10 + 1 cosas impresionantes que no dudaría en volver a hacer

Hay muchos post sobre las diez cosas que hay que hacer antes de morir, yo sin embargo voy a recomendar once cosas impresionantes que yo ya he tenido la suerte de vivir, además en los últimos 10 años (de mis 24 a mis 34) y que repetiría sin dudarlo. También tengo que decir que algunas ya las he repetido… y me han vuelto a encantar.

 

¡Empecemos pues la cuenta atrás o adelante, ya que esto no es un podium sino un conjunto de sensaciones increíbles que no son comparables entre sí!

 

Cenote en Yucatán - México
Gran Cenote en Yucatán – México

 

1. Nadar en un cenote en la Península de Yucatán
No hay nada como la sensación de flotar sobre las frías aguas de un cenote a las que no llega la luz y ver como tus piernas se extienden hacia un vacío lleno directo al centro de la tierra. La Península de Yucatán está horadada con estos pequeños milagros de la naturaleza donde se puede nadar, hacer snorkell y bucear.


2. Disfrutar de un día en las Termas de Budapest
Siguiendo con las aguas, en este caso con todo tipo de temperaturas, no hay nada como el relax de las termas Széchenyi en Budapest. El Balnearío es uno de los más grandes y más antiguos de Europa fundado en 1931. Opción que no debes olvidar si visitas esta ciudad y quieres disfrutar de los beneficios del agua termal, de la relajación y diversión en el agua.

3. Pasear por el puente Carlos de Praga

Praga es una de las ciudades más bellas de Europa, donde se mezclan los ambientes medievales, modernistas y de modernidad. Sin duda una de las vistas más impresionantes de la ciudad es la que se tiene paseando a lo largo del puente Carlos, observando sus imponentes esculturas o escuchando a los músicos callejeros que amenizan el paseo.

4. Ver el atardecer de París desde la Torre Eiffel
Ohh lá lá, el atardecer en París tiene otro olor y otro color, las luces parisinas se funden bajo los pies de aquel que llega al cielo de la ciudad. La bella París recorrida a golpe de ojo desde su punto más alto y más emblemático. Sin duda, es el lugar de y para los enamorados.


5. Recorres los canales de Venecia

Creo que Venecia es una de las ciudades que más veces he visitado, tantas que además de perder la cuenta ya soy capaz de disfrutar de sus canales y sus callejuelas sin ni siquiera llevar un mapa. Aunque una de las mejores recomendaciones que puedo dar sobre Venecia es esa: disfrútala sin mapa, ya encontrarás tu destino. 

6. Visitar la casa de Anna Frank 

Este es uno de los lugares que más sensaciones ma ha producido, realmente tenía muchas ganas de visitarlo y se ha convertido en una experiencia increíble. Las sensaciones se agolpan en los estrechos espacios de la casa recordando el sufrimiento de esas familias encerradas en la oscuridad de la locura nazi. La casa de Anna Frank es la exaltación de la tristeza contenida en poquitos metros cuadrados.

7. Hacer snorkel entre las tortugas y el coral del mar Caribe

Otra sensación fantástica relacionada con el agua, la libertad en estado puro, el mundo submarino a tu alrededor sin nada más que tus ojos y tu cuerpo para observar y avanzar. Hacer snorkell es una de mis aficiones más recientes (todavía no comprendo por qué no lo había hecho antes), tengo que agradecer mucho a mi pareja el haberme descubierto esta fantasía acuática que estoy deseando repetir en menos de un mes. Y qué decir del nado entre tortugas en la Bahía de Akumal, una de las experiencias más auténticas e increíbles que he vivido (gracias).

Tortuga en Xcaret - méxico riviera maya
Tortuga blanca Baby

8. Perdernos en el zoco de Marrakech y dormir en un riad

Marrakech es la ciudad para perderse de verdad, no sin un ápice de inquietud en medio de la satisfacción del descubrir nuevas imágenes, nuevas culturas, nuevos olores y colores. El zoco de la ciudad es toda una experiencia vital, totalmente alejada de los parámetros europeos que me sorprendió muchísimo y a su vez me encantó. Y no olvides, en Marruecos hay que dormir en un riad, el nuestro el Riad L’heure D’eté es una opción perfecta: comodidad, belleza y amabilidad.


9. Cenar al lado de la Fontana di Trevi

Es cierto que mi último viaje a Roma lo recuerdo con un cariño muy especial, todo fue fantástico, los paseos por Trastevere, las visitas a los monumentos, las subidas y bajadas por la ciudad… Una de las cenas más espectaculares de mi vida, sin duda, la que tuvimos muy cerquita de la fontana de Trevi, en una noche prácticamente veranienga con los típicos productos italianos: pasta y pizza y la mejor compañía del mundo. Me encantará repetir todo.

10. Tomar un coctail en el bar rotante de Nueva York

Para singular y atrevida esta propuesta, subir al bar rotante de Nueva York, “The View”, este es uno de los lugares más curiosos en los que me he colado, y sí, colado, ya que hay que hacer reserva y yo no la tenía, y con mucho morro y mucho humor me tomé un cocktail en la planta cuarenta y tantos, dando vueltas sobre el cielo de Nueva York… oh Yeahhh. Nueva York desde las alturas es una sensación imperdible.

Vistas de Nueva York noche
Vistas Nueva York


11. Subir a una pirámide Maya… y bajar

La conjunción del arte y la naturaleza, la expresión de la fuerza del hombre frente a la maravilla natural de la selva, el sonido de esa virginidad selvática y el verde profundo que se extiende hasta el mar… uffffffffff, no hay palabras para describir todas las sensaciones que tienes en lo alto de la pirámide maya de Cobá. La subida es dura, la bajada… ¡peor! La cima es la cumbre de las sensaciones. Si vais a México no dudéis en visitar los restos de la cultura Maya.
Gracias por leerme y no olvides, disfruta de todos los momentos que te traiga la vida, algunos mágicos como estos.

Un blog de Palo

Un blog de Palo, un pequeños blog sobre viajes, itinerarios turísticos, presupuestos y mucha gastronomía.

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