Lovaina es una
pequeña ciudad universitaria con un ambiente joven y moder, pero a la vez se trata de una ciudad de tradiciones, culturalmente única y arquitectónicamente una de las
joyas de Flandes que nada tiene que envidiar a otras como Brujas o Gante. Lovaina está llena de plazas, calles y edificios que nos transportan siglos atrás. Hoy te contamos qué ver en Lovaina durante un día, para que disfrutes y no te pierdas nada de esta ciudad belga.
Historia de Lovaina
Las primeras referencias a la ciudad de Lovaina se sitúan en el siglo IX. La ciudad estaba situada en las orillas del río Dyle, una zona que pronto se convirtió en un importante centro comercial bajo las órdenes del ducado de Brabante. A partir del siglo XII Lovaina se convierte en un centro al que llegaban comerciantes y mercaderes se construyeron en la época numerosos edificios como iglesias conventos murallas. Sin embargo, la gran riqueza de la ciudad y el florecimiento comercial de la misma fue a partir del siglo XV, en este momento se creó la famosa Universidad de Lovaina y con ella se asentaron numerosos estudiantes, maestros, clérigos, etcétera. Lovaina siguió creciendo durante el Renacimiento, en buena parte gracias a la importancia que tuvo su universidad a la llegada de universitarios y a la construcción de edificios como colegios mayores menores e iglesias.
La ciudad siguió teniendo una significativa importancia comercial e industrial se crearon carreteras y se dio notoriedad al canal de León quizá, la peor época de la ciudad fue la llegada de la Revolución Francesa qué hizo estragos en la arquitectura y, posteriormente, las dos guerras mundiales que dejaron una huella profunda en su urbanismo. En la actualidad, Lovaina es una ciudad joven, moderna, divertida, en la que dar un agradable paseo por sus calles empedradas y visitar sus principales monumentos como el Ayuntamiento, la Catedral o el Gran beguinario.
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Qué ver en Lovaina durante un día
Visitamos Lovaina en un día realmente desapacible y lluvioso, aún así la ciudad gracias a su arquitectura tradicional y algunos de sus monumentos nos enamoró. Una de las primeras cosas que podéis hacer si llegáis a Lovaina en tren es disfrutar de un paseo desde la Estación Central hasta el corazón de la ciudad, si por el contrario preferís tomar el transporte público son varios los autobuses que os dejarán prácticamente a los pies del famoso Ayuntamiento de Lovaina. Os recomiendo que hagáis una visita a la oficina de turismo, ya que en ella os informarán sobre los horarios de apertura de los monumentos, sobre todo porque la visita al Ayuntamiento hay que hacerla de forma guiada.
El Ayuntamiento de Lovaina es uno de los más bonitos que he visto, además de ser uno de los iconos de la ciudad. La visita al Ayuntamiento se compone de dos partes coma una primera explicación desde el exterior del edificio y el posterior recorrido por las salas Consistoriales. El exterior del Ayuntamiento es realmente impresionante, cuenta con una magnífica fachada de estilo gotico brabantino que remata en torrecillas y está decorada por 235 estatuas. La construcción del edificio se remonta a 1439 y duró casi 30 años. El Ayuntamiento se sitúa en una bonita plaza que fue prácticamente creada para la edificación del mismo, ya que en su lugar había una fila de casas que fue derruida con tal motivo.
La fachada del edificio, como su interior, consta de tres plantas. Lo más significativo de la fachada es la profusión de elementos escultoricos: nichos, pináculos, arcos y sobretodo esculturas. Las esculturas de la fachada representan a personajes significativos de la vida de la ciudad, desde los duques de Brabante, a la reina de Francia María de Brabante pasando por Napoleón Bonaparte, pintores como Dirk Bouts o Quintín Metsys, e, incluso, el Papa Adriano de Utrecht maestro del emperador Carlos I o V de Alemania. Ante tal variedad de personajes nos quedamos realmente impactadas por la belleza decorativa de la fachada de la ciudad. Nuestro guía, que hablaba perfectamente en castellano e hizo muy ameno el recorrido, nos enseñó además varias salas del interior del Ayuntamiento. En el vestíbulo, nos explicó la importancia que tuvieron las 7 casas más representativas de la ciudad y la función medieval que tuvo el edificio como extensión de la Grote Markt. El tour por el Ayuntamiento pasa también por una bonita sala gótica con mensulas de madera restaurada en el siglo XIX, y varios salones más modernos en los que actualmente se pueden celebrar bodas y reuniones Consistoriales.
Frente al Ayuntamiento, en la Grote Markt, se sitúa la iglesia de San Pedro. Es la más grande e importante de la ciudad, además de ser también la más antigua fundada en el siglo X. Aunque realmente la iglesia de San Pedro que vemos en la actualidad pertenece al siglo XV.
La iglesia de San Pedro bien podría ser una catedral, cuando la visitamos estaba prácticamente dividido en dos, el tamaño de cada una de sus partes podría ser perfectamente una gran iglesia cada una. En la parte de la cabecera se encuentran el coro y el tesoro de la iglesia, a modo de espacio museístico que se puede visitar con una audioguía en castellano. El audioguía se relatan las obras de arte más importantes del templo, entre las que destaca un Descendimiento de Roger van der Weyden muy parecido al que tenemos en el Prado. En las capillas laterales se encuentran las tumbas de los duques de Brabante Enrique I de Brabante y su mujer Matilde de Flandes, y la hija de estos la futura reina de Francia María de Brabante.
Desde la iglesia de San Pedro nos dirigimos hacia el Gran beguinario, en nuestro camino nos encontramos con una preciosa fachada de estilo barroco coma es la iglesia de San Miguel. Realmente se trata de una fachada imponente, aunque no la vemos tal cual se construyó en el siglo XVII ya que sufrió numerosos daños durante la Segunda Guerra Mundial. Esta iglesia, la de San Miguel fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1940 y ya que queda en el camino bien merece una parada.
El gran beguinaje o Beaterio de Lovaina es, personalmente, el que más me ha gustado dentro de
los beaterios flamencos.
Se fundó en el inicio del siglo XIII para albergar a las beguinas, mujeres que hacían voto de castidad y obediencia para vivir en una comunidad sin pertenecer a ninguna orden religiosa. El gran beginario de Lovaina es uno de los más grandes de Flandes
ya que cuenta con una importante superficie en torno a una iglesia dedicada a San Juan Bautista. El gran está compuesto de calles, plazas, jardines, parques, e incluso canales, quizá las vistas de esos canales son algunas de las mejores fotografías mentales y he traído de Flandes.
El gran Beaterio llegó a albergar a más de 360 beguinas en su época de máximo esplendor en el siglo XVII. Con la llegada de los franceses se abolió el beguinario como si se tratase de una comunidad religiosa, pero permitieron a las beguinas continuar viviendo en el lugar. El Beaterio llegó al siglo XX en un mal estado de conservación y la mitad del siglo la universidad se encargó de comprar algunas casas y comenzar a restaurarlas. Actualmente forma parte de los edificios universitarios, acoge viviendas y residencias de profesores y estudiantes, pero realmente no ha perdido parte de su sabor medieval. Un paseo por las calles de este pueblo, es saborear la paz y la tranquilidad de un lugar histórico sin igual. Además de este gran Beaterio hay otro mucho más pequeño situado cerca de la Abadía de Santa Gertrudis. Actualmente solo ocupa una calle y un par de callejuelas sin salida, es agradable pasear también sus calles empedradas con sus casitas encaladas. El pequeño beaterio es, actualmente, una zona residencial con viviendas particulares.
En nuestro recorrido de vuelta desde el gran beguinario en lugar de pasar de pasar por Naamstraat volvimos por la calle paralela, que desembocaba en el Oude Markt. Esta plaza, para mí, es la más bonita de Lovaina. Está rodeada de tradicionales casas con arquitectura flamenca que actualmente son bares y restaurantes coma en uno de los laterales se encuentra la sede principal de la Universidad de Lovaina y el otro uno de los colegios universitarios. Me gustó especialmente esta plaza porque en ella se concentra la vida universitaria de la ciudad, además de por tener un cargado ambiente medieval, con sus suelos empedrados y sus preciosas casas tradicionales. Aunque la Grote Markt es también una bonita plaza mi preferida en Lovaina es la Oude Markt.
Uno de los motores de la ciudad de Lovaina es, sin duda, la universidad ya que dinamizó la vida ciudadana y costeo la construcción de numerosos edificios. Entre ellos visitamos la gran biblioteca universitaria, una biblioteca relativamente moderna ya que la antigua fue pasto de las llamas en 1914. El gran incendio no sólo destruyó la estructura sino también parte del contenido, más de 300000 libros de un gran valor. Tras la Primera Guerra Mundial se logró reconstruir la gran biblioteca con un estilo totalmente moderno punto la sala de lectura es bastante impresionante coma las escaleras y la decoración en madera hacen de esta biblioteca uno de los edificios universitarios más originales que he visitado. Adosada a la biblioteca, al edificio universitario, se encuentra la torre del reloj.
La Torre del Reloj alberga a lo largo de la subida una exposición sobre la destrucción de la biblioteca en los tiempos de la Primera Guerra Mundial y sobre cómo fue su posterior reconstrucción. No voy a mentir, la subida a la torre es dura, pero las vistas en los días soleados, son imprescindibles si visitas Lovaina. En nuestro caso no tuvimos un gran día, pero siempre es agradable tener una vista panorámica de la ciudad y sus alrededores.
Además del gran edificio de la Biblioteca Universitaria existen otros edificios visitables como algunos colegios de estudiantes, entre los que destaca el colegio de arras con el colegio del Papa o el colegio de María Teresa.
Si todavía dispones de tiempo en Lovaina podrás encontrar numerosos edificios religiosos, entre los que destacan varias abadías. La Abadía del Parque es un precioso complejo de grandes dimensiones qué fue en su origen un coto de caza de los duques de Lovaina. Durante la Revolución Francesa fue suprimida aunque se conservaron numerosos de sus edificios. Otra de las abadías más antiguas es la de Santa Gertrudis, construida durante el siglo XIII en el lugar que ocupaba la capilla con la misma advocación. En el siglo XIV un gran incendio devastó la abadía y las viviendas adyacentes coma sin embargo la zona fue reconstruida y los edificios monásticos se expandieron durante la época de esplendor comercial de la ciudad. De nuevo la llegada de las tropas francesas hizo disolver el monasterio. Al lado de la Abadía de Santa Gertrudis se encuentra, como hemos dicho antes, el pequeño beaterio.
Si eres un amante de la cerveza, reserva una parte de tu tiempo para visitar algunas de las cerveceras más importantes de la ciudad. Lovaina fue y sigue siendo una de las capitales mundiales de la cerveza. Una de las cerveceras más importantes de Bélgica Stella Artois tiene su sede en Lovaina. El origen de esta gran productora de cerveza se encuentra en una cervecería local la de Sebastián Artois. Se puede visitar la parte más antigua de la cervecería situada en un edificio histórico y monumental.
Como veis hay mucho que ver en Lovaina, un recorrido muy artístico y cultural en el que también tuvimos oportunidad de subir a grandes campanarios o de tomarnos una cerveza en una de las cervecerías más importantes del mundo.
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