Lanzarote es una de las islas afortunadas, pero afortunados nosotros que gracias a +Vueling y a uno de sus sorteos tuvimos la oportunidad de disfrutar de unos días en esta magnifica isla. Durante estos días nos dio tiempo a conocer sus playas, paisajes, gentes y gastronomía. Si tú también tienes ganas de ir a conocer Lanzarote no te pierdas esta lista de imprescindibles para disfrutar del tiempo que pases en este paraíso cercano.
Qué ver en Lanzarote en tres o cuatro días
Playas en Lanzarote
Las playas son uno de los alicientes de la isla. Las más llamativas son las playas de arena blanca y fina como las de Papagayo, situada en un espacio protegido. Otras, para mí más interesantes son las piscinas naturales de Charco del Palo, la Cueva del Agua o las de Punta Mujeres. Quizá las menos sugerentes son playas urbanas como las de Teguise o Playa Flamingo, muchas de ellas son artificiales, creadas a partir de grandes bloques de piedra, sin duda no son las mejores y te recomendamos que visites las naturales. Las playas en Lanzarote son ventosas y no hay que olvidarse de que estamos en el océano Atlántico y el agua está fresquita (burrr… fría).
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Playa de Teguise |
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Charcos naturales en el norte de la isla |
Visitar el Parque Nacional de Timanfaya
Parque Nacional de Timanfaya, Lanzarote es una isla volcánica. Sin duda, el Parque Nacional del Timanfaya es el lugar que más turistas recibe a lo largo del año. El parque es una zona volcánica creada tras la erupción del volcán en el siglo XVIII. La superficie se
convierte en una zona desértica, sin vegetación y con unos colores ocres, pardos, terreos y negruzcos que hacen de él un lugar impresionante. Es la
visita más impresionante que puedes hacer en la isla, ¡no te la pierdas!
La obra de César Manrique
Jameos de agua, esta es otra de las visitas obligadas en la isla, ya que permite disfrutar de un entorno natural y un precioso paisaje, como de la creación artística de César Manrique. Los jameos del agua son muy llamativos, se trata de una gran cueva formada tras la erupción del volcán. Personalmente lo que más me gustó fueron los cangrejos blancos y diminutos que se esconden en esos lagos subterráneos. Junto con la Cueva de los Verdes son dos lugares formados gracias a la intervención natural de la erupción del volcán y con la intervención del artista.
La obra de César Manrique, un artista inigualable que llevó el nombre de la isla por medio mundo. Su fundación tiene como legado la difusión y conservación de la obra del arquitecto. La sede de la Fundación está en una de las casas en las que vivió César Manrique en el Taro de Taníche, que además de casa y estudio es una de sus principales representaciones, una creación sobre la colada lávica de las erupciones del siglo XVIII. Personalmente me gustó mucho la Casa Museo del mismo autor, situada en Haría, pudimos visitar la casa y el taller, recorrer las estancias, los dormitorios y salores o los baños decorados y proyectados por César Manrique. Sin duda, una magnífica obra de diseño e integración del paisaje y la arquitectura.
El Jardín de Cáctus, otra de las obras que el autor canario dejó en la isla, es una de sus últimas obras, se trata de una gran plantación de cáctus muy cuidados y distribuídos en diferentes terrazas.
Otra de las cosas que yo no me perdería y
que disfruté mucho en la isla es la gastronomía, echa un vistazo a los
restaurantes que visitamos en Lanzarote: papas arrugas y mojos, pescados frescos y bien cocinados, calamares, mejillones y otras delicias del mar… que os contaremos en otro post.