Colaboración con el Magazine “Diabarama, Magazine de Viajes” en su número de septiembre 2016 en el cual os contamos lo que no nos gustó de Lanzarote, algunas de sus playas y el hotel en el que pernoctamos.
Playa del Jablillo en Costa Teguise – Lanzarote |
Algunos de los lugares que me ha defraudado un poquito y bastante recientemente han sido las playas de la isla de Lanzarote. Hace un par de meses viajamos por primera vez a las Islas Canarias, posiblemente nos habíamos creado unas expectativas con respecto a las playas, por las experiencias de algunos conocidos poco experimentados en las lides del viaje, que nada tenían que ver con la realidad.
Las playas de Lanzarote son bonitas, estuvimos visitando algunas como los charcos de la zona norte la Charca de la Laja o la de la Novia, entornos naturales muy bellos, que nos gustaron mucho estéticamente y en las que hicimos preciosas fotos. Algunas otras playas nos sorprendieron porque eran “artificiales”, se notaba como la mano del hombre había modelado y creado playas en las rocas, resguardadas del viento y de las mareas con los espigones de piedra, por ejemplo la playa del Jablillo en Costa Teguise.
Pero lo que nos defraudó en realidad, seguramente por culpa nuestra porque no sé muy bien las expectativas que nos habíamos hecho, fue el viento que soplaba y que hacía imposible tumbarse en la arena para pasar un rato al sol y la gelidez de sus aguas… ¡Ay! Que tontos, estaba claro que el océano Atlántico no iba a ser el Caribe y no sé muy bien por qué pensábamos en baños largos y relajantes y tardes de snorkel tranquilo con peces de colores rodeándonos. En Lanzarote no es así, el agua es muy fría, quizá fuera por la época, el inicio de junio, y no sea tan fría durante una temporada más calurosa (aunque allí no cambia en demasía la temperatura) Lo que no quita para el agua de aquellas playas se clavase como un cuchillo de lama helada que hacía del baño casi una tortura. Nuestros baños se redujeron a un mojar las piernas hasta la rodilla y entrar y salir durante cinco segundos.
Como el post va de defraudar no puedo dejar de recordar lo que nos molestó y nos defraudó sobre todas las cosas en Lanzarote, y esto fue el hotel en el que nos alojábamos. Fue sin duda la peor impresión que nos llevamos de la isla, un hotel el Oasis Lanz Beach Mate en Costa Teguise, cuya limpieza y mantenimiento eran vergonzosas. El “oasis” sólo lo tenía en el nombre porque aunque bien situado era realmente cochambroso, con suciedad en baño, cocina y habitación, un mantenimiento pésimo de los muebles y los aparatos eléctricos, no funcionaba el secador y no seguí investigando en otros aparatos, había hormigas por la encimera o conexiones eléctricas defectuosas (no teníamos luz ni en cocina ni en salón); simplemente un desastre.
Menos mal que la belleza de los paisajes volcánicos de la isla y la gran gastronomía de la que disfrutamos con pescados, papas arrugas y mojos, además de la extraordinaria obra artística de César Manrique y la visita al Parque Nacional del Timanfaya, hicieron del viaje una grata experiencia.