Fin de semana en Marrakech: qué ver (II)

Este segundo post viene a cerrar el magnífico fin de semana en Marrakech y que ya os había comenzado a relatar hace unos días en Qué ver en Marrakech: ruta de fin de semana (I). Proseguimos nuestro viaje donde lo dejamos… El segundo día en esta ciudad de cuento oriental

El domingo por la mañana, nos levantamos y tomamos un fantástico desayuno en el Riad, realmente bueno y variado, nos proporciono las fuerzas para coger con ánimo las estrechas y laberínticas calles de los Zocos. Subimos desde la Plaza Jamaa el Fna hacia una de las calles principales del zoco, el zoco es un impresionante conjunto de callejuelas completamente abarrotadas de tiendas con todo tipo de productos desde las especias, productos de alimentación, textiles como alfombras, ropa, etc…

Subiendo por esas callejuelas intentamos llegar a la Madraza (Medersa) Ben Youssef, conseguimos verla por fuera, aunque unos “guías” repentinos se empeñaron en llevarnos a no sé que feria de curtidores, después de seguirles durante diez o quince minutos decidimos decirles adiós porque no sabíamos realmente a dónde nos dirigíamos y no era la dirección que yo quería tomar. Dimos vuelta atrás por millones de calles (estábamos en el norte de la ciudad, dentro de la medina, pero un poco lejos). Confieso que durante unos minutos estuve un poco agobiada por la sensación de pérdida, cosas que pasan. Conseguimos volver a la parte más cercana a la Plaza Jamma el Fna sin dejar de ver cosas divertidas como un atasco entre taxi y burro en medio de la ciudad. Como advertencia, si vais a Marrakech mucho cuidado con los burros y la velocidad que cogen por las calles, ¡es mejor quitarse!

Después de volver a la “civilización”, es decir, a terreno conocido, fuimos paseando hasta la Mezquita Koutoubia, que es la más grande e importante de la ciudad. Se contruyó durante el siglo XII y tiene un tono entre dorado y rosaceo por la piedra arenisca. con piedra arenisca que le otorga una imagen característica. El minarete de la Koutoubia es el más alto de la ciudad con 69 metros, el interior no pudimos visitarlo al no ser musulmanes, sin embargo, pudimos ver el mimbar o púlpito que se exibe dentro del palacio Badí, una obra de arte en madera con intarsias y una decoración exuberante.

 Tras pasar por los jardines de la Koutoubia fuimos a los jardines de la Mamounia que actualmente se encuentran dentro de un magnífico hotel. No pudimos visitar otros de los más famosos jardines de la ciudad ya que el tiempo empezaba a quedarse muy corto, los jardines Majorelle, los de la Menara o el Palmeral de la ciudad.

Volvimos a la Plaza Jamma el Fna, comimos un buen cuscus y en marcha al Riad L’Heure d’Etè para recoger nuestras maletas y dirigirnos al aeropuerto. La distancia con el aeropuerto es muy poca, el trayecto en taxi es barato y cómodo, no os compliquéis la vida, en 12-15 minutos llegaréis sin problemas.

En resumen, un fin de semana que se quedó corto pero que disfrutamos muchísimo en una ciudad encantadora.