Bruselas es una ciudad que no deja de sorprenderme. Quien como yo la haya visitado en varias ocasiones no estará exento de sorpresas ya que es una ciudad dinámica, moderna y, sobre todo, cultural. En nuestro último viaje a Bélgica pasamos varios días en la capital y descubrí un lugar que me encantó y que me ofreció una perspectiva histórica y desconocida de la ciudad. Uno de los principales motivos del viaje de este verano a Flandes era seguir las huellas y los pasos del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, pues Bruselas no me defraudó en esa búsqueda ya que pude conocer algunas de las estancias por las que pasó el monarca. Te cuento mi recorrido por el Antiguo Palacio de Bruselas, Coudenberg.
Visita al Antiguo Palacio de Bruselas: Coudenberg
El Antiguo Palacio de Bruselas, del que apenas quedan restos, inicia su historia en el siglo XI y desaparece a causa de un gran incendio en el siglo XVIII. Está situado en una de las colinas de la ciudad, la de Coudenberg, de donde toma su nombre. Su construcción aunque iniciada en el siglo XI, continuó a lo largo de varios siglos, con modificaciones y alteraciones de su trazado original. Prácticamente se puede decir que el Antiguo Palacio de Bruselas quedó enterrado bajo los cimientos del actual Palacio Real, cuya construcción data de inicios del siglo XIX. Durante sus primeros años de vida el Palacio albergó la residencia de los Duques de Brabante, pero por él pasarían otros muchos monarcas como Felipe el Bueno en el siglo XV, o Carlos V y Felipe II en el siglo XVI.
Aunque a algunos le podría parecer una visita poco espectacular al tratarse básicamente de las ruinas de muros y estancias del antiguo palacio. Para mí, sin embargo, se convirtió en una ruta muy interesante desde el punto de vista histórico y me encantó el recorrido bajo tierra en las entrañas de la capital belga. La visita se inicia en uno de los laterales del Palacio Real, las dos primeras salas visitables se encuentran en el nivel superior, justo junto a la entrada donde se adquiere el ticket. En estas dos primeras estancias se hace un repaso a la historia del Palacio a través de los siglos, un recorrido en el tiempo representado gracias a láminas y grabados donde se puede ver la importancia que tuvo aquel imponente edificio. En la segunda sala hay una introducción sobre cómo el palacio pasó de su magnificencia renacentista a ser un sitio arqueológico recientemente recuperado.
A través de unas escaleras se accede a un primer grupo de estancias que forman el cuerpo central del conjunto. En esta parte del palacio se pueden ver desde las mazmorras del siglo XII a los restos de la parte más antigua del palacio del siglo XI. También en este área se encontrarían los jardines más antiguos y los sótanos del palacio.
Las siguientes salas forman parte del espacio que antiguamente estuvo ocupado por la capilla del palacio. Aunque ya no existen los grandes pilares que debieron sostener estas estancias, esos pilares están representados a través de una instalación artística que nos muestra la grandeza que tuvo el lugar. Lo que sí se puede contemplar aquí son las puertas originales de la capilla que datan del inicio del Renacimiento, en el siglo XVI. Desde la capilla se accede a la parte de la visita que más me gustó, la antigua Calle Isabel, en cuya zona alta se encuentran los restos de las principales salas históricas del palacio como es el Aula Magna.
De estas salas históricas, es cierto, solo quedan restos de sus muros. Para algunos podrían ser cuatro piedras, sin embargo son piedras que cuentan la historia de la monarquía española. La Sala principal es la llamada Aula Magna, en ella se vivieron algunos de los acontecimientos fundamentales de la vida del Emperador Carlos. El primero de ellos la emancipación en 1515, es decir, el momento en el que se considera a Carlos mayor de edad y a partir del cual va a heredar los territorios de sus abuelos castellanos y aragoneses y, por supuesto, sus territorios alemanes a través de su otro abuelo Maximiliano I de Austria. En este mismo lugar el Emperador vivió otro de los capítulos más importantes de su vida, la abdicación en favor de su hijo el Rey Felipe II en el año 1555. El aula Magna conserva algunos pequeños detalles como una gran chimenea en la parte inferior, donde se situaban las cocinas del palacio o las zonas dedicadas a las ceremonias que hoy se encuentran totalmente hundidas y en ruinas. La mayor parte de estos restos arqueológicos empezaron a ver la luz en los últimos años del siglo XX, actualmente están altamente protegidos para su conservación.
Como os decía antes me gustó mucho el recorrido de la Calle Isabel, con el ascenso hasta el Aula Magna y su descenso hacia la parte del museo. Se trata de una antigua calle adoquinada que hoy queda cubierta con grandes bóvedas que van dando paso al caminante. Aunque es una calle hoy subterránea tiene una buena iluminación y la visita es muy agradable, probablemente intenta simular lo que fue la Calle Isabel en la época medieval, la cual estaba abierta. La calle iba por uno de los laterales del palacio y llegaba hasta la Place des Bailles. Al final de la calle se encuentra un pequeño museo sobre la historia y los restos que se encontraron en el palacio.
El museo se encuentra en el llamado Palacete de Hoogstraeten, un edificio noble del siglo XVI que se encuentra precedido por una bonita galería porticada de la época. No tiene una decoración impactante pero se pueden ver algunos restos de escultura del siglo XV como la estatua monumental de un Apóstol. En las salas los objetos de la vida cotidiana como copas, cerámica, azulejos, etc. encontrados entre los restos arqueológicos en las excavaciones de estos últimos años. La visita termina sorprendentemente en un lugar bastante alejado de donde se inicia, pero esto lo dejo para que lo descubras tú…
Horario de visita del Antiguo Palacio de Bruselas
De martes a viernes: de 09:30 a 17:00 horas.
Sábados y domingos y julio y agosto: de 10:00 a 18:00 horas.
Cerrado: lunes, 1 de enero, 21 de julio y 25 de diciembre.
24 y 31 de diciembre: de 10:00 a 16:00 horas.
Precio de la entrada
Adultos: 7€ (Antiguo Palacio de Bruselas o Coudenberg + Belvue 12€)
Tercera edad y grupos de más de 15 personas: 6€. (Coudenberg + Belvue 10€).
De 18 a 25 años y desempleados: 5€. (Coudenberg + Belvue 8€).
Menores de 18 años: Entrada gratuita.
Entrada gratuita si dispones de la Brussels Card. El acceso se realiza a través del BELvue, Mont des Arts, Place des Palais 7. Se puede visitar con audioguía por 3€.