosos balcones del segundo nivel. Sobre su construcción hay algunas dudas, algunos estudios lo identifican como una construcción del inicio del siglo XVIII, sin embargo, otras investigaciones anticipan su origen a la mitad del siglo XVII. En el interior de la casona destaca el patio decorado con columnas de buena altura asentadas sobre pedestales de piedra y ornamentadas con bonitos capiteles, todo él contruído en madera de pino canario. Actualmente la Casa de los Balcones acoge un museo en el que se describe la tradición cultural canaria. El precio de la entrada (si no eres residente en Canarias) es de 4€, un euro más si se adquiere con audioguía.
Casa Molina
Frente a la casa de los Balcones se encuentra otro precioso edificio con arquitectura tradicional, el Centro de Artesanía Eladia Machado, la Casa Molina. Este gran edificio tiene una decoración muy sobria en su fachada, tan solo ornamentada en la parte de la portada con formas vegetales. De nuevo un gran balcón es el foco de atención de la casa, no tan espectacular como la adyacente Casa Fonseca, sin duda es un lugar para visitar.
Casa Lercaro
Descendemos por la Calle del Colegio hacia la Casa Lercaro, uno de los edificios más antiguos conservados en la localidad. Este precioso edificio cuenta con varios pisos, decorados con grandes ventanales de madera y dos balcones de gran tamaño sobre la puerta de entrada. La Casa Lercaro o Casa Ponte-Fonte (Casa de Ponte Grimaldi) se construye originalmente en el siglo XVI, aunque ha llegado a nosotros con el aspecto que pudo tener en el XVIII. La entrada a la casa se realiza a través de un bonito zaguán que distribuye los espacios y que da acceso a un precioso patio interior, actualmente bar restaurante, con una profusa vegetación y un ambiente incomparable para tomar algo. Sin duda es uno de los rincones más apetecibles que ver en La Orotava.
Casa Monteverde
Seguimos nuestro recorrido pasando por delante de la Casa Monteverde, otro de los edificios destacables del siglo XVII. En la casa destaca un gran patio central que organiza las estancias y al que se accede a partir de un gran zaguán abierto desde la fachada. Su principal atractivo está en la fachada tardorenacentista dividida en dos alturas y cuya portada está flanqueada por dos grandes pilastras cajeadas realizadas en piedras y con una fuerte impronta clásica.
Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción
En uno los laterales de esta casa se encuentra uno de los principales edificios religiosos de La Orotava, la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Aunque el templo original fue erigido tras la llegada de los Reyes Católicos al final del siglo XV, el templo que ha llegado a nuestros días fue inaugurado en el final del XVIII. En el exterior destaca una bella fachada barroca, que aunque podría recordar a algunas iglesias romanas en la parte central, cuenta con unas originales torres rematadas por cupulillas que le dan un toque realemente sigunar. Su interior presenta una división muy clásica con tres naves separadas por grandes columnas jónicas con capiteles corintios. Llama la atención en esta iglesia la imponente cúpula sobre tambor que se erige majestuosa y que se puede ver desde cualquier parte de la villa. En la Iglesia de la Concepción se encuentra el Museo Sacro, en el que se puede visitar un interesante conjunto de objetos litúrgicos y el tesoro de la parroquia de la advocación de la Concepción.
La Orotava cuenta con un importante patrimonio arquitectónico religioso, si tenéis tiempo podéis visitar algunas otras parroquias como la de San Juan Bautista (siglo XVII), la de Santo Domingo de Guzmán o la de San Isidro Labrador (originaria también del XVII). Otros edificios interesantes son las pequeñas ermitas del siglo XVI como la del Carmen o la de Santa Catalina y los antiguos conventos de San Agustín o de San Benito.
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