Zamora cuenta con todos los encantos necesarios para conquistar al visitante en 24 horas. Si te preguntas qué ver en Zamora en un día te diré que quizá no te baste, por lo que incluso te recomiendo que pases un fin de semana, así podrás disfrutar de su románico, de sus rutas modernistas y de su gastronomía. Pero, ¿qué es Zamora? Es una pequeña ciudad situada al lado del gran Duero, muy cerquita de mi ciudad Salamanca, llena de historia y cultura, cruce de caminos y vía principal desde época romana, un lugar que ofrece al viajero el mejor museo al aire libre del románico español. Te contamos qué ver en Zamora en un día o en un fin de semana:
Un poco de historia de Zamora
Zamora tiene origen en un antiguo asentamiento celta en la Edad de Hierro llamado Ocalam. Es lógico pensar que los primeros pobladores de la zona eligieran ese lugar privilegiado, en la meseta sobre el río Duero, desde donde se divisan los extensos campos castellanos. De la Zamora romana, famosa gracias a Viriato, “terror romanorum” apenas quedan restos, tan sólo algunas huellas de lo que fue el antiguo puente sobre el río que desapareció años atrás.
Tras el paso de los romanos, también los musulmanes tomaron la ciudad, destruyéndola en su mayor parte. La reconquista, durante el reinado del rey Alfonso II de Asturias, trajo la repoblación del asentamiento, dotando a Zamora de sus primeras murallas, algunas casas nobles e incluso baños e infraestructuras básicas para la época.
La Baja edad media, entre los siglos X y XIII fue el momento de mayor esplendor en Zamora, momento en el que se construyen buena parte de sus iglesias románicas. Son más de 20 los ejemplos de arquitectura religiosa que puedes encontrar caminando por la ciudad. El apogeo románico se vio completado con la construcción de numerosos palacios góticos y renacentistas para alojar a las nobles familias de la ciudad.
Otro de los hitos fundamentales en la historia de la ciudad fue el siglo XIX, momento en el que se produce una estimulación importante de la economía zamorana, gracias en parte a la industrialización de la ciudad y a la llegada del ferrocarril. En esta época tuvo un importante auge la arquitectura que aportará a Zamora una interesante impronta modernista dotándola de numerosas casas de bonita factura que conservan su estructura y decoración basada en el art Nouveau.
Qué ver en Zamora: recorrido por la ciudad
El paseo por la ciudad del Duero es siempre agradable, incluso en los días de frío castellano, cuando la niebla envuelve las torres de sus iglesias románicas, Zamora siempre tiene un encanto y un sabor tradicional entre sus piedras. Si tienes solo ún día para visitar Zamora te aconsejo que sigas esta ruta “básica”, que podrás completar con una ruta por las iglesias románicas o por la de la arquitectura renacentistas.
La ruta ideal empieza en el barrio de Olivares (si vas en coche puede aparcar en esa zona o dirigirte al Parking de San Martín, en pleno centro de la ciudad). La primera parada son las Aceñas de Olivares, justo en la parte trasera de la Iglesia de San Claudio de Olivares, situadas sobre el río. Las aceñas cuyo origen se remonta al siglo XI, son construcciones civiles en cuyo interior se situaron los primeros molinos de la ciudad. Durante siglos fueron parte del patrimonio de la Iglesia en la ciudad, hasta la desamortización de Mendizabal, momento en el que decayó su uso. Desde 2008 son visitables, gracias a una importante remodelación de su interior y una restauración externa que las ha devuelto su imagen original.
Subimos por la calle del Cabildo y atravesamos la Puerta del Obispo para adentrarnos en el casco histórico de la ciudad. A nuestro lado la Casa del Cid, el Palacio de Arias Gonzalo, una casona erigida en el siglo XI y que llegó a albergar, junto con el Cid, a los hijos de Fernando I, los Infantes de Castilla y León. Frente al palacio se sitúa el palacio del obispado y a su espalda la magnífica catedral de la ciudad con una de sus puertas más bellas, la del Obispo.
La Catedral de Zamora es un precioso exponente de la arquitectura románica coronada con un magnífico cimborrio ejemplo singular de la llamada escuela del Duero, en la que se encuentran también el cimborrio de la Catedral Vieja de Salamanca y de la Colegiata de Toro. La catedral tiene planta de tres naves rematadas, en origen, por tres ábsides románicos, el espacio en el que se junta el crucero con dichas naves es el que está coronado con el bonito cimborrio. Este original cubrimiento está asentado sobre un tambor con 16 ventanas que iluminan el interior y se remata con una bonita cúpula gallonada de estilo bizantino. Además de la vista interior del famoso cimborrio en la Catedral se pueden admirar diferentes elementos decorativos, como una bonita sillería de coro renacentista, tallada en madera de nogal o la Capilla del Doctor Grado, lugar de enterramiento del mismo, donde se sitúa el famosos Cristo de las Injurias una de las tallas más importantes de la Semana Santa Zamorana.
En uno de los laterales de la Catedral, a la derecha de la fachada principal, se sitúa el acceso al claustro. Un patio de bella factura que se asentó sobre uno más antiguo. En el claustro se sitúa el Museo de la Catedral en el que se puede visitar el tesoro de la misma y una bonita colección de Tapices flamencos, en el que destaca el de Tarquinio Prisco, considerado uno de los más importantes de la producción flamenca del siglo XV.
Abandonamos la catedral por el lateral del claustro, donde se encuentra el Museo Lobo, una Fundación dedicada a la obra del escultor Baltasar Lobo, que desde 2003 promueve y divulga la obra artística del autor. Nos dirigimos al Castillo de Zamora, último reducto defensivo de la ciudad a la cual protegía junto con las murallas. Tiene una planta romboidal, que estuvo rodeada por un foso, del que todavía hoy se conserva una parte. El acceso al castillo es libre y visitable casi por completo, aunque buena parte de la estructura ha desaparecido. La parte más singular es la torre del homenaje a la que se puede acceder por una escalera en el cuerpo central del castillo. Es muy recomendable la visita a la torre y a las almenas, aunque en los días de invierno corre el aire y hay que ir abrigado, es un buen lugar para hacer fotos de la Catedral y de la ciudad.
Dejando atrás el Castillo y de vuelta a la plaza de la catedral emprendemos el recorrido por la ruta del Románico zamorano (que dejaremos para otro post y que podéis pinchar para verlo). Zamora cuenta con más de 20 iglesias, muchas de ellas situadas a lo largo de la Rua de los Francos. Entre ellas destacan la Iglesia de la Magdalena, con un preciosa portada con arquivoltas y un magnífico interior; la de San Juan junto a la Plaza Mayor con su admirable rosetón románico; la de San Ildefonso o la de Santa María la Nueva.
Siguiendo por la Rua de los Francos nos encontramos con el Palacio de los Condes de Alba y Aliste, un magnífico exponente de la arquitectura palaciega del siglo XVI en el que destaca su patio con galerias y decorado con medallones que reproducen imágenes de personajes históricos, mitológicos y religiosos. En la actualida acoge en su interior el Parador de Turismo de Zamora, un lugar ideal para pasar la noche rodeado de historia. Frente al Palacio de los Condes de Alba y Aliste está el edificio que alberga la sede de la Diputación Provincial, ubicado en la plaza de Viriato, presidida por la escultura del famoso “guerrero”.
Continuando por la Rua principal llegaremos a la Plaza Mayor, en cuyos extremos se sitúan el Ayuntamiento y el Ayuntamiento Viejo con sus galerías renacentistas. Una de las calles más bonitas de Zamora es la que parte desde el lateral del Ayuntamiento Viejo, la calle Balborraz, con su original trazado escalonado hacia el río. Volvemos sobre nuestros pasos observando algunos de los mejores ejemplos de la arquitectura civil modernista de la ciudad, como las Casas de Mariano López o de Faustina Leirado.
El paseo nos lleva hasta la plaza de Sagasta y de ella a la de Zorrilla, para acercarnos al Palacio de los Momos, el más bello ejemplo de la arquitectura isabelina (gótico tardío e inicio del renacimiento) en Zamora. El Palacio me recuerda mucho a algunos edificios renacentistas salmantinos, su fachada principal, en piedra arenisca, se distribuye en dos pisos donde se ejecuta la mayor parte de decoración del conjunto. El Palacio sufrió el paso de los siglos y actualmente solo se conserva original la preciosa fachada renacentista. El interior no es visitable, por lo que solo podrás admirar los bonitos elementos decorativos de las ventanas de la dicha fachada.
En la Calle de Santa Clara, a pocos pasos del Palacio de los Momos, se sitúa un precioso ejemplo de arquitectura modernista, el Casino de Zamora, construido en 1905 y que actualmente está ocupado por uno de los mejores restaurantes de la ciudad, La Oronja. Al final de la misma calle, la de Santa Clara, nos espera la plaza de la Constitución y el Mercado de Abastos, otro buen ejemplo de la arquitectura en hierro con estilo modernista. El mercado, que todavía hoy cumple su función comercial, se construyó en el inicio del siglo XX.
No te olvides que una de las atracciones más interesantes que ver en Zamora son sus murallas, no solo Ávila goza de unas en Castilla. Las murallas zamoranas son de origen medieval, aunque se contruyeron en tres fases. La primera de ellas, el primer recinto amurallado, se erigió en el siglo IX, tras la repoblación y era poco más que el Castillo y sus alrededores. El segundo cerco se construyó en el siglo XII hacial el este, llegando al Arco de Doña Urraca. Finalmente, la última construcción pertenece al siglo XIV, momento en el que la muralla se acercó al río, recorriendo su orilla hasta las Peñas de Santa Marta.
Museos que ver en Zamora
Si el tiempo no acompaña al paseo una buena opción puede ser la de recorrer algunos de los museos de la ciudad entre los que destaca el de la Semana Santa. En Zamora buena parte de su tradición está ligada a la Semana Santa, declarada Bien de Interés Cultural, es una de las más importantes y conocidas de Castilla y León. El fervor y la austeridad con el que se viven estos días en Zamora bien merece una visita para descubrir el valor histórico y patrimonial que atesora no siendo tan famosa como otras.
- Museo de Semana Santa: en él se exibe una colección permanente formada por las principales tallas y pasos escultóricos de la ciudad. Además de los pasos también se pueden observar algunos elementos relacionados con los rituales, procesiones, etc. El horario de este museo es de martes a sábado de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00h, el domingo y días festivos solo abre por las mañanas. La entrada tiene una tarifa de 4€ en la que se incluye una audioguía explicativa. La tarifa reducida para niños o grupos de más de 25 personas es de 2€.
- Museo Catedralicio: dentro del claustro de la Catedral. Además del tesoro de la misma: con relicarios, orfebrería, escultura y pintura, cuenta con la colección que nombrábamos anteriormente de tapices flamencos. El horario de este museo es de martes a sábado de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00h, el domingo y días festivos solo abre por las mañanas. En algunos periodos, como en diciembre, por la Inmaculada puede abrir ininterrumpidamente entre las 10.00 y las 19.00h. El precio de 5€ de la entrada incluye el acceso a la Catedral y al museo Diocesano. Este museo está en la iglesia románica de Santo Tomé, en el se pueden admirar algunas de las obras más importantes de la escultura zamorana, de autores como Gil de Ronza (que trabajó en la Catedral de Salamanca).
- Museo Etnográfico de Castilla y León: es mi preferido ya que alberga una colección impresionante de objetos dela vida cotidiana y la tradición de la zona. Aperos de labranza, últiles del día a día, carros, telares, etc… Está abierto de martes a domingo de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00h, su precio son 3€.
Además de estos museos puedes acercarte al Centro de Interpretación de las Industrias del Agua, en Las Aceñas de Olivares, que son las más antiguas de la ciudad y al Centro de interpretación de las Ciudades Medievales. Como veis la ciudad del Duero bien vale una visita por su rico patrimonio religioso y cultural, además si lo hacéis en Semana Santa disfrutaréis de una de las más bonitas y solemnes de España.