Os traigo una visita a la Cartuja de Pavía, un lugar que además de poseer una belleza artística que hace ensimismar los sentidos, tiene una fuerte memoria histórica entre sus muros. Este precioso enclave está situado en la provincia de Pavía, la Cartuja o Certosa, un gran monasterio a menos de 30km de Milán en el norte de Italia. Este post es bastante especial para mí, ya que gracias a esta Cartuja disfrute de unos años estupendos en Italia y tengo un gran recuerdo de esta zona y de este monumento en concreto.
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Fachada de la iglesia de la Certosa di Pavía |
Cómo llegar a la Cartuja de Pavía
Pues no, no es fácil, sobre todo si intentáis ir en medios de transporte, la estación de Certosa está un poco alejada y hay que ir caminando, pero en el buen tiempo se puede hacer con cuidadito. Para llegar en tren es fácil ya que está en la línea de Cercanías (Trenord) que une Milán y Pavía y hay un montón de trenes. Una vez allí camináis un cuarto de hora y listo.
Mucho más sencillo es ir en coche, desde Pavía lo tenéis a menos de 10 minutos y desde Milán una media hora, hay un aparcamiento, al principio era gratis… ahora ya es de pago. Aunque si sois un poco avispados lo podéis dejar antes de llegar en Viale Certosa, donde están las casas y allí aparcaréis gratis.
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Cartuja – Certosa de Pavía exterior de la iglesia |
Horarios de la Certosa di Pavía
Cuidado con los horarios de visita, son de auténtico monasterio, si vas a visitar el lugar mejor que te leas bien los horarios porque puedes quedarte como yo la última vez, sin ver la mitad. Cierra los lunes.
De octubre a marzo, M-S de 09:00-11:30 y de 14:30-16:30, D. y festivos: de 09:00-11:30 y de 14:30-17:00
Abril, M-D de 09:00-11:30 y de 14:30-17:30
De mayo a septiembre, M-D de 09:00-11:30 y de 14:30-18:00.
Qué ver en la Cartuja de Pavía
La Cartuja de Pavía es uno de los monumentos más bellos del norte de Italia y realmente poco conocido, ya que las rutas turísticas no pueden llegar a tantos sitios fantásticos del país. El encargo de este edificio se realizó al final del siglo XIV (1396) cuando Gian Galeazzo Visconti y su familia colocaron la primera piedra. El lugar se encontraba a medio camino entre Milán, capital del ducado y Pavía, la segunda capital de la zona donde el duque Gian Galeazzo tenía su castillo. La misión principal del edificio sería albergar las tumbas de la familia.
Personalmente me fascinan varias cosas de esta cartuja, la primera la fachada con una decoración escultórica realizada en mármol con estatuas y relieves, comenzada en 1473 y llevada a cabo en varias fases. Su arquitecto principal, el más importante para mí, fue Giovanni Antonio Amadeo quien dirigió los trabajos con gran maestría. En la primera fase se realizan buena parte de los medallones (ahora algunos entienden el por qué…) de hombres ilustres como emperadores de Roma, escudos y algunas escenas antiguas. La segunda fase del trabajo recubrió el lado de la base hasta la primera galería, especialmente con relieves policromados pisos e incrustaciones. La mitad superior de la fachada se completó en la tercera fase.
Interior de la iglesia de la Cartuja (Fuente-Wikipedia.it) |
La iglesia es preciosa fue lo último que se edifico, tiene una nave y central dos laterales, un tipo de iglesia bastante inusual para los cartujos. La nave central con estilo gótico, se acabó en 1465. El interior también es muy llamativo, me gusta además de la decoración pictórica en tonos azules que recorre sus muros unos “trampantojos” en las galerías superiores en los que se representan a los monjes mirando hacia los visitantes. En el fondo de la iglesia en el crucero es donde están las tumbas de los Visconti.
Hay muchos elementos renacentistas, como son las obras de Guiniforte Solario o las del Amadeo. La sacristía es muy llamativa, a ella se accede por una preciosa puerta de mármol del final del siglo XV. También una auténtica maravilla es el coro y su sillería, decorado todo ello con madera con la técnica de la intarsia, realizada también durante el renacimiento.
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Interior de la iglesia de la Cartuja (Fuente-Wikipedia.es) |
Otra de las cosas más llamativas del complejo son los patios, el más pequeño, que es el paso de la iglesia hacia las dependencias monásticas, y el grande, donde se sitúan las celdas (que son como pequeños adosados dúplex y unipersonales con su propio patio, pórtico y pozo, todo un lujo que ya quisiera yo una vivienda así en una ciudad como Madrid). Los patios están decorados con terracotas, con una fantasía pocas veces superada en la decoración arquitectónica, yo fui allí a estudiar sus magníficos medallones. El patio grande es impresionante, tiene una extensión muy grande, la primera vez que estuve lo visité junto con un grupo de escolares, cuya primera reacción fue: ¡Madre mía que pedazo campo de fútbol!
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Cartuja – Certosa de Pavía patio grande |
Espero que os haya gustado, si visitáis Lombardía pasad a hacer una visita a esta joya arquitectónica que es un remanso de paz a pocos kilómetros de Milán.